Aunque aún no fue formalmente consagrada, la segura candidatura de la ecologista Marina Silva en reemplazo del fallecido socialista Eduardo Campos ya alteró el escenario electoral de Brasil luego de que una encuesta de intención de voto le atribuyera la posibilidad de derrotar en segunda vuelta a la actual mandataria, Dilma Rousseff.
Si bien en situación de empate técnico, Silva desplazó del segundo puesto al socialdemócrata Aécio Neves, con 21 contra 20 por ciento, para la primera vuelta del 5 de octubre próximo, según el sondeo de Datafolha divulgado este lunes.
En ese escenario, Rousseff ganaría la primera vuelta con 36 por ciento de los votos, lo que la obligaría a medirse en el balotaje con Silva, que se impondría con 46 contra 43 por ciento de los sufragios -lo que también representa empate técnico-, de acuerdo con ese relevamiento.
En cambio, Rousseff ganaría la segunda vuelta y retendría así la Presidencia si su adversario fuera Neves, con 47 contra 39 por ciento de los votos, reprodujeron los diarios O Globo y Folha de Sao Paulo.
"hasta ahora nada afecta el liderazgo de Rousseff" afirmó el ex ministro Fernando Pimentel.
Mientras la intención de voto por Rousseff y Neves se mantuvo estable en comparación con el anterior sondeo de Datafolha, hecho el mes pasado, la de Silva superó en más del doble a la de Campos, que reunía 10 por ciento.
Silva captó la adhesión de muchos que pensaban votar en blanco o estaban indecisos, que entre una encuesta y otra cayeron de 13 a ocho y de 14 a nueve por ciento, respectivamente.
Neves, durante una visita a una favela (barrio de emergencia), aseguró que esperaba ese resultado y advirtió que volverá a ser el segundo favorito una vez que se supere el impacto emocional por la muerte de Campos.
El fallecimiento del candidato socialista introdujo "un cambio en el plano electoral y ya se refleja en las encuestas, pero eso no cambia nuestra convicción de que tenemos el mejor proyecto para Brasil y por eso estaremos en la segunda vuelta", dijo Neves, según consignó la agencia de noticias EFE.
En tanto, el ex ministro Fernando Pimentel, candidato oficialista a la gobernación del estado Minas Gerais, sostuvo que "hasta ahora nada afecta el liderazgo de Rousseff".
"La pelea es más abajo, por el segundo lugar; la duda es quién podrá disputar una segunda vuelta con la presidenta", agregó Pimentel.
La candidatura de Silva -compañera de fórmula de Campos, muerto el miércoles pasado en un accidente aéreo- es dada por segura dentro y fuera del Partido Socialista Brasileño (PSB) pero aún debe ser oficializada por sus autoridades, lo que se espera que ocurra pasado mañana miércoles.
La cúpula del PSB preparaba esta tarde una suerte de pliego de condiciones para imponer a la extrapartidaria Silva, que pertenece al partido ambientalista Red Sustentable.
"Es una especie de inventario de los compromisos asumidos por Eduardo (Campos) con los electores, los otros partidos y los propios candidatos del PSB, para que ella tenga conocimiento de lo que está ocurriendo", dijo un dirigente nacional citado, pero no identificado, por O Globo.
Entre esos requisitos no se le exigirá a Silva que se afilie al PSB, aseguró el líder del bloque partidario en el Senado, Rodrigo Rollemberg, según reportó la agencia Brasil 247.
Paralelamente, el PSB deberá designar un nuevo candidato a vicepresidente y esta tarde crecía la probabilidad de que el elegido sea el jefe de la bancada partidaria en la Cámara de Diputados, Beto Albuquerque.
"La pelea es más abajo, por el segundo lugar; la duda es quién podrá disputar una segunda vuelta con la presidenta", agregó Pimentel.
"El tiene todas las características: es una persona que está en el proyecto desde el inicio, es una persona de confianza de Eduardo Campos, que tiene un buen tránsito con Marina y es del cuadro orgánico del PSB", justificó Rollemberg.
No obstante, la prensa no descartaba a Fernando Bezerra Coelho, quien fue ministro de Integración Nacional de Rousseff entre enero de 2011 y octubre de 2013, y era hombre de confianza de Campos.
Esta posibilidad parecía robustecida por el hecho de que la viuda de Campos, Renata de Andrade Lima, será consultada y su opinión tendrá peso en la decisión partidaria, luego de que el presidente del PSB, Roberto Amaral, dijera que "después de Miguel Arraes (abuelo de Campos y, como éste, ex gobernador de Pernambuco) y Eduardo Campos, es la mayor líder del partido".
FUENTE: Télam