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Fundamentar - Artículos https://www.fundamentar.com Sun, 19 May 2024 20:25:00 -0300 Joomla! - Open Source Content Management es-es Puntos de encuentro https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6807-puntos-de-encuentro https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6807-puntos-de-encuentro Puntos de encuentro

Yo soy el error de la sociedad,
soy el plan perfecto que ha salido mal.

Vengo del basurero que este sistema dejó al costado,
las leyes del mercado me convirtieron en funcional.
Soy un montón de mierda brotando de las alcantarillas,
soy una pesadilla de la que no vas a despertar…

“La Violencia” - Agarrate Catalina

Peligrosa y (ahora sí) efectivamente, buena parte de la política argentina se empieza a parecer a una instancia del todo o nada. Si las teorías sistémicas nos enseñaron que las distintas dimensiones de la vida social se retroalimentan entre sí, bien vale preguntarse si existe algún punto de encuentro entre el drama social que vive nuestra querida Rosario, y el dislate político con el que convivimos cotidianamente, desde hace casi tres meses, a partir de la llegada libertaria al poder. No se trata de asignar culpas de problemas estructurales a flamantes autoridades (algunas no tan flamantes), sino de dejar la pregunta planteada, para que cada uno responda para sí lo que le parezca, y a la vez, poder descubrir algunas circunstancias que, vistas de lejos poco tienen que ver entre sí, pero que cuando rascamos el fondo de la olla, aparecen nexos que dicen mucho de este tiempo. Recorrido por una semana de angustia y dolor social, pero con la inestimable esperanza paralela que se vistió de violeta en una tarde de viernes. Pasen y vean. Son todas y todos bienvenidos.

La semana política a nivel nacional había comenzado con los análisis del “día después” de la propuesta mileista en el seno de la Asamblea Legislativa y que realizaba una convocatoria al conjunto de los gobernadores, a los fines de comenzar a diseñar una especie de hoja de ruta que los lleve al Pacto de Córdoba, el cual debería concretarse (el potencial nunca tuvo tanta relevancia) el día 25 de Mayo.

Fiel a su estilo, el oficialismo fue y vino con las  formas que tendría el encuentro: con la presencia del presidente y todos los gobernadores en una mesa común, con un esquema de reuniones por regiones y atendidos por algunos ministros, con las dudas de si efectivamente asistiría el conjunto de los mandatarios provinciales y, la que finalmente terminó prevaleciendo, que fue la de un encuentro común con el Jefe de Gabinete Nicolás Posse y el Ministro del Interior Guillermo Francos. Para confirmar su desprecio hacia esas formas que tanto detesta, el presidente ni siquiera pasó a saludar.

Del encuentro, más allá de los dichos de ocasión, se sabe más o menos lo mismo que la semana anterior cuando Javier Milei hizo el anuncio: si se desea tener una relación relativamente armónica con el Poder Ejecutivo a nivel nacional, los gobernadores deberían garantizar a través de la conducción sobre los legisladores, que éstos aprueben una remozada ley ómnibus que ahora dispondrá “sólo” de 190 artículos y no casi de 700 como en la versión original y que, además, dejen correr el DNU 70/23. A cambio, el oficialismo ofrece la re implementación del impuesto a las ganancias de la 4º categoría, el cual es coparticipable y que plantea no pocas resistencias de parte de los interlocutores de ayer, además de las centrales de trabajadores que ya empiezan a elucubrar la idea de un nuevo paro general.

El escenario es más o menos sencillo: no son pocos los gobernadores que necesitan caja y a partir de esas carencias, veremos posicionamientos inevitablemente cercanos a los proyectos libertarios. El ejemplo del tucumano Osvaldo Jaldo es por demás de representativo: con una de las arcas más escuálidas, ayer se convirtió en el vocero de la reunión, mostrándose muy bien predispuesto a un entendimiento con el oficialismo nacional. Si en el medio es mirado de manera desconfiada por lo que hoy pueda representar el modelo nacional y popular o si las medidas oficialistas son inviables socialmente en el mediano plazo, eso es harina de otro costal. Como nos hemos acostumbrado a escuchar los futboleros en los tiempos que corren: “esto es por plata” y no deben esperarse posicionamientos que no queden circunscriptos a esa lógica.

En el detalle de la plata radica el apuro de reivindicar un superávit fiscal en el mes de enero que, a poco de transitar marzo, supimos que en febrero dejó de ser tal. La licuación de salarios y jubilaciones, más la eliminación de aportes esenciales para la asistencia social, como así también las llamadas trasferencias discrecionales a las provincias, limitaron el festejo de unos pocos días. La realidad no es un dibujo, más allá de los apuros.

Pero si una confirmación dejó el discurso presidencial del 1º de marzo y que, humildemente, comentábamos aquí el fin de semana anterior, es que el llamado al diálogo le permitió ganar tiempo al gobierno. En la semana que termina, mientras nos entretienen con las peleas vedetongas respecto del aumento de la dieta de los legisladores, y cuando el presidente se enfrenta a un nuevo escándalo por haberse auto asignado un aumento de sueldo que intentó ocultar, casi ni abordó la idea que hace apenas diez días había cobrado mucha fuerza, y que refería a que el Senado de la Nación se aprestaba a desaprobar el DNU antes mencionado.

https://twitter.com/CasaRosada/status/1766218231251873838

En el medio, y como para no perder la costumbre, el oficialismo en su conjunto no se privó de realizar unas cuantas provocaciones, las cuales alimentan un malestar social que naturaliza de manera cada vez más firme la idea de que nuestro devenir se reduce a un todo o nada. Tuvimos el efectivo cierre de Télam, con la consecuente presencia de ciudadanos que se identifican como libertarios y se movilizaron hasta el edificio para saludar la medida; al presidente volviendo a la escuela que lo formó, dando un discurso indigno ya no de su envestidura sino de la condición humana, hablando con adolescentes cual encuentro en un asado de amigos y mostrando una inexistente empatía al burlarse de dos alumnos que tuvieron “la mala idea” de desmayarse; y, para completar el cuadro, demostrando la distancia que existe con las luchas de los feminismos, desde el gobierno el día viernes, justamente en el Día Internacional de la Mujer, se anunció que el Salón de las Mujeres en la Casa Rosada, sería cambiado por el de los Próceres, y vaya sorpresa, además de ser todos hombres, aparece reivindicada la figura de Carlos Menen. Una doble provocación que define muchas cosas.

En el relato oficialista nacional la eliminación, lisa y llana del otro, cada vez resulta más celebrada. Incluso, al punto de quedar en el ridículo, como en el ejemplo de hace unos días, cuando la ministra de Seguridad saliera a celebrar la baja de asesinatos en las calles de Rosario para los meses de enero y febrero.

Los oficialismos nacional, provincial y municipal, que representaban la buena noticia de “estar en línea”, en un contexto de depreciación económica, necesitan como el agua imponer otro escenario. Problemas con el transporte, medidas de fuerza de trabajadores estatales y las incipientes señales de conflictividad en el ámbito laboral, son las consecuencias naturales de un modelo de acumulación que, cada vez que se impuso en el país, Rosario y su zona de influencia, siempre resultaron invariablemente afectadas.

https://twitter.com/PatoBullrich/status/1763360327138156950

Para el año 2023 nuestra región mostraba que el mayor problema de sus habitantes residía en que aquella promesa perottista de “Paz y Orden” no se había cumplido. En un nivel de deterioro creciente, buena parte de la campaña electoral se sustanció en la lógica comparación con el período anterior, el cual mostraba una mejor realidad social, habilitando primero el triunfo interno de Maximiliano Pullaro sobre Carolina Losada y luego, con un espectacular 58%, en la general del mes de setiembre.

Desde el día uno de gestión, el hughense trató de dar una señal de fortaleza política. Si, supuestamente, el nudo gordiano de la violencia narco en las calles de Rosario, se fundamentaba en los dispositivos de comunicación que, ilegalmente, se desarrollaban desde las cárceles, el flamante gobierno interpretó, que eso debería cortarse de cuajo. Y para ello, no dudó en imponer un accionar que lejos está del cumplimiento de los protocolos internacionales de tratamiento sobre los reos. Para completar la vuelta, copió el modelo de construcción audiovisual de Nayib Bukele que, según parece, ha sido muy efectivo en la reducción de los índices de criminalidad salvadoreña, pero al costo de imponer un modelo ilegal de control.

El gobierno provincial, cuando hasta hace unos días celebraba la reducción del número de asesinatos en Rosario, confundió las formas con la sustancia. Si el actual presidente centroamericano fue efectivo, con todo su fascismo a cuestas, no lo fue porque mostrara las imágenes del maltrato de los detenidos. Pullaro empoderó a fuerzas de seguridad que están severamente sospechadas y que, vaya casualidad, la propia ministra multipartidaria le acaba de pedir que haga la consecuente depuración. La confirmación de que las muertes de los taxistas fueron realizadas con la misma arma y que las vainas encontradas pertenecen a la policía santafesina, oscurecen más el panorama.

El gobernador y no pocos (y pocas) dirigentes a los que conduce, si uno mira con proyección retrospectiva, resultan una rara avis para cierto recorrido político. Hijos de la generación que vieron en Raúl Alfonsín un ejemplo de lucha política, criados bajo el cobijo de una Franja Morada universitaria que supo enfrentar por igual al vaciamiento menemista y a los recortes que Ricardo López Murphy intentó diez años después, no han dudado en operar políticamente a favor del libertarismo, en reconocer que están dispuestos a negar el cumplimiento de los derechos humanos en las cárceles santafesinas y en aliarse con la derecha más rancia que haya operado, en nombre del liberalismo, por estos confines del mundo.

Si para Alfonsín, Mauricio Macri era el límite, para este renovado radicalismo (y parte del Partido Socialista) no lo es, ya que no duda en declarar al hijo de Franco como huésped de honor de la provincia,  dado que habría sido una pieza fundamental del entramado que le dio vida al frente Unidos para Cambiar Santa Fe. Poco importaron los puestos de trabajo perdidos, el endeudamiento exponencial, el sistema de espionaje construido, el Lawfare desarrollado y los casos de corrupción que han servido para hacer aún más poderoso al propio Macri.

https://twitter.com/maxipullaro/status/1765546076432408801

En la desorientación e impacto que produjeron los hechos de violencia en Rosario, rápidamente los oficialismos salieron a imponer la idea de que son producto de esa dureza contra los jefes narcos detenidos. Pero en honor a la verdad, hay que hacer dos salvedades que relativizan esas afirmaciones: varios de los presos no están encerrados en cárceles provinciales y de lo poco que se sabe hasta ahora, en ninguno de los asesinatos la fiscalía ha informado que se tenga alguna certeza de los móviles de los crímenes. Por eso es fundamental relativizar las afirmaciones oficialistas, que, hasta ahora, sólo se basan en presunciones.

El libertarismo nacional y el oficialismo provincial tienen algunos puntos de encuentro. Las necesidades de caja, una mirada común en algunos aspectos de la cuestión de seguridad, una retrospectiva benevolente sobre la administración 2015 - 2019 y una manera de abordar las discusiones paritarias que exponen a trabajadores de la gestión pública al deterioro de la consideración general.

En el medio, los lazos sociales parecen comenzar a deshilacharse en la lógica del todo o nada. En qué medida Milei es el vehículo que canaliza cierto terraplanismo político y social que ya estaba instalado en la sociedad y en cuanta el presidente aparece como un productor con contenidos propios, es una pregunta que puede servir para intentar salir de este laberinto en el mediano plazo, pero que poco importa en la urgencia del presente.

El riesgo de la ruptura del contrato social se hace cada vez más evidente. La explicación del dirigente rosarino de la UTA Sergio Copello, en la fundamentación del paro por tiempo indeterminado ya ha dejado de ser un llamado de atención para convertirse, insisto, en un drama donde que cada uno apuesta por el sálvese quien pueda.

En las letras de La Catalina, aparece el emergente de un mundo injusto y desigual y que, en el caso rosarino, ningún funcionario con responsabilidades específicas parece darse cuenta que en los barrios, el drama del narcotráfico no se resuelve solamente con formas represivas. Pero no me haga caso querido lector, estimada lectora, en algunas ideas, este analista está a contramano de los tiempos que corren.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sat, 09 Mar 2024 23:39:48 -0300
Fugacidades https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6806-fugacidades https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6806-fugacidades Fugacidades

No es una noche más,
es una noche de fuego,
fuegos de artificio.
Entre llantos y decepción
humo y gritos marionetas del terror.
Decisiones sin saber,
noche eterna, pesadillas del poder…

Los violadores

La imagen que acompaña la portada de éste artículo, nada tiene que ver con la idea de festividad que suponen los fuegos de artificio ya que no son tiempos de celebraciones ni mucho menos. Refiere a una especie de síntesis con la que convive la política argentina en estos tiempos: mucho brillo, buena parte de explosividad y efectivamente fugaz. Mientras la matrix empieza a tomarle el pulso al líder libertario, que en sus primeros 83 días de gestión padece una segunda derrota política de relevancia y el círculo rojo mediático intentará imponernos la idea de un Javier Milei de capacidades extraordinarias, subyacen ciertas características que tienen mucho de lo que podríamos llamar como humo electoral. El problema es que la campaña terminó hace algunos meses y es hora de gobernar. Recorrido por días de cotillón y fantasías varias. Pasen y vean. Como siempre, y ahora que nos prohíben el inclusivo, son todes bienvenides.

El discurso de apertura de las sesiones ordinarias en el Congreso de la Nación (y todo lo que lo rodea) refleja una buena síntesis del momento político y social que vive el país. A favor del espacio libertario debe decirse que supo guardarse el secreto de la “propuesta” que apareció al final del mismo. Ni fin del cepo, ni dolarización con fecha de inicio, ni intervención federal a ninguna provincia díscola: la novedad vino de la mano de la convocatoria a un acuerdo con el conjunto de los gobernadores intentando, otra vez desde una gestión que recién se inicia, recrear la idea de un pacto fundacional que “alumbre” el camino para las próximas décadas.

El discurso parece reflejar una buena síntesis de lo que viene sucediendo desde el 10 de diciembre. Muchos números falsos: proyección de los niveles de inflación y de lo que (supuestamente) se habría evitado, datos de la educación y estado de la administración nacional a partir del informe que, anual y obligatoriamente, ejerce la SIGEN desde su creación.

Fuego de artificio declarativo que esconde la debilidad estructural que padece el libertarismo en el plano institucional de la política local. Sin gobernadores que le respondan directamente, con sólo un 15% de representación política en ambas cámaras, Milei se las ingenia, chequera en mano (o claves digitales a disposición para transferir, no parezca tan viejo señor articulista), para ocupar el centro del espacio a fuerza de crear enemigos de importancia relativa, insultando y violentando al conjunto de la sociedad.

En el camino ya se comió dos derrotas institucionales de fuste, demasiado contundentes para ignorarlas y para dejar de mensurar que ocurrieron en el período que se da por sentado, resulta de una mayor gracia a su favor. El mal manejo legislativo libertario de la ley ómnibus y el conflicto con la provincia de Chubut, encarnado en la figura de su gobernador Ignacio Torres, reflejan los límites a los que se enfrenta el padre de Conan.

De a poco se comienza a conocer su estilo: el presidente se hace el loco pero no lo es. En ambas circunstancias comentadas actuó de la misma manera. Aceleró con quinta a fondo, se asomó al precipicio y cuando se expuso a una derrota irremediable y contundente, bajó los decibeles del ruido, y trató de fortalecerse desde lo no logrado.

https://twitter.com/OPRArgentina/status/1763737159779983703

Si a la derrota legislativa por la ley ómnibus, que incluyó la vuelta del proyecto a comisión, le siguió la reinterpretación de que todo era parte de una estrategia premeditada para exponer a la “casta que se opone al cambio”; el caso Chubut se cierra, luego del fallo judicial que le asistió razón al joven gobernador y la consiguiente transferencia de fondos que no fue publicitada, con la convocatoria al pacto de Mayo en la provincia de Córdoba.

En el medio el presidente no se priva de los insultos a sus enemigos, en la cara y en la casa de ellos y con invitados especiales, quienes estoica e inteligentemente, soportaron sin responder cada una de las diatribas presidenciales.

En el medio y dicho como al pasar, hubo un escenario televisado por la cadena nacional que, en ausencia de un relato democrático, sólo mostraba las celebraciones de sus partidarios en un plano tan corto, que uno imagina que el camarógrafo en cuestión, tuvo muy poco trabajo efectivo. No hubo ninguna gestualidad opositora para reflejar, y si alguien llegado desde el exterior, desconociera el día a día de la política nacional, bien podría pensar que la oposición legislativa no había asistido al convite. El único lujo que pareció permitirse la transmisión oficial fue la imperturbabilidad de los cuatro jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

El discurso hizo mucho hincapié en la supuesta herencia recibida que, en el modelo libertario, no se circunscribe sólo a la gestión precedente del Frente de Todos, sino que se proyecta a los últimos cien años, macrismo incluido, donde se romantiza un tiempo social de exclusión y miseria que dejaba afuera a las grandes mayorías, falseando datos y fomentando el mito de la Argentina granero del mundo que, de acuerdo a no pocas investigaciones científicas, jamás existió.

Por otro lado, y mientras se siguen conociendo encuestas que reflejan una caída de la imagen presidencial, los dichos de Milei solo hicieron una escueta referencia a lo que está sucediendo con el día a día de los argentinos, en cuanto al encarecimiento de la vida cotidiana, y pidió paciencia, no dejando de señalar que aún falta lo peor. La referencia a un futuro venturoso solo puede apalancarse en una dimensión que se escinda del deterioro material y es por ello que la recurrencia al argumento de la casta política es puesta, una y otra vez, en el centro de la escena.

La novedad de los dichos presidenciales reside en el segmento final (ya lo habían dejado trascender sus voceros mediáticos ad hoc), cuando, luego de una serie de afirmaciones ofensivas, realizó una convocatoria a un gran acuerdo nacional previa aprobación de una, ahora sí, reflotada ley ómnibus que nadie tiene del todo claro en sus alcances. Tampoco queda muy iluminado si la “genialidad” presidencial de presentar una mega ley que luego, cuando estaba por quedar diluida, sirvió para exponer a la casta; porqué ahora el mismo proyecto queda reflotado.

El cambio de estrategia obedece a las carencias del Ejecutivo nacional que, no casualmente, pueden verse como espejo de la realidad de los gobernadores. La necesidad de acuerdo son mutuas ya que en el caso de un hipotético desfinanciamiento a las provincias, y el consecuente incendio allende la avenida General Paz, alcanzaría a todas las partes. Una adenda como al pasar: en la semana, la inteligentzia trollista libertaria, ensayó una encuesta vía X, donde se preguntaba quien tenía razón en la disputa entre Milei y Torres. Ganó el segundo 60% a 40%. Fin.

Por ello la disputa con el chubutense en particular y con los gobernadores patagónicos en general, que rozaban la ridiculez de la vuelta a un estadio previo al Pacto de San José de Flores, no deben verse más que como parte de la fugacidad de los fuegos de artificio. Las señales brindadas en las últimas horas por los diez gobernadores de Juntos por el Cambio, más la del cordobés Martín Llaryora, parecen (y sólo eso), referenciar un tiempo de tregua.

Pero hay un segundo aspecto que va más allá de que la necesidad tiene cara de hereje y es el que refiere a la coincidencia ideológica, que ya hemos comentado en artículos anteriores, en todo el espectro de la derecha argentina. En los 10 puntos que pretende el libertarismo como punto de inicio de un nuevo tiempo social, reside buena parte de la prédica cambiemista de antaño, espacio político que (esto dicho como segunda adenda), se enfrenta al serio riesgo de una licuación si Milei logra consolidarse políticamente.

https://twitter.com/CasaRosada/status/1764048922010358189

Pero el pacto también tiene un problema de raíz. No está concebido como parte de un acto que supone una discusión generosa y que termina alumbrando una serie de enunciados: sería el paso final (elucubrado por el libertarismo gobernante) que requiere de la aprobación previa de los mamotretos jurídicos ya comentados y que devendría, como promesa futura, en un alivio fiscal para las provincias. Este procedimiento resulta claramente extorsivo y pretende, como un paquete cerrado, ganar en legitimidad sin ningún tipo de revisión. Es un acuerdo sujeto con fórceps, concebido con una errónea conceptualización mileista que cree contar con un cheque en blanco, a partir de su triunfo en el balotaje de noviembre.

En resumen, el oficialismo trata de ganar tiempo ya que se enfrentaba a un inminente rechazo del DNU 70/23 en la cámara alta, cuyos legisladores ahora probablemente revisen su accionar para adelante, teniendo en cuenta la supuesta instancia de negociación que se les abren a los gobernadores y que, en muchos casos, resultan sus jefes políticos.

En el procedimiento, por ahora novedoso para las formas libertarias, Milei toma una bandera cara a cierto infantilismo político que siempre tiene como aspiración, el máximo deseo de lograr un acuerdo que incluyan unos pocos puntos que, supuestamente, permitiría sacar al país del atraso, dejándolo escrito y publicado para la posteridad. Una especie de Pacto de la Moncloa de estos confines del mundo. Ya lo intentó Mauricio Macri con el fenecido consenso fiscal de 2017, que imponía una serie de transformaciones fiscales al interior de las provincias, que el mundo amarillo vivió como un triunfo pero que, la profundizada crisis económica del año siguiente, le dio un baño de realidad.

Los acuerdos pueden condensarse en la realidad de la superestructura política y económica. Podrá imponerse (o no) desde la fortaleza de la caja del Estado nacional y de las carencias de no pocos Estados subnacionales, pero hay una segunda instancia, esa que refiere a la calidad de vida material de los argentinos que no parece enfrentar en el mediano plazo más que sufrimiento y miseria. Cuánto de eso podrá sostenerse en el tiempo, sin asistir a un deterioro tan marcado que transforme en letra muerta cualquier tipo de acuerdo suscripto por arriba, es un verdadero misterio que ningún protagonista ni analista puede avizorar. Si la historia reciente sirviera de algo, vale decir que esa celebración macrista que se combinó con el buen resultado electoral de 2017, fue el sustento para imponer una reforma jubilatoria que se transformó en piedra de toque de la debacle macrista de 2018 y 2019.

La estrategia libertaria parece haber dado sus frutos. En un contexto donde algunas disputas que parecen gravosas, se sustancian con el fuego de artificio de las redes, Milei tiró la línea lo suficientemente lejos, como para darle algo de aire, también, a sus potenciales aliados que, en definitiva y en tren de ser honestos, sólo aspiran que la tensión se sustancie en la misma antinomia de los últimos 78 años: peronismo / antiperonismo. Si buena parte de la oposición amigable tolera insultos, maltratos y ninguneos, ello obedece a no quedar pegados, por ejemplo, en una votación parlamentaria con el bloque, vaya casualidad, que resulta mayoritario.

Dicen Los Violadores, protagonistas del epígrafe de hoy, que en una noche de fuegos de artificio se tomaron decisiones sin saber. Tal vez nuestra resiliencia pueda impedir las pesadillas del poder. Solo tal vez.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 03 Mar 2024 13:40:00 -0300