Warning: Undefined array key 0 in /home/fundamen/public_html/plugins/system/jblibrary/jblibrary.php on line 380
Fundamentar - Artículos Este portal pretende hacer un aporte a la cualificación del debate político y económico en la Argentina. Ponemos ideas en discusión que pretenden servir para que surjan otras visiones que enriquezcan el análisis. https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/itemlist/tag/Gran%20Guerra 2024-05-20T18:27:20-03:00 Joomla! - Open Source Content Management ¿Una Nueva Mirada a 1914? 2014-01-17T15:44:14-03:00 2014-01-17T15:44:14-03:00 https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/3303-una-nueva-mirada-a-1914 JOSEPH S. NYE (*) hola@fundamentar.com <div class="K2FeedImage"><img src="https://www.fundamentar.com/media/k2/items/cache/e194bc2b752ce10f9bc3ab028b7c6fad_S.jpg" alt="Soldados británicos en acción con ametralladora usando mascaras de gas" /></div><div class="K2FeedIntroText"><p> <em>Se cumplen un siglo de un acontecimiento que transform&oacute; la historia moderna. En la Primera Guerra Mundial perecieron cerca de 20 millones de personas, destruy&eacute;ndose una generaci&oacute;n de j&oacute;venes europeos. Tambi&eacute;n cambi&oacute; de manera fundamental el orden internacional en Europa y el resto del mundo.</em></p></div><div class="K2FeedFullText"><p> Este a&ntilde;o se cumple un siglo de un acontecimiento que transform&oacute; la historia moderna. En la Primera Guerra Mundial perecieron cerca de 20 millones de personas, destruy&eacute;ndose una generaci&oacute;n de j&oacute;venes europeos. Tambi&eacute;n cambi&oacute; de manera fundamental el orden internacional en Europa y el resto del mundo.</p> <p> De hecho, la Gran Guerra destruy&oacute; no solo vidas, sino tres imperios europeos: el alem&aacute;n, el austroh&uacute;ngaro y el ruso, y con el colapso del r&eacute;gimen otomano pr&aacute;cticamente un cuarto. Hasta antes de su inicio, el equilibrio de poder mundial estaba centrado en Europa; tras ella, Estados Unidos y Jap&oacute;n emergieron como grandes potencias. La guerra adem&aacute;s abri&oacute; las puertas a la Revoluci&oacute;n Bolchevique de 1917, prepar&oacute; el camino para el fascismo e intensific&oacute; y ampli&oacute; las batallas ideol&oacute;gicas que caracterizaron el siglo veinte.</p> <p> &iquest;C&oacute;mo pudo ocurrir una cat&aacute;strofe de semejantes dimensiones? Poco despu&eacute;s de su estallido, cuando se le pidi&oacute; una explicaci&oacute;n al entonces Canciller alem&aacute;n Theobald von Bethmann-Hollweg sobre qu&eacute; ocurri&oacute;, respondi&oacute;: &ldquo;&iexcl;Ah, si solo lo supiera!&rdquo; Quiz&aacute;s con &aacute;nimo autoexculpatorio, lleg&oacute; a ver la guerra como algo inevitable. De manera similar, el ministro brit&aacute;nico de Asuntos Exteriores, Sir Edward Grey, plante&oacute; que hab&iacute;a &ldquo;acabado por pensar que ning&uacute;n ser humano en particular hubiera podido evitarla.&rdquo;</p> <p> La pregunta a la que nos enfrentamos hoy es si puede ocurrir de nuevo. Margaret MacMillan, autora del interesante libro 1914. De la paz a la guerra, de reciente publicaci&oacute;n, plantea que &ldquo;resulta tentador (y da que pensar) comparar las relaciones actuales entre China y Estados Unidos con las de Alemania e Inglaterra hace un siglo&rdquo;. Tras hacer una comparaci&oacute;n similar, el semanario The Economist concluye que &ldquo;la similitud m&aacute;s inquietante entre 1914 y el momento actual es la complacencia&rdquo;. Y algunos polit&oacute;logos, como John Mearsheimer de la Universidad de Chicago, han argumentado que &ldquo;para decirlo sin rodeos: China no puede ascender como potencia pac&iacute;ficamente.&rdquo;</p> <p> Pero las analog&iacute;as hist&oacute;ricas, si bien a veces son &uacute;tiles como prevenci&oacute;n, resultan peligrosas cuando conllevan una sensaci&oacute;n de inevitabilidad. La Primera Guerra Mundial no lo fue, sino que se volvi&oacute; m&aacute;s probable por el ascenso de Alemania y los recelos que ello cre&oacute; en Gran Breta&ntilde;a, y tambi&eacute;n por la respuesta atemorizada de Alemania al ascenso de Rusia, adem&aacute;s de multitud de otros factores, entre ellos errores humanos. Sin embargo, hoy en d&iacute;a la brecha entre Estados Unidos y China es mayor que la que exist&iacute;a entre Alemania y Gran Breta&ntilde;a en 1914.</p> <p> Para sacar lecciones de 1914 que resulten &uacute;tiles para el momento actual es necesario disipar los muchos mitos que se han creado sobre la Gran Guerra. Por ejemplo, la acusaci&oacute;n de que se trat&oacute; de una guerra preventiva iniciada deliberadamente por Alemania se ve desmentida por la evidencia de que las elites m&aacute;s importantes no lo cre&iacute;an as&iacute;. Tampoco fue una guerra puramente accidental, como sostienen otros: Austria particip&oacute; de manera deliberada para repeler la amenaza de un nacionalismo eslavo en ascenso. Hubo errores de c&aacute;lculo sobre la duraci&oacute;n y el alcance de la guerra, pero eso no equivale a que haya sido accidental.</p> <p class="blubox-jck" style="text-align: center;"> <span style="color: rgb(68, 68, 68); font-family: Georgia, serif; font-size: 15px; font-style: italic; background-color: rgb(250, 250, 250);">La pregunta a la que nos enfrentamos hoy es si puede ocurrir de nuevo. Margaret MacMillan, plantea que &ldquo;resulta tentador comparar las relaciones actuales entre China y Estados Unidos con las de Alemania e Inglaterra hace un siglo&quot;. Tras hacer una comparaci&oacute;n similar, el semanario The Economist concluye que &ldquo;la similitud m&aacute;s inquietante entre 1914 y el momento actual es la complacencia&rdquo;. Y algunos polit&oacute;logos, como John Mearsheimer han argumentado que &ldquo;para decirlo sin rodeos: China no puede ascender como potencia pac&iacute;ficamente.&rdquo;</span></p> <p> Tambi&eacute;n se dice que la causa de la guerra fue una carrera armamentista desenfrenada en Europa, pero esta ya hab&iacute;a acabado en 1912 y Gran Breta&ntilde;a la hab&iacute;a ganado. Si bien exist&iacute;a inquietud por el creciente poder&iacute;o de los ej&eacute;rcitos, esta resulta una visi&oacute;n m&aacute;s bien simplista.</p> <p> El mundo de hoy es diferente al de 1914 en muchos e importantes sentidos. Uno es el que las armas nucleares dan a los l&iacute;deres pol&iacute;ticos el equivalente a una bola de cristal que les muestra c&oacute;mo quedar&iacute;a el mundo tras una escalada. Qui&eacute;n sabe que si el Emperador, el K&aacute;iser y el Zar hubieran podido ver en 1918 la destrucci&oacute;n de sus imperios y la p&eacute;rdida de sus tronos habr&iacute;an sido m&aacute;s prudentes en 1914. No hay duda de que este efecto de &ldquo;vista previa&rdquo; influy&oacute; fuertemente sobre los dirigentes estadounidenses y sovi&eacute;ticos durante la crisis de los misiles de Cuba. Es probable que hoy tendr&iacute;a una influencia similar sobre Estados Unidos y China.</p> <p> Otra diferencia es que la ideolog&iacute;a de la guerra hoy es mucho m&aacute;s d&eacute;bil. En 1924 se pensaba de verdad que la guerra era inevitable, en una visi&oacute;n fatalista reforzada por el argumento del darwinismo social de que &ldquo;limpiar&iacute;a el aire&rdquo; como una buena tormenta de verano. Como escribiera Winston Churchill en La crisis mundial:</p> <p> &ldquo;Hab&iacute;a una atm&oacute;sfera extra&ntilde;a. No satisfechas con la prosperidad material, las naciones se volvieron con fiereza hacia las luchas, fueran estas internas o externas. Las pasiones naturales, que hab&iacute;an sido exaltadas indebidamente en momentos de declive de la religi&oacute;n, ard&iacute;an bajo la superficie de casi cada pa&iacute;s con llamas intensas aunque oscuras. Casi se podr&iacute;a pensar que el mundo deseaba sufrir, y no hay duda de que los hombres estaban ansiosos por tentar su suerte.&rdquo;</p> <p> No hay duda de que el nacionalismo est&aacute; aumentando en China, al tiempo que Estados Unidos ha iniciado dos guerras despu&eacute;s de los ataques del 11 de septiembre, pero ninguno de estos pa&iacute;ses tiene una actitud belicosa o complaciente acerca de una guerra limitada. China aspira a tener mayor peso en la regi&oacute;n y Estados Unidos tiene aliados regionales a cuya defensa se ha comprometido. Siempre es posible que haya errores de c&aacute;lculo, pero el riesgo se puede reducir mediante las opciones de pol&iacute;ticas adecuadas. De hecho, ambas potencias tienen fuertes incentivos para cooperar en varios &aacute;mbitos, como el energ&eacute;tico, el cambio clim&aacute;tico y la estabilidad financiera.</p> <p> M&aacute;s a&uacute;n, si bien la Alemania de 1914 estaba pisando los talones a Gran Breta&ntilde;a (y ya la hab&iacute;a superado en t&eacute;rminos de potencia industrial), Estados Unidos sigue estando a d&eacute;cadas de distancia de China en recursos generales en los &aacute;mbitos militar, econ&oacute;mico y de poder blando. Si se embarcara en una aventura pol&iacute;tica demasiado arriesgada, China podr&iacute;a poner en riesgo lo que lleva ganado interna y externamente.</p> <p> En otras palabras, Estados Unidos tiene m&aacute;s tiempo para manejar sus relaciones con una potencia en ascenso que el que tuvo Gran Breta&ntilde;a hace un siglo. Una actitud demasiado temerosa puede resultar siendo una profec&iacute;a autocumplida. Otro asunto es si Estados Unidos y China manejar&aacute;n bien su relaci&oacute;n, pero el modo como lo hagan ser&aacute; el dictado de las decisiones humanas, no de alguna ley hist&oacute;rica ineludible.</p> <p> Una de las lecciones que podemos aprender de los sucesos de 1914 es desconfiar de los analistas que plantean analog&iacute;as hist&oacute;ricas, especialmente si tienen un aire de inevitabilidad. La guerra nunca es inevitable, aunque la creencia en su inevitabilidad sea una de sus causas.</p> <p> &nbsp;</p> <p> (*) <em>Ex subsecratario de Defensa de Estados Unidos, profesor en la Universidad de Harvard y autor de &quot;The Future of Power&quot;</em>.</p> <div> &nbsp;</div> <p> <strong>FUENTE: </strong><a href="http://www.project-syndicate.org/commentary/joseph-s--nye-asks-whether-war-between-china-and-the-us-is-as-inevitable-as-many-believe-world-war-i-to-have-been/spanish" target="_blank">Project Syndicate</a></p></div> <div class="K2FeedImage"><img src="https://www.fundamentar.com/media/k2/items/cache/e194bc2b752ce10f9bc3ab028b7c6fad_S.jpg" alt="Soldados británicos en acción con ametralladora usando mascaras de gas" /></div><div class="K2FeedIntroText"><p> <em>Se cumplen un siglo de un acontecimiento que transform&oacute; la historia moderna. En la Primera Guerra Mundial perecieron cerca de 20 millones de personas, destruy&eacute;ndose una generaci&oacute;n de j&oacute;venes europeos. Tambi&eacute;n cambi&oacute; de manera fundamental el orden internacional en Europa y el resto del mundo.</em></p></div><div class="K2FeedFullText"><p> Este a&ntilde;o se cumple un siglo de un acontecimiento que transform&oacute; la historia moderna. En la Primera Guerra Mundial perecieron cerca de 20 millones de personas, destruy&eacute;ndose una generaci&oacute;n de j&oacute;venes europeos. Tambi&eacute;n cambi&oacute; de manera fundamental el orden internacional en Europa y el resto del mundo.</p> <p> De hecho, la Gran Guerra destruy&oacute; no solo vidas, sino tres imperios europeos: el alem&aacute;n, el austroh&uacute;ngaro y el ruso, y con el colapso del r&eacute;gimen otomano pr&aacute;cticamente un cuarto. Hasta antes de su inicio, el equilibrio de poder mundial estaba centrado en Europa; tras ella, Estados Unidos y Jap&oacute;n emergieron como grandes potencias. La guerra adem&aacute;s abri&oacute; las puertas a la Revoluci&oacute;n Bolchevique de 1917, prepar&oacute; el camino para el fascismo e intensific&oacute; y ampli&oacute; las batallas ideol&oacute;gicas que caracterizaron el siglo veinte.</p> <p> &iquest;C&oacute;mo pudo ocurrir una cat&aacute;strofe de semejantes dimensiones? Poco despu&eacute;s de su estallido, cuando se le pidi&oacute; una explicaci&oacute;n al entonces Canciller alem&aacute;n Theobald von Bethmann-Hollweg sobre qu&eacute; ocurri&oacute;, respondi&oacute;: &ldquo;&iexcl;Ah, si solo lo supiera!&rdquo; Quiz&aacute;s con &aacute;nimo autoexculpatorio, lleg&oacute; a ver la guerra como algo inevitable. De manera similar, el ministro brit&aacute;nico de Asuntos Exteriores, Sir Edward Grey, plante&oacute; que hab&iacute;a &ldquo;acabado por pensar que ning&uacute;n ser humano en particular hubiera podido evitarla.&rdquo;</p> <p> La pregunta a la que nos enfrentamos hoy es si puede ocurrir de nuevo. Margaret MacMillan, autora del interesante libro 1914. De la paz a la guerra, de reciente publicaci&oacute;n, plantea que &ldquo;resulta tentador (y da que pensar) comparar las relaciones actuales entre China y Estados Unidos con las de Alemania e Inglaterra hace un siglo&rdquo;. Tras hacer una comparaci&oacute;n similar, el semanario The Economist concluye que &ldquo;la similitud m&aacute;s inquietante entre 1914 y el momento actual es la complacencia&rdquo;. Y algunos polit&oacute;logos, como John Mearsheimer de la Universidad de Chicago, han argumentado que &ldquo;para decirlo sin rodeos: China no puede ascender como potencia pac&iacute;ficamente.&rdquo;</p> <p> Pero las analog&iacute;as hist&oacute;ricas, si bien a veces son &uacute;tiles como prevenci&oacute;n, resultan peligrosas cuando conllevan una sensaci&oacute;n de inevitabilidad. La Primera Guerra Mundial no lo fue, sino que se volvi&oacute; m&aacute;s probable por el ascenso de Alemania y los recelos que ello cre&oacute; en Gran Breta&ntilde;a, y tambi&eacute;n por la respuesta atemorizada de Alemania al ascenso de Rusia, adem&aacute;s de multitud de otros factores, entre ellos errores humanos. Sin embargo, hoy en d&iacute;a la brecha entre Estados Unidos y China es mayor que la que exist&iacute;a entre Alemania y Gran Breta&ntilde;a en 1914.</p> <p> Para sacar lecciones de 1914 que resulten &uacute;tiles para el momento actual es necesario disipar los muchos mitos que se han creado sobre la Gran Guerra. Por ejemplo, la acusaci&oacute;n de que se trat&oacute; de una guerra preventiva iniciada deliberadamente por Alemania se ve desmentida por la evidencia de que las elites m&aacute;s importantes no lo cre&iacute;an as&iacute;. Tampoco fue una guerra puramente accidental, como sostienen otros: Austria particip&oacute; de manera deliberada para repeler la amenaza de un nacionalismo eslavo en ascenso. Hubo errores de c&aacute;lculo sobre la duraci&oacute;n y el alcance de la guerra, pero eso no equivale a que haya sido accidental.</p> <p class="blubox-jck" style="text-align: center;"> <span style="color: rgb(68, 68, 68); font-family: Georgia, serif; font-size: 15px; font-style: italic; background-color: rgb(250, 250, 250);">La pregunta a la que nos enfrentamos hoy es si puede ocurrir de nuevo. Margaret MacMillan, plantea que &ldquo;resulta tentador comparar las relaciones actuales entre China y Estados Unidos con las de Alemania e Inglaterra hace un siglo&quot;. Tras hacer una comparaci&oacute;n similar, el semanario The Economist concluye que &ldquo;la similitud m&aacute;s inquietante entre 1914 y el momento actual es la complacencia&rdquo;. Y algunos polit&oacute;logos, como John Mearsheimer han argumentado que &ldquo;para decirlo sin rodeos: China no puede ascender como potencia pac&iacute;ficamente.&rdquo;</span></p> <p> Tambi&eacute;n se dice que la causa de la guerra fue una carrera armamentista desenfrenada en Europa, pero esta ya hab&iacute;a acabado en 1912 y Gran Breta&ntilde;a la hab&iacute;a ganado. Si bien exist&iacute;a inquietud por el creciente poder&iacute;o de los ej&eacute;rcitos, esta resulta una visi&oacute;n m&aacute;s bien simplista.</p> <p> El mundo de hoy es diferente al de 1914 en muchos e importantes sentidos. Uno es el que las armas nucleares dan a los l&iacute;deres pol&iacute;ticos el equivalente a una bola de cristal que les muestra c&oacute;mo quedar&iacute;a el mundo tras una escalada. Qui&eacute;n sabe que si el Emperador, el K&aacute;iser y el Zar hubieran podido ver en 1918 la destrucci&oacute;n de sus imperios y la p&eacute;rdida de sus tronos habr&iacute;an sido m&aacute;s prudentes en 1914. No hay duda de que este efecto de &ldquo;vista previa&rdquo; influy&oacute; fuertemente sobre los dirigentes estadounidenses y sovi&eacute;ticos durante la crisis de los misiles de Cuba. Es probable que hoy tendr&iacute;a una influencia similar sobre Estados Unidos y China.</p> <p> Otra diferencia es que la ideolog&iacute;a de la guerra hoy es mucho m&aacute;s d&eacute;bil. En 1924 se pensaba de verdad que la guerra era inevitable, en una visi&oacute;n fatalista reforzada por el argumento del darwinismo social de que &ldquo;limpiar&iacute;a el aire&rdquo; como una buena tormenta de verano. Como escribiera Winston Churchill en La crisis mundial:</p> <p> &ldquo;Hab&iacute;a una atm&oacute;sfera extra&ntilde;a. No satisfechas con la prosperidad material, las naciones se volvieron con fiereza hacia las luchas, fueran estas internas o externas. Las pasiones naturales, que hab&iacute;an sido exaltadas indebidamente en momentos de declive de la religi&oacute;n, ard&iacute;an bajo la superficie de casi cada pa&iacute;s con llamas intensas aunque oscuras. Casi se podr&iacute;a pensar que el mundo deseaba sufrir, y no hay duda de que los hombres estaban ansiosos por tentar su suerte.&rdquo;</p> <p> No hay duda de que el nacionalismo est&aacute; aumentando en China, al tiempo que Estados Unidos ha iniciado dos guerras despu&eacute;s de los ataques del 11 de septiembre, pero ninguno de estos pa&iacute;ses tiene una actitud belicosa o complaciente acerca de una guerra limitada. China aspira a tener mayor peso en la regi&oacute;n y Estados Unidos tiene aliados regionales a cuya defensa se ha comprometido. Siempre es posible que haya errores de c&aacute;lculo, pero el riesgo se puede reducir mediante las opciones de pol&iacute;ticas adecuadas. De hecho, ambas potencias tienen fuertes incentivos para cooperar en varios &aacute;mbitos, como el energ&eacute;tico, el cambio clim&aacute;tico y la estabilidad financiera.</p> <p> M&aacute;s a&uacute;n, si bien la Alemania de 1914 estaba pisando los talones a Gran Breta&ntilde;a (y ya la hab&iacute;a superado en t&eacute;rminos de potencia industrial), Estados Unidos sigue estando a d&eacute;cadas de distancia de China en recursos generales en los &aacute;mbitos militar, econ&oacute;mico y de poder blando. Si se embarcara en una aventura pol&iacute;tica demasiado arriesgada, China podr&iacute;a poner en riesgo lo que lleva ganado interna y externamente.</p> <p> En otras palabras, Estados Unidos tiene m&aacute;s tiempo para manejar sus relaciones con una potencia en ascenso que el que tuvo Gran Breta&ntilde;a hace un siglo. Una actitud demasiado temerosa puede resultar siendo una profec&iacute;a autocumplida. Otro asunto es si Estados Unidos y China manejar&aacute;n bien su relaci&oacute;n, pero el modo como lo hagan ser&aacute; el dictado de las decisiones humanas, no de alguna ley hist&oacute;rica ineludible.</p> <p> Una de las lecciones que podemos aprender de los sucesos de 1914 es desconfiar de los analistas que plantean analog&iacute;as hist&oacute;ricas, especialmente si tienen un aire de inevitabilidad. La guerra nunca es inevitable, aunque la creencia en su inevitabilidad sea una de sus causas.</p> <p> &nbsp;</p> <p> (*) <em>Ex subsecratario de Defensa de Estados Unidos, profesor en la Universidad de Harvard y autor de &quot;The Future of Power&quot;</em>.</p> <div> &nbsp;</div> <p> <strong>FUENTE: </strong><a href="http://www.project-syndicate.org/commentary/joseph-s--nye-asks-whether-war-between-china-and-the-us-is-as-inevitable-as-many-believe-world-war-i-to-have-been/spanish" target="_blank">Project Syndicate</a></p></div>