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Fundamentar - Artículos https://www.fundamentar.com Fri, 11 Oct 2024 14:50:37 -0300 Joomla! - Open Source Content Management es-es Billetera mata novedad https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6921-billetera-mata-novedad https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6921-billetera-mata-novedad Javier Milei y Susana Giménez en el balcón de Casa Rosada

Yo entiendo qué te pasa, si sos tan solo un niño
aunque te hagas el malo te está faltando cariño
yo no tengo enemigos y no los necesito
igual vení acercate que te firmo la fotito…

“Fanático”. Lali Espósito

Una exposición en la ONU que no tuvo, ni por asomo, el impacto internacional esperado por el libertarismo. Encuestas que marcan un marcado declive en la ponderación de la figura presidencial. Buena parte de la Córdoba turística incendiada por la acción del hombre. Y los números de pobreza del primer semestre de 2024 que reflejan un crecimiento exponencial y que la proyectan a los valores de comienzos de siglo. Todos estos hechos, en parte, marcan la agenda política de la última semana de setiembre, con un oficialismo que se esfuerza en el intento de desviar los ejes de discusión y que se terminan transformando en verdaderos tiros en el pie. No sólo los bolsillos de la mayoría de los argentinos tienen límites, las novedades también. Recorrido por días de dudosa efectividad de leones y allegados. Pasen y vean. Quedan todos y todas formalmente invitados.

En los días previos a su viaje a Nueva York, allegados al gobierno habían hecho correr la versión de que el presidente Javier Milei se preparaba para brindar un discurso que además de disruptivo, incluía denunciar a China por su rol en el concierto de las naciones. Bastó que con el mismo método, voceros de la embajada de ese país, comentaran off the record que no estaban dispuestos a tolerar ciertos planteos, para que el papá de Conan omitiera cualquier referencia a los herederos de Mao.

El primer mandatario denunció la falta de eficiencia de la ONU, su supuesto socialismo y se corrió de cualquier tipo de acuerdo que se pueda tejer a partir de las agendas internacionales construidas por estos días. En su relato supuestamente rupturista, no omitió alinearse con Estados Unidos e Israel. Pero a la vez no pudo evitar, vaya paradoja, que su estrategia lo dejara aislado y realizando planteos similares a los de Rusia, Nicaragua y Venezuela. Con un nulo impacto internacional, quedó demostrado que, a los fines de evitar el ridículo, el gran juego de las relaciones internacionales se juega desde la experiencia y el saber hacer, no desde el arrebato de un personaje que se imagina como un profeta de un nuevo tiempo social, antes que un dirigente interesado en mejorar la calidad de vida del pueblo que lo eligió.

https://x.com/OPRArgentina/status/1838678561080906011

El Gobierno enfrenta un tiempo difícil. Todas las encuestas reflejan una caída de la imagen presidencial y no son pocos quienes se preguntan si la comunicación libertaria, sostenida a fuerza del ejército de trolls que habitan la Casa Rosada y de un grupo de operadores mediáticos con una enorme visibilidad, alcanza para dejar de caer o, para peor, si ya no resulta “viejo”.

Milei construyó su figura pública sobre tres ejes: la denuncia a la casta, el insulto como instrumento del relato y una singular articulación en redes que le permitió tener llegada a sectores etarios que la política tradicional había dejado de interpelar. En el marco de la campaña electoral esas formas resultaron muy efectivas, pero gobernar se trata de otra cosa. Sobre todo si entendemos que los “éxitos” institucionales libertarios se construyeron sobre la base de negociar con los políticos y los poderes fácticos que se denunciaban.

La idea de amigo / enemigo es intrínseca a la política, algo que explicó y muy bien el bueno de Carl Schmitt. Y en ese devenir, el libertarismo gobernante, a la que vez que denuncia a sus enemigos, en no pocas ocasiones (a veces ocultas, otras a la luz pública), transa y se amiga con los supuestos inescrupulosos:

-          Negó un aumento a jubilados pero negoció con un grupo de diputados para bloquear la insistencia legislativa a quienes terminó llamándolos “héroes”.

-          Denunció la supuesta corruptela sindical, fogoneó proyectos de ley que limitan las reelecciones en los gremios, pero terminó acordando con lo más conservador de esa dirigencia, dejando de lado acuerdos previos con distintos bloques legislativos.

-          Ahogó al sistema universitario por ser supuestamente ineficiente por una doble vía. Por un lado con la reducción al mínimo de los gastos de funcionamiento, para otorgar después todo lo reclamado por el Consejo Interuniversitario Nacional. Y por otro, con paritarias vergonzosas para los trabajadores y que, en la previa de lo que podría ser una enorme movilización el día 2 de octubre, ofreció un aumento que no llega al 6%, afirmando que se estaba frente a una oferta histórica.

https://x.com/INDECArgentina/status/1839379446530507019

El de Milei es un gobierno que no tiene empatía frente al dolor social. Lo demostró inicialmente en la crisis climática que vivió la ciudad de Bahía Blanca (“yo sé que ustedes podrán resolverlo”); lo viven cada semana los jubilados cuando son reprimidos por reclamar mejoras en sus haberes; hizo gala de su desaprensión cuando juntó a varias decenas de legisladores en un asado para celebrar la vigencia del veto a la reforma de movilidad jubilatoria y esta semana lo sufrieron los cordobeses cuando visitó la provincia a partir de los incendios forestales en el valle de Punilla, donde no llevó ningún tipo de ayuda ni se tomó el tiempo de saludar a los bomberos que luchan contra ese ecocidio.

Pero no conforme con lo anterior, lo volvió a demostrar en la tarde del día jueves cuando coincidentemente, mientras se daba a conocer el aumento escandaloso de la pobreza, salía a saludar desde un cada vez más devaluado balcón de la Casa Rosada junto a Susana Gimenez, conductora televisiva que parece no contar con el encendido televisivo de otros tiempos y con quien grabó una nota que se emitirá el día domingo a la noche. ¿Volverá a darse una caída del rating como en la jornada de la presentación del presupuesto o las partes podrán salvar la ropa? Dudas que se develarán en pocas horas.

De alguna extraña manera, el mundo libertario se regodea con algunas fotos sepia de los 90’: a lo comentado en el párrafo anterior, deben sumarse la vigencia del apellido Menem como síntesis de controversia; la señora Amalia "Yuyito" González que vuelve a hacerse visible por sus vinculaciones románticas con algún sector del poder; Juan Bautista "Tata" Yofre vuelve a formar parte del entramado de inteligencia a través de la vieja / nueva SIDE y ciertos sectores de la dirigencia sindical negocian en silencio reformas laborales, bajo el eterno argumento de que si se lo deja al gobierno, el escenario futuro podría ser peor. De alguna manera no deberíamos olvidar que hace tres décadas ayudaron a desguazar un país. No es menos cierto que la vieja frase marxista sobre la tragedia y la farsa vuelve a cobrar sentido. Pero en honor a lo remanido de su uso, obviaremos cualquier profundización explicativa.

https://x.com/Zuban_Cordoba/status/1839402375129555342

En 2024, el ajuste sobre la educación y la salud pública, las amenazas sobre Aerolíneas Argentinas, el estado de abandono del servicio de trenes para el interior del país, la eliminación de los subsidios para el transporte urbano, el desinterés manifiesto por defender una política industrial, la discrecionalidad en las transferencias a las provincias y el cierre definitivo de áreas estatales que daban respuestas a demandas del presente siglo, completan un cuadro donde las novedades parecen agotarse.

El número de la pobreza era parte de algo muy anunciado y que el oficialismo, los dirigentes aliados, unos cuantos gobernadores que apoyaron el pacto de mayo firmado en julio y sus operadores mediáticos, hasta ahora se negaban a ver fingiendo demencia. De todas formas, no son pocos los protagonistas que en su anti peronismo genético expanden culpas hacia el gobierno anterior, como si la devaluación operada en los primeros días de diciembre se le deba a los Massa boys.

Se repite así un esquema practicado por Mauricio Macri allá por comienzos de 2016, cuando produjo un apagón estadístico de seis meses y cumplido ese plazo, pidió que a su gestión se la evaluara a partir de ese momento, luego de otra devaluación de proporciones. En el caso libertario, mientras el presidente anuncia que los salarios le ganan a la inflación, omite medir su gestión desde el día 10 de diciembre.

La novedad aquí, es que el deterioro es mucho más rápido que en la gestión amarilla. Y no hay mucha cosa nueva por contar ya que las sorpresas de antaño dejaron de serlo al calor de acostumbrarnos, todos, a cierta rutinización libertaria. Las estrategias novedosas comienzan a agotarse paralelamente a dos factores innegables: el ya comentado deterioro social y que, por ahora, el apoyo que pierde Milei no parece correrse hacia otros referentes.

En los deterioros de los niveles de aprobación sobre la figura de Milei y su gobierno, parece hacerse visible la pregunta de “qué me ofreces además de insultos, acuerdos y desacuerdos circunstanciales con la casta que denunciaste y un deterioro económico del día a día”. Y si la billetera (gorda) mataba galán, la billetera (flaca) mata las novedades que ya no lo son tanto.

 (*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 29 Sep 2024 09:52:36 -0300
Doce segundos https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6909-doce-segundos https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6909-doce-segundos Doce segundos

No es la luz,
lo que importa en verdad.
Son los 12 segundos de oscuridad,
12 segundos de oscuridad…

“Doce segundos en la oscuridad” - Jorge Drexler

Rápidas y furiosas. Así parecen ser las respuestas institucionales de los gobiernos nacional y provincial ante determinados reclamos sectoriales. Si en el artículo del domingo anterior establecíamos puntos de diferenciación y encuentro entre la gestión libertaria y la de Unidos, en la semana que pasó las coincidencias se hicieron mucho más evidentes a partir de cómo actúan frente a ciertas demandas populares. Siete días de violencia, fake news y mentiras desembozadas como argumentación de algunas transformaciones. Pasen y vean. Quedan todos y todas formalmente invitados.

A comienzos de semana el oficialismo nacional se enfrentaba a un serio desafío: la oposición en diputados se proponía insistir con el proyecto de movilidad jubilatoria, el cual se había sancionado con amplios márgenes de votos, necesitando de las dos terceras partes de los legisladores presentes en la sesión para dar vuelta el veto presidencial.

Fue el propio Javier Milei el que se puso al frente de una jugada política a la que no suele estar acostumbrado. Convocó a un grupo de legisladores radicales que no tuvieron ningún empacho en cambiar la postura que los había llevado a votar a favor hace apensas dos meses, generando una crisis de proporciones ya no al interior del bloque que conduce el cordobés Rodrigo De Loredo, sino al interior del centenario partido.

Podría decirse que el presidente está aprendiendo a hacer política ya que, con un solo movimiento, puso en crisis a un sector de la oposición y logró su objetivo de bloquear que la ley quedara firme. Que la victoria sea a expensas de uno de los dos sectores más desfavorecidos de la sociedad y que pague cierto costo político, es algo que al papá de Conan, no parece importarle del todo.

El acuerdo con el grupo de radicales tuvo mucho de una componenda que da vergüenza ajena. Negociando con parte de una supuesta casta que el candidato Milei supo denunciar, al rato de producida la votación en el recinto, no dudó de calificar como héroes a los 87 diputados que se negaron a insistir con una muy moderada mejora para nuestros viejos.

No son pocas las voces del sistema político, que en las horas posteriores relativizaron el éxito oficialista a la luz de la represión que otra vez se desató en las adyacencias del Congreso de la Nación, sobre jubilados y trabajadores que se movilizaron como respaldo a la posibilidad de hacer caer el veto. Ya a comienzos de semana, voces periodísticas cercanas al gobierno dejaban trascender que la marcha podría ser “multitudinaria y peligrosa”.

https://x.com/arilijalad/status/1834383688961872084

Con las imágenes de la represión como un estandarte, el oficialismo amplió el margen del costo político con el ataque a una niña de 10 años que, junto a su madre, resultó gaseada. Desde cierta vocinglería mediática que rápidamente sintonizó con los dichos de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, que inicialmente cuestionaba el hecho de que Fabricia estuviera presente en la movilización, hasta llegar a confirmar que la policía había actuado desprovista de cualquier reflejo de humanismo, se construyó una fake news de proporciones que dejó involucrados a funcionarios de primera línea del mencionado ministerio y a operadores mediáticos que resultan cercanos e íntimos al gobierno.

Con la misma irreductibilidad de la onda expansiva de una piedra lanzada al agua, uno y cada uno de los protagonistas quedaron salpicados por un verdadero enchastre que se profundizó cuando, apenas un día después, aparecieron las disculpas públicas de un tal Eduardo Feinmann hacia Bullrich por haber pedido su renuncia y la de los funcionarios más cercanos a ella. Ni Netflix se anima a tanto.

https://x.com/INDECArgentina/status/1833943960638931393

Pero las malas siguieron para el gobierno. Al número de inflación de agosto que se conoció el día miércoles (4,2%), el cual refleja los límites del oficialismo ya que con una caída de la actividad económica de proporciones, el libertarismo no puede consolidar una tendencia más marcada hacia la baja; se le sumó el rechazo en el Senado al DNU que habilitaba $100.000.000 millones para la SIDE y la aprobación de la ley de financiamiento de la educación superior que, rápidamente, el presidente anunció que vetará.

Ante esto último se abren escenarios de escasa certidumbre ya que si, se repitiera el recorrido de la reforma jubilatoria (aprobación, veto e imposibilidad de insistencia legislativa), nadie sabe del todo si el grupo de radicales convertidos seguirán con esa misma actitud y, si se plasmara el mismo recorrido, las respuestas en las calles serían idénticas. Una cosa es ir contra un sector de la sociedad como el de los jubilados, sin representación institucional de peso y otra muy distinta ir contra el sistema de educación superior que cuenta con todos los resortes a su disposición, jóvenes incluidos. El oficialismo se asoma así al riesgo de una doble derrota. En el palacio y en las calles.

https://x.com/JMilei/status/1834647943996932169

Pero como si las imágenes de la violencia institucional en CABA no alcanzaran, también hubo que ampliar la mirada sobre lo que sucedía en la ciudad de Santa Fe, con la aprobación en la Cámara de Diputados de la reforma previsional.

Con el triste récord de haber sido sancionada en dos semanas desde que el proyecto ingresó al Congreso, las imágenes previas a la sesión donde se mostraba el vallado de toda la zona aledaña a la Plaza de Mayo, anunciaba que nada bueno se estaba por legislar.

La forma en que el Poder Ejecutivo encaró el proceso (que le dio una evidente victoria), con nulo debate social, sin escuchar (en serio y no con la pantomima de una comisión creada a gusto y piaccere) y sin el debate de rigor de parte de los representantes del pueblo, abriendo los espacios de discusión a los distintos actores del sistema; crearon el caldo de cultivo para el enojo del conjunto de trabajadores.

Los hechos producidos el día miércoles en la capital de la provincia dejaron tres datos que deben tenerse en cuenta:

1. El socialismo que terminó votando en contra de los trabajadores. Si uno revisa la línea histórica de cómo nacieron los partidos, cómo se formaron y cómo se consolidaron, no deja de resultar llamativo que el partido fundado por Guillermo Estévez Boero, termine aupado por el mismísimo PRO, el cual nació a los fines de representar intereses definitivamente contrapuestos y muy en línea con la ley aprobada.

2. El saneamiento del déficit será parcial. Dicen sus defensores que la reforma representa un 25% del rojo previsional, lo cual supone unos $75.000 millones. La pregunta se cae por su propio peso: ¿cómo se financiarán los $225.000.000 millones restantes?

3. Deslegitimación de la lucha social. Rápidamente, el pullarismo salió a instalar la idea de que los movilizados y violentos eran la misma cosa y que sólo representaban a un pequeño grupo de dirigentes a los que se les quitaban privilegios. La afirmación resulta riesgosa por un doble motivo. No escucha a los afectados por una medida y, simultáneamente, al oponerse estos, los ubica en un lugar fuera de la ley. Un juego demasiado riesgoso para una democracia que se dice reivindicar.

https://x.com/ClaraGarcia_SF/status/1834363832124190825

Doce segundos tardó la presidenta de la Cámara de Diputados Clara García en hacer votar la ley a sus pares. Otro récord que ubica en un lugar de desprestigio a una dirigente, que más allá de las diferencias, se había sabido ganar el respeto de todo el arco político santafesino. El tratamiento exprés de la ley, la forma en que se llevó adelante la aprobación (recomendamos escuchar el audio), los cuestionamientos que posteriormente aparecieron respecto del procedimiento legislativo en consideración con las abstenciones que no tenían pedido de autorización y las acusaciones cruzadas en el medio del recinto, plantean la pregunta de por qué el oficialismo, teniendo mayoría holgada en ambas cámaras, recurrió a esa metodología.

¿Corrían riesgo las mayorías y se debilitaría el frente oficialista, siempre sustanciado en un delicado equilibrio? ¿Un debate amplificado relativizaría el rol determinante del déficit de la Caja de Jubilaciones en las cuentas públicas?

Estas preguntas representan escenarios contra fácticos y, de alguna forma, no tienen demasiada importancia para el análisis político ya que son parte de hechos que no sucederán y por lo tanto carecen de valor. Pero lo que sí puede afirmarse sobre los hechos de la tarde del miércoles, los cuales, insistimos, son una resultante, es que la calidad institucional santafesina dio un paso atrás de cara a la sociedad, más allá de los festejos de rigor del oficialismo.

Doce segundos tarda el haz de luz en hacerse visible en el faro de Cabo Polonio. Tiempo para alumbrar la noche en tierra y en altamar. Canta Jorge Drexler “pie detrás de cada pie iba tras el pulso de claridad”. Tal vez de eso se trate, de seguir caminando, más allá de los 12 segundos que a veces nos dejan en la oscuridad.

 (*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 15 Sep 2024 11:48:30 -0300
Diferentes (pero no tanto) https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6901-diferentes-pero-no-tanto https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6901-diferentes-pero-no-tanto Diferentes (pero no tanto)

Investiga en tu libro de reglas,
y decime lo que ves,
¿sos tan diferente?,
¿no sos igual a mí?...

“No tan distintos” - Sumo

Más allá del fulgor de las últimas horas en la disputa entre Cristina Fernández de Kirchner y Javier Milei, la semana política se fue construyendo en el plano nacional con el desorden ya tradicional del mundo libertario y en el ámbito comarcal, con la efectividad institucional del pullarismo santafesino, que logró dar media sanción a una reforma jubilatoria que ha sabido juntar el rechazo de todo el espectro sindical y de ciertos sectores del mundo judicial. Subyace como síntesis el problema jubilatorio en ambas administraciones: en un caso por la represión a los que reclaman por una mejora en sus haberes y en otro porque el proyecto de ley cercena (más allá de ciertas voces oficiosas) no pocos derechos del conjunto de trabajadores pertenecientes a la plantilla del Estado. Pero en definitiva, más allá de las urgencias y como forma de análisis de lo que se dice como argumentos justificadores, ¿qué separa y que une a ambas administraciones? Pasen y vean. Sean todos y todas bienvenidos.

De alguna forma, a ambos proyectos políticos los unen tres factores que se hicieron presente durante el 2023 electoral:

1. Las virtudes propias de los candidatos. Mientras el actual presidente, más allá de sus modos, supo captar un malestar social evidente con las formas tradicionales de la política; Maximiliano Pullaro pudo convertirse en un líder que aglutina tras de sí, corrientes ideológicas que, supuestamente, expresan no pocas diferencias. En el espacio triunfador de setiembre conviven socialistas, amarillos y radicales en una simbiosis que sólo la capacidad del hombre oriundo de Hughes, hasta ahora parece sintetizar.

2. El peronismo deslegitimado. Las promesas incumplidas y el consiguiente fracaso de las gestiones resultaron campo orégano para los triunfos opositores, tanto en el plano nacional como en el provincial. En muy resumidas cuentas, la insatisfacción económica en el primero y a lo que se suma la gravosa situación de la inseguridad en el segundo, actuaron como base de sustentación de proyectos políticos que, a lo lejos y en la previa, parecían no tener punto de encuentro.

3. Clima de época. Existe un evidente (pero parcial) revival noventoso, donde cierta estatalidad aparece cuestionada. Hace treinta años, como en tantas cosas, el recurso discursivo resultaba mucho más simplista: el Estado gestionaba mal y debía reducir sus funciones. Por los tiempos que corren, las cosas resultan más complejas.

En el caso de los libertarios, Milei resultaría una especie de topo que viene a destruir esa empresa criminal llamada Estado y todo lo que tenga que ver con él debe desaparecer. Para el oficialismo santafesino en cambio, el Estado es central para el desarrollo de la comunidad, pero no deja de intentar fortalecerse con una serie de imposiciones hacia los trabajadores de la administración que, de alguna manera, en los tiempos que corren, portarían consigo una especie de pecado original. La no renovación de contratos en varios sectores, el cierre de paritarias por decreto con el gremio docente y el remanido recurso del ausentismo como condicionante de una buena gestión, complementan el cuadro.

Pullaro, a diferencia de Milei, no porta con un discurso violento, pero sí apunta contra la deslegitimación del otro. Si los jueces le cuestionan la reforma jubilatoria y el escandaloso manejo de los pliegos para cubrir cargos en la Justicia, les anuncia que “ya no tienen coronita” y le da amplificación mediática a que la audiencia pedida por los integrantes de la Corte Suprema de Justicia de la provincia, será otorgada a las 7.30am de un domingo.

Algo parecido sucede con el conjunto de dirigentes sindicales que han cuestionado la gestión y el manejo de las paritarias. Todo ello sazonado con el ya histórico silencio cómplice de la corporación mediática que, al igual que ciertas organizaciones partidarias, hacen uso y abuso de la doble vara.

Un buen ejemplo de lo anterior se circunscribe al éxito alcanzado en el tratamiento de las leyes en el Congreso provincial. Si a la gestión de Omar Perotti le demoraron no menos de dos años en aprobarle la emergencia en seguridad, al actual gobernador, con varios legisladores que integraban el cuerpo en el período anterior, le dieron el visto bueno en pocas semanas.

Lo sucedido con la reforma previsional no deja de ser sintomático. Ideada por el conservador Jorge Boasso, hombre que ha sabido construir su vida profesional estando de los dos lados del mostrador, como agente fiscal de la AFIP y como concejal rosarino, con el consecuente respaldo de la justicia local; los santafesinos asistimos a una puesta en escena digna de cualquier buen dramaturgo que se precie, al informarnos que se había creado una comisión, integradas por funcionarios, legisladores y sindicalistas, la cual revisaría la necesidad de la reforma a los fines de reducir el crónico déficit de la caja.

La comisión cumplió con los plazos previstos, habilitó unas pocas audiencias para escuchar a distintas partes y llegó a la misma conclusión que el Poder Ejecutivo. Casualmente, en pocas semanas el oficialismo presentó un proyecto que le modifica la vida a varios centenares de miles de santafesinos y, en exactamente ocho días, obtuvo la aprobación de parte de la Cámara de Senadores, esperando que, la próxima semana, se convierta en ley a partir del sí en diputados. Tratamiento express que le dicen, con el congreso cerrado y los trabajadores que se movilizaban para protestar demorados en la ruta. Sabrá el altísimo qué pecado habían cometido. Toda una postal.

El caso viene a cuento de cómo se institucionalizan ciertas transformaciones cuando las mayorías legislativas acompañan y relativiza aquella (vieja) acusación de ser una escribanía que recibía el Congreso Nacional en los tiempos de la década ganada cuando se ampliaban derechos. No son pocos los quejosos de aquellos tiempos, políticos y mediáticos, que hoy parecen mirar para otro lado.

 

En su construcción de sentido, Pullaro parece imitar a Milei en la utilización de ciertas mentiras. Dos de los últimos días: afirmó sin sonrojarse que a los docentes no se le ampliaba el plazo de permanencia en “el sistema”. Sería interesante que el gobernador se informara de qué le sucederá a aquellos que, por los beneficios del 2 x 1 (derechos y no privilegios), podían jubilarse antes de los 60 años y ahora, deberán permanecer un par de años más en las escuelas.

La otra mentirilla refiere a haber definido al AMBA como una zona económicamente improductiva. O al ex ministro de Seguridad lo tele transportan cuando viaja a Buenos Aires o, como hacen los chicos, lo hace con los ojos cerrados ya que si no lo veo, no existe.

Es evidente que detrás de esa afirmación está el intento del gobernador de convertirse, antes que nada, en el representante de los sectores de la Pampa gringa que siempre ven con desdén al conurbanismo bonaerense. El triunfo libertario de noviembre puso en duda, a partir de su contundencia a lo largo y ancho del país, la idea de la prevalencia electoral de esa provincia, a la vez que trata de comenzar a diferenciarse de un tal Axel Kicillof.

Con el agradecimiento al Estado nacional por la ayuda recibida en materia de seguridad como norte, el oficialismo local parece omitir reclamos que, en su momento, eran la síntesis más perfecta del centralismo porteño. El silencio de radio respecto de temas como subsidios para el transporte, el no pago de la ya histórica deuda del Estado nacional en materia de la caja previsonal (se habla de unos $800.000 millones de pesos) y, la novedad de esta semana del ministerio de Justicia de la Nación que denuncia los convenios pre existentes con la provincias a los fines del cobro de impuestos de sellos, patentes y multas por parte de los registros del automotor, superando con creces en su proyección los $100.000 millones anuales, ponen en un lugar poco entendible a la administración provincial.

Si se analizan los tópicos libertarios sobre el Estado y se los cruza con las definiciones de las autoridades provinciales, más allá de ciertas coincidencias, radica allí una contradicción de grado que supone que en algún momento quedarán expuestas de manera mucho más cruda.

Si la voz de Pullaro, y nos referimos al gobernador en exclusiva porque somos conscientes de que al interior de Unidos, socialistas y amarillos no tienen la misma idea del Estado, pretende convertirse en una opción que supere los límites de la bota santafesina, habrá que ver cómo acomoda el cuerpo a una situación donde el modelo de desarrollo impuesto a nivel nacional, poco tiene que ver con el entramado productivo de las pequeñas y medianas empresas de la región, más allá de las celebraciones de ocasión por la adhesión al RIGI, que en el largo plazo, sólo traerá beneficios exclusivos para las empresas que inviertan y no para el conjunto de la comunidad.

Entre lo que representa Javier Milei y Maximiliano Pullaro existen diferencias. Pero tal vez no sean tan profundas como para establecer disputas de fondo que, por ahora, nadie quiere llevar adelante la gestión política de estos tiempos. Creen los protagonistas que ya llegará el momento para las diferenciaciones. Vale preguntarse si no será muy tarde.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 08 Sep 2024 08:54:22 -0300
Internas https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6898-internas https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6898-internas Internas

Cambia lo superficial,
cambia también lo profundo,
cambia el modo de pensar,
cambia todo en este mundo,
cambia el clima con los años,
cambia el pastor su rebaño.
Y así como todo cambia,
que yo cambie no es extraño…

Julio Numhauser

El libertarismo que convive cotidianamente con internas feroces, palaciegas y a la luz pública. El PRO tironeado por las ambiciones personales de su líder, quien aún conserva algo de peso político. El peronismo en proceso de debate interno, a mitad de camino de insistir con métodos poco exitosos, las urgencias de gestión de los gobernadores y la necesidad de una renovación que cada vez se hace más imperiosa. Y la Unión Cívica Radical que luego de la experiencia coalicional de Juntos por el Cambio, no se sabe del todo a qué y a quienes representa. Todos ellos sintetizan el esquema de poder político partidario en la Argentina. Todos con desavenencias tan profundas que hacen extrañar los modelos clásicos de representación del siglo XX. Días de internismos acuciantes en la partidocracia argentina. Señoras y señores pasen y vean. Quedan todos formalmente invitados.

Como un encantador de serpientes, Mauricio Macri se las ingenia para que lo más granado de la dirigencia del PRO baile al ritmo de sus intereses. El ex presidente habilitó el “dejar hacer” a unos cuantos legisladores para que voten la reforma de la movilidad jubilatoria y, veinticuatro horas después, salió públicamente a apoyar el anunciado veto presidencial.

Entre cenas y cenas en la Residencia de Olivos, le alcanzó para ganar una centralidad que hasta hace unas pocas semanas parecía perdida. Rota la relación con la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, sabido es que el ex presidente convive en un delicado equilibrio de no perder clientela política a manos del libertarismo, a sabiendas que el tándem Santiago Caputo - Karina Milei están especialmente empecinados en jubilarlo, mientras Javier Milei, inteligentemente, endulza los oídos de las partes.

La interna amarilla está lo suficientemente consolidada como para que, superado el efecto del voto en el Senado, un conjunto de dirigentes, con Cristian Ritondo y María Eugenia Vildal a la cabeza, se hayan reunido con el presidente y un grupo de legisladores aliados, para evitar la insistencia de la ya mencionada ley en la Cámara de Diputados. Recordemos que el presidencialismo de la Constitución Nacional, exige que para que un veto sea rechazado debe contar con la insistencia de las dos terceras partes de los presentes en ambas cámaras. Unas pocas ausencias en alguna de ellas, bastará para que lo suscripto por Milei en la noche del viernes persista, más allá del costo político que supone negar un aumento del 8,1% a jubilados y pensionados.  

Por su parte, la Unión Cívica Radical aparece como una estructura partidaria sin una identidad clara. Cuesta identificar a los intereses que expresa y a quiénes representa. Por ahora se va sustanciando entre las contraposiciones de los tres dirigentes con peso institucional más importante. Rodrigo De Loredo navega entre su conservadurismo innato y los reclamos que lo condicionan desde el bloque de diputados que conduce. Martín Losteau se hace visible como el modelo más acabado de un radicalismo vinculado al progresismo y a un porteñismo evidente. Y Maximiliano Pullaro, quien surge como el gobernador con mejor imagen del país, no trepida en reivindicar el legado alfonsinista y, en paralelo, aplicar una política de mano dura con delincuentes que sistemáticamente viola derechos humanos de los reos. Con la anuencia de la sociedad santafesina, claro.

En ese transcurrir, y más allá del peso institucional con el que cuenta en cierta territorialidad, la UCR aparece como mucho más viscosa a la hora de prever ciertos comportamientos institucionales. En los días por venir queda por saber si el diálogo libertario con el PRO se extiende al conjunto de los diputados del centenario partido o si, por ejemplo, el gobernador santafesino alzará la voz por el veto presidencial a los jubilados. En este último aspecto déjeme señalarle querido lector, estimada lectora, que será difícil que el chancho chifle teniendo en cuenta que el Poder Ejecutivo santafesino ha presentado un proyecto de reforma jubilatoria que se ha ganado el rechazo de la mayoría de los gremios estatales y, vaya novedad, de un par de centenares de jueces que no dudaron de posar para la foto para rechazarlo. Por lo menos en la partecita que a ellos les toque.

https://x.com/CFKArgentina/status/1828113763243004255

En el peronismo tampoco habita un tiempo de armonía y concordia. Mientras buena parte de las bases mastica bronca por el reconocimiento de Mariano Recalde de que en el Senado había una negociación en marcha para votar a Ariel Lijo para la Corte Suprema Justicia de la Nación, supuestamente a cambio de una ampliación de los números de sus integrantes; a las diferencias públicas de José Mayans y Cristina Fernández de  Kirchner, se agregaron una serie de chispazos entre Eduardo De Pedro y referentes del Frente Renovador, en una disputa que muestra un “chiquitaje” exasperante y que se suma a los cuestionamientos de un tal Guillermo Moreno, que en la última elección no pasó el piso electoral del 1,5% y que pretende peronizar a la vicepresidenta Victoria Villarruel, mientras discute la legitimidad política del gobernador Axel Kicillof. Too much.

Hoy, de alguna forma, el peronismo convive en una tensión sintetizada en dos máximas históricas. Una, al decir de Juan Domingo Perón, que afirmaba que los peronistas eran como los gatos, “parece que se pelean pero se están reproduciendo” y la otra que establece que el peronismo, lejos del poder tiende a la atomización.

Con una derrota a cuestas de hace apenas nueves meses, con sectores que no terminan de asumir las responsabilidades de la gestión anterior, un ex presidente atravesado por una denuncia de alto impacto, con una Confederación General del Trabajo que como el tero, grita contra la represión a jubilados, pero negocia en silencio con el oficialismo, y gobernadores que navegan a dos aguas entre el eterno provincialismo de cuidar el territorio y las necesidades que la gestión impone. Sobresale la unidad demostrada hasta ahora en el ámbito legislativo a la hora de las votaciones, donde se han impuesto algunos límites al libertarismo gobernante. Nada más, pero nada menos que eso.

Pero quien se lleva las palmas de un internismo cada vez más violento es el oficialismo libertario. Ya no hablamos de visita a genocidas y de diputadas sacándole el cuerpo al asunto o de diferencias por puestos de poder. Acusaciones entre legisladoras que merecerían que, si resultaran simple famosos, tuvieran una enorme cobertura en programas de chimentos; un senador como Francisco Paoltroni que va contra el asesor Santiago Caputo (que integra el triángulo de hierro), acusándolo de resultar un personaje "con mucho poder que está haciendo un gran daño” y una vicepresidenta cada vez más decidida a mostrarse con un proyecto propio, reflejan el recorrido oficialista de la última semana de agosto.

En el caso libertario las desavenencias vienen en un formato novedoso ya que no son producto de los cuestionamientos a una realidad social cada vez más acuciante para la mayoría de los argentinos, sino del mismo formato que le dio vida y que se sintetizan en dos razones: la forma en que se armaron las listas para cargos legislativos (venta de candidaturas, lo cual ha reconocido el propio Paoltroni) y el tipo de liderazgo que encarna Javier Milei quien, como hemos dicho ya en no pocas ocasiones, aborrece de cualquier forma que lo emparente con el “hacer política”, lo cual supone un constante equilibrio entre intereses cruzados, incluso de los que resultan propios.

https://x.com/lilialemoine/status/1829749189447713219

Si hoy La Libertad Avanza aparece como una estructura política desordenada, donde cotidianamente vemos disputas de todo tipo, es porque de alguna manera representa la personalidad de su líder. Milei a veces niega a los demás una forma ordenada de relacionamiento político y en la mayoría de las ocasiones la construcción la delega en terceros. De acuerdo a quienes sean esos nombres propios el diálogo podrá o no ser más efectivo, llegando a necesitar como en el caso de la reunión de ayer con diputados aliados, conducir él mismo las reuniones. En ese “laissez faire, laissez passer” (dejar pasar, dejar hacer) el libertarismo va.

En resumen, lo que caracteriza a este momento de la vida político partidaria argenta es una especie de atomización mayúscula que ya no alcanza al conjunto de las oposiciones sino que se proyecta sobre el propio oficialismo. Quedan, de alguna manera, dos hipótesis de trabajo para plantear en formato de preguntas.

La primera es, si resultara válida la idea de un peronismo que se atomiza en lejanía del poder, en qué medida el conjunto del sistema partidario no se ha peronizado a la usanza de un par de década atrás, teniendo el ejemplo claro de un 2003 donde hubo que habilitar un sistema de neolemas para las elecciones de aquel año.

La disputa de todos contra todos, cambiante, oscilante y oportunista parece prevalecer en un formato que ya no se limita a los devaneos circunstanciales del Congreso con acuerdos circunscriptos a cada ley en particular, sino a una forma de entender el juego grande de la política. Una pregunta como al pasar: ¿el proyecto de Boleta Única que espera ser aprobado por este tiempo, no potencia esas prácticas? Seguimos.

La segunda hipótesis viene a cuestionar una forma de abordar el análisis político de este tiempo. Resulta muy común escuchar que los evidentes problemas de representación, y no nos referimos a la satisfacción de cierta materialidad, son producto de una política (como sector) que no sabe desentrañar lo que la sociedad reclama.

En la secuencia clásica e histórica, los sistemas de partidos fueron evolucionando desde el partido de notables (donde prevalecía una figura reconocida de la comunidad), el partido de masas que se sustanció en el siglo XX y donde iban surgiendo distintos liderazgos, para llegar a finales de ese centenio donde surgió el sistema “atrapa todo” donde los partidos perdían identificación política a cambio de ser más amplios en su propuesta electoral. Cada uno de esos tipos ideales (al decir weberiano) se fue consustanciando de la mano de los cambios sociales.

Corresponde saber entonces, si esta híper ideologización que propone la extrema derecha gobernante, combinada con altas dosis de atomización opositora, no es parte representativa de una sociedad que, en su mayoría, mira para otro lado. ¿Debe cambiar la política o cambió la sociedad?

Ejemplos al pasar. Una ministra no reparte alimentos a punto de vencerse con orden judicial incluida; en nombre del superávit fiscal se niega medicamentos a enfermos terminales; se produce una masiva protesta por el desfinanciamiento en el funcionamiento de las universidades, pero no se acompaña el reclamo salarial de trabajadores de la educación; los jubilados son reprimidos con violencia y buena parte de los comentarios en redes (no trolls) refieren a reivindicar lo actuado por las fuerzas de seguridad. A horas de conocido el veto presidencial sobre la reforma en la movilidad jubilatoria, ¿habrá un costo político para el oficialismo? ¿Dónde se trasunta, quien lo vehiculiza?

Preguntas que no tienen la intención de mostrar desánimo ni mucho menos, sino que se circunscriben a la idea de entender que la propuesta neo conservadora libertaria encontró una sustanciación en sectores sociales que, probablemente, hayan cambiado en ciertas cosmovisiones. El desafío está en descubrir cuánto hay de superficial y cuánto de profundo.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 01 Sep 2024 09:00:41 -0300
Días de furia https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6897-dias-de-furia https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6897-dias-de-furia Días de furia

No lo soñé,
ibas corriendo la deriva.
No lo soñé,
los ojos ciegos bien abiertos,
no mires por favor,
y no prendas la luz,
la imagen te desfiguró…

“Jijiji” - Patricio Rey y los Redonditos de Ricota

La oralidad y la gestualidad presidencial exhibidas en la tardecita rosarina del día viernes, en el marco del 140º aniversario de la fundación de la Bolsa de Comercio de Rosario, actuaron como reflejo de lo que fue, en términos institucionales, la peor semana libertaria desde el 10 de diciembre de 2023. Si bien los vaivenes políticos, actuaban como limitantes que determinaron que la Ley Bases fuera el único proyecto oficialista aprobado en los primeros seis meses de gestión, el libertarismo nunca había sufrido una serie de derrotas tan contundentes y en tan poco tiempo en el plano legislativo. Inexperiencia, una sobreactuación fungiendo con más fortaleza de la que verdaderamente se tiene y una interna cada vez más violenta, le dieron marco a una tríada de derrotas impensadas hasta hace pocas semanas atrás. Pasen y vean. Recorrido de días de furia libertaria que prometen continuar. Sean todos y todas bienvenidas.

Lo primero que debe señalarse es que por más sorpresivas que nos parezcan, ninguna de las tres derrotas son reflejo de un arrebato opositor. Cada una de ellas tiene un anclaje en un pasado reciente y se fueron cimentando al calor de un clima social que todos los días empeora un poco más y de la mano de un presidente que cree que “hacer política” es mala palabra y que el reino de las redes es el más perfecto ágora de este atribulado siglo XXI que habitamos.

De alguna manera, ese pasado reciente condena al libertarismo quien ha imaginado que la síntesis de manejo de chequera como forma de disciplinamiento, atomización partidaria opositora (con su consecuente falta de liderazgo) y un estilo presidencial dominante (en la imagen hacia afuera), eran factores que de manera permanente le jugarían a su favor.

Pero hay un detalle. Buena parte de los problemas de los otros, también le son propios. A veces con “la plata” no alcanza, la venta de candidaturas libertarias del 2023 condiciona cierto desarrollo político armónico y si el liderazgo se ejerce delegando la construcción en terceros, que no son votados y que en algún caso tampoco aceptan contar con firmas que le imponga responsabilidades, va de suyo que los problemas comenzarán más temprano que tarde.

En el caso de la designación de un opositor como Martín Losteau al frente de la Comisión Bicameral de Inteligencia, demuestra lo que venimos diciendo líneas más arriba: el acuerdo con el PRO para la designación del senador Martín Goerling, ya estaba planteado desde comienzos de año. Cierta testarudez, el imaginar escenarios no volátiles en la política argentina (ja!, qué ilusos) y la discusión por los nombres propios entre la ministra de Seguridad Patricia Bullrich y el asesor Santiago Caputo, hombre que, según el presidente Javier Milei cuenta con un coeficiente intelectual por encima de la media, pero que en este caso no se aplicó en su epidermis política, fueron construyendo un camino que supo tomar la oposición encarnada en parte del radicalismo y del peronismo.

A su manera, y en vinculación con el DNU que habilitó los $100.000.000.000 (perdón por abusar de los ceros querido lector, estimada lectora), el oficialismo quiso comerse el chancho antes de cazarlo. En la relación del tema comisión bicameral - DNU 656/2024, hay un error de tiempos: el Poder Ejecutivo Nacional habilitó un gasto vía una medida normativa que queda sujeta a revisión del Congreso, sobre el cual no sólo que no tiene mayoría sino que sólo cuenta con el 15% del total de legisladores, sin contar siquiera, con el manejo de la comisión que ejerce el control sobre esos gastos. Una especie de pequeña tormenta perfecta veraniega de nuestras infancias, cuando no existía la sofisticación actual en la pronosticación del tiempo y que nos sorprendía sin resguardo.

Vale la pregunta si fue inexperiencia política o presumir de una fortaleza que no se tiene. Tal vez la respuesta venga de la mano que ambas situaciones no resultan excluyentes una de la otra, asomando como una cuestión más estructural algo que venimos planteando desde hace meses en los micrófonos de AM1330 y en las páginas de Fundamentar: los acuerdos parlamentarios son meramente coyunturales y se aplican tema por tema, momento a momento y de acuerdo a mayorías siempre circunstanciales. ¿O acaso alguien tiene la certeza, hoy, a partir de los devaneos macristas, de lo que pueda suceder en el Senado de la Nación con el ya mencionado DNU? Todo ello debiendo tenerse presente que para que el mencionado instrumento (creado con la reforma constitucional de 1994) no se aplique, debe ser rechazado por el pleno de ambas cámaras.

Por su parte la reforma de la movilidad jubilatoria, que aparece como la tercera derrota parlamentaria de la semana, también es parte de un reclamo que no es reciente. Cuando el Gobierno actualizó la nueva fórmula (oooootra vez vía DNU) no escuchó el reclamo público que planteaba las diferencias de un 8% sobre el reajuste de comienzos de año.

La contundencia de los números de la Cámara Alta en la votación del día jueves (61 a 8) hizo pensar al conjunto del sistema político que el oficialismo había recibido un golpe de proporciones inéditas y que el aporte de Mauricio Macri, quien había filtrado un diálogo interno vía zoom que afirmaba que el oficialismo los estaba “boludeando” desde hacía ocho meses, había sido determinante para esa circunstancia y para el futuro inmediato.

No faltaron los voceros mediáticos del macrismo, ni buena parte de la dirigencia amarilla que salió a reivindicar la prevalencia del ex presidente en el gran juego de la política argentina, de cómo con un solo movimiento había dado una señal casi definitoria para el mundillo libertario, sin dejar de especular sobre el futuro electoral del hijo de Franco.

Pero todo se deshizo en menos de 24 horas. Con otro movimiento inentendible para muchos, Mauricio lo hizo de nuevo: vía redes salió a respaldar el anunciado veto presidencial a la reforma jubilatoria escudándose en su anti kirchnerismo congénito, a la vez que dejaba en posición adelantada (utilizamos las metáforas futboleras que tanto gustan al personaje en cuestión) a no pocos dirigentes aliados y del mismísimo PRO.

Por estas horas resulta complejo desentrañar los motivos de la jugada del ex presidente. El péndulo decisional ¿es una señal para gravitar y forzar un hipotético acuerdo con el mileismo y así llegar a ocupar cargos de relevancia en el Poder Ejecutivo?, o ¿es una forma de presión para cerrar “negocios” políticos (la circunstancia del nombramiento de Lijo a la Corte Suprema de Justicia de la Nación no puede ser descartada) o empresariales (Hidrovía)? Probablemente, el correr de los días nos alumbre las dudas, pero quedan expuestas dos consecuencias y un par de preguntas del accionar del ex primer mandatario:

·         Rápidamente afectó buena parte del escaso capital político que le quedaba, con una acción muy difícil de defender para los propios.

·         A partir de ello, generó un tembladeral que alcanza a viejos aliados que no están nada felices con la suposición de que Mauricio los haya utilizado por un interés personal de negocios particulares.

·         El apoyo al veto a la reforma de la movilidad jubilatoria, ¿es un placebo para el mileismo a los fines de mostrarse equidistante de ciertas derrotas institucionales que podrían plantearse en el futuro?

·         Si el Congreso quisiera insistir con las dos terceras partes de los votos para romper el inminente veto presidencial, ¿quedará disminuido en los números a partir de lo anunciado en la noche del jueves? Dudas para la almohada y el diván, mis queridos chichipíos.

La crisis mileista no refiere solamente a la derrota que le infringieron los opositores amigables y de los otros. Se sustancia, como dijimos al principio, en que pareciera que nadie hace política (en serio) en el gobierno: Karina Milei aparece más preocupada por el armado nacional de cara al 2025 y por imponer a los más cercanos en todo el organigrama de poder; el Jefe de Gabinete Guillermo Francos, que tanto fue reivindicado por la muñeca política que mostró para la aprobación de la Ley Bases, brilla por su ausencia; Santiago Caputo, contrariado por varias situaciones internas que le restaron poder, viajó al sur para vacacionar en la peor semana del mileismo y, de alguna manera, los aliados de a poco comienzan a descubrir que no cuentan con interlocutores de peso para llevar adelante la gestión.

Con lo anterior, vaya de ejemplo lo padecido por el ministro santafesino Lisandro Enrico (Obras Públicas) que hasta hace unas pocas semanas, reivindicaba un acuerdo con autoridades nacionales en lo referente a obras de infraestructura, que hasta ahora no se ha cumplido, que nadie le atiende el teléfono, dejando saber a los voceros mediáticos santafesinos, siempre atentos a ciertas preocupaciones de los oficialismos vernáculos, que el pobre funcionario debió viajar nueves veces a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sin éxito alguno. Cosas que pasan.

De a poco, las redes ya no parecen alcanzar. Comienzan a surgir estudios donde la incidencia de los trolls ya no es lo que era porque, parece, que malaria mata relato. Vaya novedad.

También de a poco, el oficialismo comienza a perder inmunidad en su escudo protector. Algunas balas comienzan a entrar y lo mostrado en la tardecita rosarina del viernes resulta un claro ejemplo de un gobierno que se habla a sí mismo: invitado para la celebración de una entidad que se vincula con la producción primaria, con la presencia de múltiples actores institucionales, gobernador e intendente incluidos, empresarios y supuestos inversores, el primer mandatario destinó todo su tiempo de alocución a hablar de la reforma jubilatoria, no quiso escuchar los discursos del anfitrión Miguel Simioni, de Pablo Javkin y de Maximiliano Pullaro (no llegó tarde, estaba en el edificio), no se vinculó con los escasos partidarios que fueron a “bancarlo” y forzó un operativo de seguridad que denuda una enorme debilidad a la hora del face to face con la población.

“Los ojos ciegos bien abiertos” se canta en el pogo más grande del mundo y aunque todo parece indicar que para la deriva falta bastante, el deterioro económico de la mayoría de la población, la terquedad oficialista, las remanidas apelaciones  a la casta como forma de legitimación política y cierto aislamiento cada vez más evidente, demuestran que agosto de 2024 poco tiene que ver con diciembre de 2023. Los días de furia así lo demuestran. Con denuncias de violencia de género entre diputados y diputadas libertarios incluidos.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 25 Aug 2024 11:07:46 -0300
Efímero https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6872-efimero https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6872-efimero "Polvo en el viento"

Esto es efímero,
ahora efímero.
¡Como corre el tiempo!
Tic… tac efímero,
luces efímera,
(pero te creo…)

“Ya nadie va a escuchar tu remera” - Patricio Rey y los Redonditos de Ricota

Una cincuentena de funcionarios renunciados a poco más de siete meses de gestión. Centenares de cargos de la grilla estatal sin ser ocupados en las segundas y terceras líneas ministeriales. Asesores que publicitan públicamente sus diferencias y que con un simple mensaje en redes quedan fuera de la asesoría. Una gestión económica que hace gala de la frazada corta, reivindicando una sola variable de la macroeconomía. Y una nueva mini crisis en el cenáculo del poder a partir de las diferencias que surgen con algunas sobreactuaciones. Todo eso resume la semana de una gestión gubernamental que imaginaba que la sanción de la Ley Bases y la firma del desubicado Pacto de Mayo de Julio, le darían una estabilidad política de la que por ahora adolece. Pasen y vean. Recorrido por una semana donde, lo efímero se apropió de la lógica libertaria. Sean bienvenidos y bienvenidas.

Con la preocupación que había traído la suba del dólar blue, el fin de semana anterior resultó prolífico en anuncios. Para decirlo sencillo: el gobierno se disponía a utilizar reservas para contener el precio de la moneda extranjera. Pese al rechazo del Fondo Monetario Internacional (de quien ruega un préstamo contante y sonante que le de aire), de las dudas de los economistas del palo y del mirar para otro lado de una oposición cada vez más amigable; el oficialismo se embarcó en la aventura de frenar la cotización a cualquier costo. En el desandar bajaron las acciones de las empresas argentinas en las bolsas del mundo, subió el riesgo país a 1600 puntos y los bonos cayeron de manera estrepitosa. Toda la movida sirvió para lograr el modestísimo objetivo de que la cotización del billete americano bajara algo así como un 5%. Cuánto durará el “éxito” de la medida, nadie lo sabe a ciencia cierta.

En la continuidad y consolidación del propio relato, el binomio Milei - Caputo salió a celebrar una supuesta recuperación de la economía ya que, según lo informado por el Indec, medido junio 2023 contra junio 2024, la economía se habría recuperado en un 2%. Lo que obvia decir el relato libertario, es que al desagregarse por sectores, si se saca el aporte del sector primario, que doce meses atrás sufría la peor cosecha de su historia, el conjunto de la economía cae alrededor del 5%.

Todas las variables de la economía y todos los sectores dan para abajo. Algunos de manera inédita. Cotidianamente se confirma que los dichos gubernamentales de semanas atrás, donde se anuncian la buenaventura de una economía que comenzó a “rebotar”, es falso. La saga se complementa con las declaraciones del ministro Luis Caputo, quien no se caracteriza por su docencia comunicativa: en la semana salió a reivindicar que los argentinos deberíamos vender dólares para pagar impuestos y que, a partir de las medidas de este tiempo, el peso resultará fortalecido. Las preguntas entonces se caen por su propio peso: ¿Desde cuándo resulta una buena noticia desprenderse de ahorros para enfrentar gastos corrientes? Y por otro lado, ¿cuál sería el sentido de dolarizar?

Pero si hablamos de declaraciones con impacto, las afirmaciones del por entonces asesor presidencial y empresario textil Teddy Karagozian (“Yo no veo que la economía despegue”) en el programa del operador periodístico Eduardo Feimann que se emite en el canal La Nación +, hicieron el suficiente ruido como para que el líder del Consejo de Asesores de Presidencia Demian Reidel, anunciara su desvinculación.

Vale decir que ninguno de los protagonistas se cuece en el primer hervor y que si el siempre protegido empresario hizo las afirmaciones que hizo, con el tono y en el lugar que las hizo (es un secreto a voces que esa señal tiene fuertes vinculaciones con Mauricio Macri), es porque deseaba precipitar algunos hechos. La eyección de Karagozian se suma a la de semanas atrás de Fausto Spotorno, hombre que pertenece a la consultora propiedad de Orlando Ferreres quien afirmó que la oferta de Pases a Letras del Tesoro para los bancos, se parecía bastante al plan Bonex que había impuesto Erman González hace tres décadas atrás. Parece que las ideas de libertad no admiten disensos públicos y ciertas pertenencias duran la fugacidad de una oruga.

Pero no fueron las únicas sobreactuaciones de estos días. Con una muy mala lectura de cierta realidad social, el oficialismo trató de sacar cierto rédito político de una situación en la que resultó comprometido el futbolista Enzo Fernández, quien en las celebraciones por la obtención de la Copa América se auto filmó entonando una canción de neto corte racista, por cierto nada ajeno al mundillo del futbol argento de cada día.

Primero fue el, por entonces, subsecretario de Deportes de la Nación, Julio Garro, quien planteó que el pedido de disculpas debía hacerse extensivo al capitán del equipo, Lionel Messi. Luego, a partir de las críticas que recayeron sobre su persona, intentó negar los dichos en un verdadero papelón en redes. Efímero fue el paso por la gestión al igual que su eyección comunicada por el presidente vía la red social X.

Pero la cosa no quedó allí. La propia vicepresidenta Victoria Villarruel, haciendo gala de una nueva cuota de chauvinismo explícito, se lanzó con un mensaje que desataba un malestar con Francia, país al que el presidente visitará en unos pocos días cuando asista a la inauguración de los Juegos Olímpicos París 2024, intentando capitalizar el triunfalismo que supone contar de nuestro lado con el éxito de la Scalonetta.

Rápida de reflejos y como parte de una interna cada vez más expuesta a la luz pública -y pese a dejar en posición adelantada a todo el trolleo libertario- la secretaria de la Presidencia, Karina Milei, se encargó de hacer circular la versión de que había visitado la embajada gala, para reunirse con su jefe diplomático, y así pedir las disculpas del caso, dejando trascender que la opinión de la hija del represor ya desaparecido, no era la del gobierno.

Lo que no dijeron la tía de Conan ni sus voceros mediáticos, es que el propio presidente de la Nación, durante la tarde de ese miércoles tan complicado, le había dado un “MG” a un twit de una cuenta que emitía un mensaje igual de ofensivo hacia el país gobernado por Emmanuel Macron. ¿Disculpas por la segunda en el organigrama institucional argentino? ¿O por el primero? Tal vez algún día lo sepamos. Pero parece que algunas afirmaciones en redes, también duran poco.

Y como en el mundo libertario, todo parece funcionar en un completo desorden, seis diputados de la Libertad Avanza no se privaron de sumar un nuevo escándalo institucional al haber visitado a un grupo de genocidas en la cárcel de Ezeiza, para apoyarlos en su pedido de detención domiciliaria. Avalados por el propio presidente de la Cámara, Martín Menem, quien habría puesto a disposición de sus colegas autos oficiales para el traslado, el bloque se asoma a una nueva crisis ya que un conjunto de integrantes del mismo, han comenzado a exigir alguna forma de sanción para los excursionistas de cárceles federales. El Poder Legislativo se encuentra de receso por las vacaciones de invierno, pero nadie puede asegurar del todo que a su vuelta no aparezcan novedades al respecto.

El silencio de Milei respecto al tema y la disputa desatada con su vicepresidenta, reflejan que la imagen de unidad que se intentó mostrar en el desfile del 9 de Julio sobre la Avenida Libertador en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde la dupla presidencial aparecía subida a un tanque, representa una puesta en escena antes que un hecho sustantivo de la realidad. Si la ausencia de Villarruel en el Pacto de Mayo en Julio había hecho ruido interno, los episodios de los últimos días confirman lo que el sistema político argentino ha demostrado con una matemática particularidad: las tensiones entre los presidentes y quienes le siguen en la línea de sucesión.

La potencia discursiva libertaria, el manejo de los recursos del Estado y aquello que el periodista Sebastián Lacunza bien sintetizó en un twit al afirmar que el problema no es un presidente sino la época que vivimos, imponen la fugacidad del hecho político.

Empeñado en desviar la atención de lo que resulta nodal de acuerdo a lo que fue prometido en campaña (hacer pagar el ajuste a la casta, levantar el cepo, cerrar el Banco Central, dolarizar, etc.), cotidianamente el mundo libertario nos proporciona “novedades” que parecen desafiar nuestra paciencia. En palabras de la poesía del epígrafe, hasta cuándo la sociedad seguirá “escuchando la remera” libertaria, es algo que no parece tener una fecha cierta. Tampoco, hasta cuándo le creerá.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sat, 20 Jul 2024 20:10:44 -0300
La fábula de las herramientas https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6860-la-f-abula-de-las-herramientas https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6860-la-f-abula-de-las-herramientas La fábula de las herramientas

Él era un fabricante de mentiras,
Él tenía las historias de cartón.
Su vida era una fábula de lata,
sus ojos eran luces de neón.
Y nunca tengas fe que sus mentiras pueden traer dolor…

“El Fabricante de Mentiras” Sui Generis

Mi extrañado padre, hombre bueno, trabajador y cabrón, de quien Angus Mac Gyver podría haber sido un aprendiz (perdón a los milenials y centenials que tal vez por error lleguen a estas líneas), solía afirmar que “todo resulta más sencillo si se cuenta con las herramientas adecuadas”. En su lógica vital, esa que se estructuraba a partir de la funcionalidad de las cosas, se empeñaba en que el suscripto comprendiera la diferencia en trabajar, por ejemplo, con una llave tubo o una simple pinza. Pero también, tal vez sin saberlo del todo, me inculcaba sobre un mundo mucho más basto que el de los fierros: imaginar la explicación de ciertas formas de vida comunitaria sin contar con los elementos que nos permitan comprender lo que sucede a nuestro alrededor, redundaría en una especie de abordaje inútil y sinsentido.

Algo de todo ello suelen reivindicar los gobiernos de estos confines del mundo cuando se instalan en el poder. Muchos de ellos, imbuidos de cierta lógica fundacional, suelen pedir apoyos extraordinarios para implementar medidas del mismo tenor, las cuales nos llevarían a un camino de desarrollo, en estos días, de libertad al palo. Y no son pocos los sectores políticos no oficialistas (opositores a veces queda un poco grande en la conceptualización) que, en función de ser consecuentes con cierto espíritu de época, aceptan gustosos apoyar muchas propuestas que hasta ayer desechaban, en nombre de otorgar las herramientas que el oficialismo necesita. Pasen y vean. Recorrido por el primer (y demorado) éxito legislativo libertario. Sean todos bienvenidos (y bienvenidas) al tren.      

La semana comenzó con la expectativa y con la indudable certeza del conjunto del sistema político de que el proyecto de Ley Bases sería aprobado por el pleno de la Cámara de Diputados. Comparado con el extenso período de discusión previo, las dudas fueron rápidamente zanjadas y el resultado dejó tres certezas establecidas: los números de apoyo y rechazo fueron relativamente similares de aquel momento en que obtuvo media sanción, la primera minoría que encarna Unión por la Patria pudo mantener la unidad de bloque y los sectores opo oficialistas salieron rápidamente a declarar que desde ahora el gobierno de Javier Milei contaba con las herramientas para poner en marcha la gestión.

El jefe de bloque de UxP, Germán Martínez, durante su discurso de cierre
El jefe de bloque de UxP, Germán Martínez, durante su discurso de cierre

Con Miguel Angel Pichetto como máxima referencia de esa línea argumental, coincidente con lo declamado por el presidente Javier Milei pocas horas después, a los cuales se suman un conjunto de partidos menores y un desvencijado PRO, los dichos se complementan con la idea de que ya no hay más excusas para poner en marcha la gestión.

Desde estos sectores tensionan de una manera relativamente sencilla: si la experiencia sale bien, dirán que le dieron la gobernabilidad necesaria. Si sale mal, se aplicará el reproche de que el problema es gobierno y no mucho más, no sea cosa que las ondas expansivas alcancen a los aliados.

De los párrafos anteriores se desprenden un grupo de preguntas que por sencillas no dejan de ser inquietantes. La primera. ¿Para qué tiene las herramientas el gobierno y qué entra en el menú?

De lo votado, y de lo realizado en la gestión en estos seis meses, que va en una vinculación directa con el DNU 70/23, en el corto plazo, las facultades delegadas para hacer a piaccere por parte del primer mandatario durante un año y el desguace institucional con la eliminación de múltiples organismos de control y la privatización de algunas empresas públicas, parecen ser las perlitas de la gestión. En línea con esto, pero más largo en el tiempo, el RIGI se proyecta como un baldón para el trabajo silencioso de miles de pequeñas y medianas empresas que no tendrán los mismos beneficios impositivos por las inversiones que pudieran realizar, si es que tuvieran margen.

La reimposición del impuesto a las ganancias para los trabajadores de la cuarta categoría, si es que los pedidos de inconstitucionalidad que efectivamente se presentarán en las semanas venideras resultaran en favor del Poder Ejecutivo, sumado a la reducción del pago de Bienes Personales, reforzará un proceso que ya es palpable a través de los datos que ha publicado el INDEC con el agravamiento del índice de GINI, el cual refleja los niveles de igualdad de una sociedad.

En el segundo bloque de preguntas cabe esa que refiere al “salir bien” del experimento anarco libertario de este tiempo y que Milei parece disfrutar de la apuesta, como si habláramos de una cuestión lúdica, mientras imagina delirios de premios “nóbeles” que lo consagran.

En el entramado de las críticas hacia el mileismo ya no abrevan sólo los derrotados ideológicos de noviembre del año pasado. Empiezan a sumarse, de a poco, las voces de un liberalismo argento que se auto percibe como democrático y que se horroriza con un conjunto de medidas económicas, pero también con los agravios y las formas libertarias. En ese bloque, donde tributan referentes como Carlos Melconian, Carlos Rodriguez o el mismísimo Marcelo Longobardi, Milei ha dejado de ser reconocido como liberal, siendo referenciado más como un conservador decimonónico antes que como un referente político e intelectual del siglo XXI, ya que su ideario aspiracional, de alguna manera, funge como pre capitalista, cuestión que suele reflejarse en las falaces estadísticas del comercio entre las potencias del siglo XV.

¿El “salir bien” supone legitimar las formas de la violencia libertaria que un conjunto de dirigentes han decidido aceptar y que bien se sintetizan en las afirmaciones de Rodrigo De Loredo, cuando expresa que “fingen demencia" ante los insultos porque creen que las medidas que propone Milei en el fondo son las que el país necesita? ¿Supone también aceptar las limitaciones a la libertad de expresión reflejadas en las detenciones del 12 de junio, en los juicios iniciados contra periodistas o en la reimposición de una norma de 80 años atrás que exigía la matriculación para acreditarse en la Casa Rosada? Preguntas que dejamos para la almohada o el diván, como cada uno prefiera.

A partir de las herramientas supuestamente otorgadas, el enjambre del sistema, que además de dirigentes políticos incluye a encuestadores, analistas y formadores de opinión, salieron a referenciar la idea de que el gobierno iniciaba una nueva etapa, la cual vendría acompañada en la mañana del día viernes con buen rendimiento en los mercados. Nada de eso sucedió: el dólar ilegal siguió ampliando la brecha con el oficial, los bonos cayeron y las acciones de las empresas argentinas en el mundo no le fueron en zaga. Parece que algunas decisiones legislativas, al igual que ciertos argumentos tradicionales, no alcanzan para explicar las novedades de estos días.

No casualmente, el ministro de Economía Luis Caputo y el presidente del Banco Central Santiago Bausili, salieron en la tarde del viernes a brindar una conferencia de prensa para afirmar el inicio de una nueva etapa que no quedó del todo claro en qué consistiría, ya que más allá de la remanida cuestión de la emisión cero, ninguna certeza se adelantó para el futuro.

En esa idea de “nueva etapa”, de la que el propio Milei hizo alarde en las últimas horas, refiere a una necesidad del ya mencionado enjambre de encasillar al presidente dentro de ciertos estándares analíticos que permiten prever acciones políticas. Revisemos ciertas cotidianidades.

·         Ante una crisis de gestión, producida por la desidia peyorativa de no entregar ni comprar alimentos para los que menos tienen, con serias sospechas de corrupción en ciertos manejos, la matrix de la politología suponía la salida de la funcionaria de rigor. ¿Qué hace el primer mandatario? La sostiene en el cargo.

·         En un escenario cada vez más evidente de aislamiento regional, teniendo al presidente del país que representa a su principal socio comercial, ofendido por unos cuantos insultos de algunos meses atrás, cualquier internacionalista que se precie, habría recomendado desescalar ese tipo de declaraciones. ¿Qué hace el libertario? Redobla la apuesta y se pregunta si acaso todo lo afirmado (acusó de corrupto a su par) no era irremediablemente cierto.

·         En la agenda pública se instala el debate de cómo han perdido ingresos los jubilados frente a las medidas gubernativas y a la inflación de los últimos siete meses. El propio ministro Caputo participa en el Ágora y fundamenta con afirmaciones incompletas ante el silencio de un grupo de empresarios que uno no sabe bien si son o se hacen. Cualquier asesor habría recomendado al presidente el silencio como forma defensiva. Se suma el papá de Conan al debate y relativiza la posibilidad del pago a los jubilados (sector vulnerable si los hay), de un aumento que mejoraba en un poco su situación y dice que el mismo quedaría supeditado al nivel de ingresos en las cuentas del Estado.

Los tres ejemplos, aunque sin representar una tipología en sí misma, bien valen para contextualizar los límites de lo esperable en el accionar político mileista, lejos de poder prever movimientos que se imaginan desde ciertos saberes preestablecidos. La necesidad de otorgar herramientas, como argumento de la acción política a partir de un resultado electoral, siendo benévolos en la consideración de ciertos accionares, supondría por un lado otorgar una especie de cheque en blanco al ganador y por otro, que la dirigencia ande saltando de charco en charco ideológico para ser coherentes con los humores sociales. Querido lector, estimada lectora, permítame señalar que la idea de la representación supone otra cosa.

En el apoyo de la oposición amigable, reside una coincidencia de raíz con varios de los postulados libertarios y por ende, la fábula de otorgar herramientas, se parece más a un argumento auto justificador emitido desde cierta (supuesta) responsabilidad institucional, que al hecho de hacerse cargo que ese es el país que desean.

Pero hay un nubarrón en el horizonte: en el hipotético éxito de Milei, con un presidente empoderado, ¿quién de todo este conjunto de actores le pondría el cascabel al gato? Nadie cambia cuando le va bien y por ende, no aparece del todo visible que las formas y el fondo de un proceso político que tiene en su raíz el maltrato hacia todo aquel que piense distinto, en lo discursivo y en la represión de las fuerzas del Estado, sean rectificadas porque se otorgaron herramientas para la gestión.

El fabricante de mentiras, el que construye historias de cartón, y que nos dice que el Estado moderno es una organización criminal que atenta contra los beneficios de  la libertad absoluta, no puede sólo. Esta semana quedó demostrado. Ciento cuarenta y siete votos le dieron la legitimidad necesaria.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 30 Jun 2024 07:13:07 -0300
Buenos deseos https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6854-buenos-deseos https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6854-buenos-deseos Buenos deseos

Mientras el oficialismo a nivel nacional se apresta a iniciar una semana que podría ser fundamental para sus intereses al darle tratamiento en la Cámara de Diputados a la ley Bases, y en la previa a un nuevo viaje presidencial para recibir premios de dudosa valía y sin reuniones con actores políticos de relevancia (la excepción vendría dada con un breve encuentro sabatino con el Canciller alemán Olaf Scholz); en Rosario se vivió la celebración del Día de la Bandera, con la presencia de las máximas autoridades de los tres niveles del Estado. Como suele suceder en estos casos y más allá de las formalidades de rigor, los discursos de cada uno de los protagonistas, dejaron varios elementos que valen la pena de ser revisados. Pasen y vean. Recorrido por afirmaciones que tienen, en su razón de ser, los buenos deseos de que la realidad política y social no se transforme, pese a los indicadores que lo pre anuncian, en una crisis agravada. Sean bienvenidos y bienvenidas.

La llegada del presidente Javier Milei en un día tan emblemático para rosarinos y rosarinas fue saludada por buena parte del sistema político local y regional. El propio primer mandatario arengó en los días previos a la ciudadanía a concurrir al Monumento a la Bandera (“sacarle el tinte ideológico partidario a las fechas patrias”) para recordar a la figura de Manuel Belgrano. Junto con ello, el conjunto de trolls libertarios que anidan en Casa Rosada, se encargaron de agitar el tema de manera que apareciera una masividad popular que, finalmente, el acto no tuvo.

Tiempos extraños los que vivimos: mientras las movilizaciones populares son ninguneadas desde cierto establishment analítico, al punto de ser desechada por representar algo arcaico, el presidente se jacta de haberle ganado la calle a sus opositores a partir de la represión ejercida hace un par de semanas nada más en la plaza de los Dos Congresos y en simultáneo, convoca a la ciudadanía rosarina que, de alguna manera, le termina sacando el cuerpo al convite. De yapa, a través de las fuerzas de seguridad, se encarga de impedir la llegada al parque nacional de un conjunto de organizaciones que sí tienen mucho para expresarle a Milei.

Al discurso presidencial no le faltaron las contradicciones de siempre. Ponderó la valentía política de Manuel Belgrano cuando hace 212 años desoyó la orden del Triunvirato que le impedía izar lo que luego sería nuestra bandera; se quejó de cierta casta política que no cumplió con el pedido de nuestro prócer de fundar cuatro escuelas públicas (tres en el territorio nacional y una en Bolivia) y convocó al Pacto de Mayo que se celebraría en julio (no es hay error querido lector, estimada lectora), incluyendo en la invitación a figuras tan contrapuestas como Cristina Fernández de Kirchner y Mauricio Macri.

Los dichos del jueves reflejan una doble contradicción. La primera, de tipo histórica, desconoce al propio Belgrano ya que, si bien nuestro prócer puede ser considerado como un liberal en términos ideológicos, no es menos cierto que en su ideario, toda acción de desarrollo debía pensarse con la presencia del Estado. El caso de la no construcción de las escuelas es un buen ejemplo de ello. La segunda, de estos tiempos, refiere a cuál sería el sentido de firmar un acuerdo con ideas tan antitéticas como la que expresan Milei y Fernández de Kirchner. Si el presidente viene de autodefinirse como un topo que tiene como máxima misión la aniquilación del Estado, no aparece el punto de encuentro con una corriente ideológica y con una dirigente que entiende al Estado como un actor central para el desarrollo humano. La invitación representa más un “fulbito para las tribunas”, antes que una muestra honesta de unidad.

Pero quienes sí recogieron el guante del “diálogo” y el acuerdo, fueron las autoridades locales encarnadas en las figuras de Pablo Javkin y Maximiliano Pullaro quienes, con diferentes tonos y credibilidades a cuestas, supieron matizar un encuentro de poca ciudadanía pero de muchos silbidos.

El intendente de Rosario sobre abundó en el agradecimiento a las autoridades nacionales en general y a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich en particular por la llegada de las fuerzas nacionales que, según el ex dirigente de la FUR, han permitido la reducción abrupta del número de crímenes en los barrios rosarino allende los bulevares.

Con un tono de sobre actuación evidente, abucheado profusamente, insistió con la idea de una Rosario auto suficiente, hecha con el único esfuerzo de sus habitantes, territorio plagado de “gente buena y de laburo”; línea discursiva conceptual que tanto rédito le ha dado a las fuerzas gobernantes de las últimas tres décadas en la región.

En esa actitud “generosa” de Javkin, no hubo tiempo para el reclamo de la eliminación de los fondos para el transporte público de colectivos, lo que incrementó su valor en un 392% en poco menos de seis meses, ni para aquellos ciudadanos y ciudadanas que han dejado de recibir asistencia para enfermos oncológicos, como así tampoco para las obras que el Estado nacional ha dejado de ejecutar para el desarrollo de la ciudad, Monumento a la Bandera incluido. Anida en el intendente una forma de lucha federalista selectiva, que se pone en práctica cuando los tiempos sociales no han virado hacia la derecha. Cosas que pasan.

Aunque el recitado preámbulo nacional le haya quedado algo grande (casi 41 años atrás, en el mismo lugar un tal Raúl Alfonsín emocionaba a unos 400.000 rosarinos cuando lo exponía como decálogo de principios de la democracia que deseaba e imaginaba); Pullaro pareció más relacionado con su recorrido político de los últimos años.

Pese a los silbidos editados en redes por parte del mundo libertario, el gobernador de Santa Fe, que también agradeció por la llegada de las fuerzas de seguridad, referenció el trabajo de la pampa gringa, ser parte del corazón productivo del país, reclamó por obras de infraestructura para el desarrollo de parte del Estado nacional e insistió con la idea de vincular el sector educativo con el mundo del trabajo como forma de crecimiento social. Más allá de los buenos modos de ocasión, nada más alejado del mundo libertario que imagina al problema de la educación como una cuestión de adoctrinamiento y vouchers que permitiría elegir a qué escuela mandar a nuestros hijos y con qué contenidos.

En todo ese entramado se juegan las tensiones de ambos modelos. Más allá de las urgencias, estrategias y tácticas de cada momento, reivindicar al Estado como actor del desarrollo, nada tiene que ver con su eliminación.

Pero más allá de lo ideológico, la realidad regional comienza a marcar ciertos límites que habrá que prestar atención en qué momento ambos jóvenes radicales de antaño, se animan a denunciar. En este tiempo, el campo no liquida porque espera (y desea) una nueva devaluación, la industria todos los meses repite la caída sin que se avizore el piso de la caída más allá de los deseos empresariales. Por poner un par de ejemplos cercanos: Acindar trabajará dos meses sobre seis y General Motors ya casi que no resulta noticia cuando para su producción en el formato habitual.

Pero la contradicción no anida sólo en la coyuntura de una actividad económica que, antes que un rebote en forma de V, parece haber iniciado un proceso en forma L. El modelo libertario, del que el DNU 70/23 y la ley Bases resultan parte de un combo, supone tales niveles de liberalización económica, que ese conglomerado de sectores fabriles que producen mayoritariamente para el mercado interno, y que no cuenta con la potencia suficiente para proyectarse al externo, lo sufrirá rápidamente.

Más allá del interés por mostrarse lejos del peronismo y de la buena imagen de gestión que haya sabido construir el gobernador en estos meses de gobierno y del respaldo político que obtuvo Javkin al ser reelecto, si ambos referentes no entienden más temprano que tarde que los modelos de acumulación apalancados en el neoliberalismo, siempre han afectado de manera determinante a la región, en el mediano plazo poco espacio les quedará para ciertas formas de representación. Es difícil de aceptar, pero de algunos “agradecimientos” resulta difícil volver.

Mientras se ofrece la zanahoria del retorno del impuesto a las ganancias, mientras aparece la auto justificación de las reformas logradas en el Senado y que, según lo anunciado por el gobernador, durante la semana se encargará de que los diputados santafesinos respeten, se cuece la mayor de las contradicciones que impone la reivindicación de un federalismo extremo.

Un ejemplo como al pasar. Para justificar la reforma previsional en la provincia, Pullaro se pregunta y nos pregunta “porqué un kiosquero de Rafaela debe sostener el déficit de la Caja”. Este método dialéctico, tan funcional a cierto neoliberalismo que gusta de ejemplificar fenómenos complejos con casos ordinarios, tal vez podría responderse que con el mismo derecho que al reimponer ganancias (impuesto coparticipable), un trabajador petrolero neuquino estaría sosteniendo el sueldo de un juez santafesino que, por esas cosas del destino argento, no paga el mismo impuesto con ingresos superiores.

El problema que anida en el radicalismo que gobierna la provincia y el municipio, herederos de la construcción de sentido de la que abusó el socialismo vernáculo, radica en la idea de pensar al país desde la comarca. Cuando se suman al debate, números que refieren a lo que aportan los Estados subnacionales a las cuentas públicas y lo que efectivamente el Estado nacional devuelve a esta región, se corre el riesgo de una reivindicación que rompe con la propia idea que subyace en el federalismo.

Algunas preguntas complejas que contiene cualquier biblioteca que se precie: si la ecuación debe medirse en los términos planteados, ¿cómo se lograría el desarrollo armónico del conjunto del país? ¿Hasta dónde tiene sentido hablar de nación? ¿Cómo se mensuran esas obras estructurales que se sostienen en el tiempo como por ejemplo, el Puente Rosario - Victoria o la autopista Rosario - Córdoba que pagó un ciudadano jujeño con sus impuestos y de las cuales, varias décadas después las provincias y municipios que la contienen siguen obteniendo beneficios?

Para el libertarismo, las respuestas vienen dadas por el utópico desarrollo privado, con afán de lucro incluido. En ese sentido su solución discursiva parece sencilla, básica y pre capitalista. En el mediano plazo el problema más grave lo tienen las fuerzas que se dicen democráticas y que ven al Estado como un factor de desarrollo. Más allá de los buenos deseos que implican supuestos diálogos y acuerdos que se desvanecen con el correr de los días y de la potencia que pueda suponer una fotografía de pactos que, en el trasfondo, solo representan un rejunte pasajero.

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 23 Jun 2024 12:44:45 -0300
Lo dicho, lo hecho y el cómo https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6850-lo-dicho-lo-hecho-y-el-como https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6850-lo-dicho-lo-hecho-y-el-como Lo dicho, lo hecho y el cómo

"Mucha tropa riendo en las calles,
con sus muecas rotas cromadas,
y por las carreteras valladas,
escuchás caer tus lágrimas.
Nuestro amo juega al esclavo,
de esta tierra que es una herida,
que se abre todos los días,
a pura muerte, a todo gramo.
Violencia es mentir…"

Nuestro amo juega al esclavo - Patricio Rey y Los Redonditos de Ricota

Luego de varias semanas de no contar con la iniciativa política, expuesto por su desdén por los que menos tienen, descubierto en acciones administrativas que han obligado a intervenir a la Justicia para investigar su legalidad, afectado por un severo internismo que agrava una gestión paralizada en múltiples áreas de la estructura estatal y con la sobreexposición presidencial como escudo protector; el libertarismo acaba de culminar una de sus mejores semanas al frente del gobierno: logró la aprobación en el Senado (en general) de la ley Bases, pudo evitar el pago inmediato del swap con China, anunció un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional por U$s 800 millones y se conoció vía INDEC el número de inflación del mes de Mayo (4,2%) que confirma la tendencia a la baja.

Pero cada una de esas buenas noticias para los intereses del gobierno, tiene una especie de lado oscuro que, de alguna manera, contradice aquellos pilares sobre los cuales Javier Milei supo construir su figura política, confirmando por enésima vez que una cosa es lo que se dice, otra la que se hace, quedando en el medio la revisión del “cómo”. Recorrido por días de celebración libertaria que tienen bastante de auto engaño. Pasen y vean. Sean todos y todas bienvenidos.

La semana comenzó con la expectativa que suponía el tratamiento en el recinto del Senado de una ley que se pretendió refundadora de la Argentina y que, a partir de los límites que fue encontrando en el tratamiento legislativo, a lo sumo podrá aspirar a funcionar como una especie de instrumento de relanzamiento de la acción del gobierno. Negociada hasta el cansancio, a seis meses de haber asumido, el oficialismo aún no pudo sancionarla, debatiéndose por estas horas hasta qué punto podrá reimponer lo aprobado en Diputados lo que en la Cámara Alta supieron modificar.

El empate en 36 sirvió para demostrar no pocas evidencias: que contar con una vicepresidenta con un mínimo de lealtad puede jugar a favor de los intereses del Poder Ejecutivo; que la oposición encarnada en Unión por la Patria con sus 33 senadores a cuestas pudo ser sostenida más allá de ciertas sospechas previas y que la escasa representatividad libertaria no resultó óbice para alcanzar el objetivo.

En lo último aparece la primera referencia al cómo. Si Milei supo hacerse visible primero en términos mediáticos y luego fuertemente en términos políticos, ello se sustanció en la denuncia a grupos de poder que negociaban, con prebendas incluidas, en contra de los intereses del conjunto de la sociedad. Supo “conectar” con el malestar de una parte del electorado que combinaba proporcionales dosis de enojo por el deterioro económico, distancia con sectores dirigenciales que sólo sabían mirarse el ombligo y cierto clima de época que impone como una especie de revival de aromas de anti política. A todo ello, virtuosamente, lo llamó “casta” (y lo valoramos positivamente por la capacidad para imponer el término como una novedad en el día a día de cada uno de nosotros), aunque a la luz de cómo se ha gestionado la cosa pública en estos seis meses, muchos no entendamos del todo quien es qué cosa en el mundo libertario.

Si la negociación política era una especie de combinación de malas palabras, cuesta entender la celebración de una ley aprobada en general a fuerza de cierto chiquitaje político de ocasión. Los gobernadores de Juntos por el Cambio militaron la ley con la promesa de la reimposición del Impuesto a las Ganancias y de que se les habilite los mal llamados aportes extraordinarios. El senador correntino Carlos Espínola apoyó a partir de acordar lugares de privilegio en la dirección de Yaciretá, al igual que el entrerriano Eduardo Kueider, quien dio el sí a cambio de lugares en la conducción en la empresa hidroeléctrica de Salto Grande. Y la neuquina Carmen Lucila Crexell no tuvo ningún empacho en mostrarse “algo” contradictoria al haber rechazado el DNU 70/23 hace algunas semanas atrás, para accionar con una mano el voto a favor de la ley Bases y con la otra revisar el pasaje del vuelo que la depositará en París para hacerse cargo de la embajada argentina ante la Unesco. El glamour ante todo.    

Es evidente que en las negociaciones libertarias no hubo nada nuevo como práctica política. Conducidas por un tal Guillermo Francos, hombre que reviste en distintas funciones estatales desde hace tres décadas, con algún interregno en la siempre presente Corporación América que conduce Eduardo Eurnekian, el oficialismo salió a celebrar lo alcanzado con métodos, supuestamente, denostados. Si eso genera algún tipo de contradicción en los seguidores del papá de esa entelequia llamada Conan, no parece hacerse del todo visible por estas horas.

El cuadro de prácticas picarescas se completa con el anuncio oficialista de que, a los fines de que la ley sea definitivamente sancionada en la Cámara de Diputados, se insistirá con lo allí aprobado inicialmente, dejando de lado todo lo modificado (y acordado) con los senadores. Martín Lousteau y compañía podrán decir y agitar el parche de haber sido políticamente correctos, pero nadie podrá dejar de reprocharles, si tenemos en cuenta que sin quorum la ley no se trataba, la funcionalidad que tuvieron para con la estrategia libertaria.

Del otro lado, y esto dicho como al pasar, vale señalar que la discusión entre dirigentes sobre la paternidad política de los senadores peronistas que defeccionaron, carece de algún tipo de utilidad. En primer lugar porque su corrimiento de las huestes del bloque peronista no es nueva. En segundo término porque no son pocos los que tienen un muerto en el placard a la hora de justificar algunos apoyos (revisar quienes le dieron protagonismo político por ejemplo a un tal Daniel Scioli). Y finalmente, porque cada vez se hace más evidente la discusión de qué peronismo se imagina desde las grandes urbes y cuál se solidifica efectivamente allende la General Paz.

Además de la denostación a la casta y de todo lo referido con el Estado, el credo libertario se ha construido sobre el rechazo a los “zurdos”. Con ese nivel de complejidad en el análisis supo incluir con la misma facilidad y simplificación al gobierno conducido por Luis Inacio Lula Da Silva y al régimen comunista chino comandado por Xi JinPing. Desde lo que ya parecen ser las viejas promesas de campaña, se nos avisaba que nada se negociaría con esos Estados y que, si había algo por comerciar, se haría entre privados.

A veces se puede ser bruto y a veces ignorante. Pero ambas cosas combinadas, en pleno siglo XXI y en el juego grande de la política geoestratégica parece no existir en la realidad. Desde una situación de debilidad extrema en materia económica, el swap de U$S5.000 millones con China se vencía a fin de mes y debía ser devuelto contante y sonante. Argentina no cuenta con ese dinero y su nula predisposición a sostener algún diálogo con el gran país asiático lo enfrentaba a una encrucijada.

La renovación, que no va plasmarse, en otros tiempos hubiera redundado en un simple trámite. Vía anuncio oficial con algo de pomposidad y de la mano de la ayuda del FMI, en la semana supimos que el pago no deberá efectuarse en el 2024 y que el mismo se corre para el año que viene y que podrá hacerse en cuotas hasta culminar en pleno 2026.

La sorpresita, y en esto de las relaciones diplomáticas (como diríamos en mi Tablada natal) los chinos se la saben lunga, es que el acuerdo supone la presencia de Milei en Beijing en la mañana del 4 de Julio, jornada cara a los sentimientos norteamericanos si las hay. La foto, además de aportarle algo de estabilidad a las cuentas nacionales, permitirá  mostrar los límites de la incontinencia verbal libertaria que porta en sus genes, para transformarse en una muestra acabada de realismo político. Otra vez, fin.

El tercer elemento que nos permite repensar el cómo de las cosas, refiere a la “buena” noticia de una inflación del 4,2% para el mes de mayo, número que no se daba desde Enero de 2022. En el medio aparece una actividad económica que, al contrario de lo que afirman el presidente y su ministro Luis Caputto, no levanta. Si el número de 55% de pobreza aportado por la UCA fuera real (desde esta columna preferimos ser coherentes con nuestra prédica de antaño y relativizarlo dado que siempre hemos referenciado en datos oficiales); y si los rumores de una desocupación que se proyecta hacia los dos dígitos (a partir del dato objetivo de la desaparición de miles de cuentas bancarias de empleo) se confirmara en los meses venideros, la tendencia bajista sería un activo de valor más bien escaso. Algo de eso parecen decir las últimas encuestas que señalan que la inflación ya no sería el problema principal, sino que el ranking lo encabeza el temor a perder el empleo. Podría suceder que a buena parte de la sociedad no le importe, ya que, por ejemplo, Carlos Menem resultó electo en 1995 con el 15% de desocupación, pero resultará evidente que algunas estrategias oficialistas deberían ser revisadas.

Y mientras pensamos en lo dicho, lo hecho y en el cómo, bien vale confirmar, una vez más, que en la Argentina, ciertas medidas no cierran sin represión. Camuflados bajo la prédica liberal, esa que, según el presidente refiere al “respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo, basado en el principio de no agresión y en defensa de la vida, la libertad y la propiedad privada”; el miércoles asistimos a una jornada donde la violencia estatal se enseñoreó con quienes piensan distinto.

La convocatoria que fue masiva durante la mañana, con la presencia de múltiples organizaciones, parecía ir in crescendo con el correr de las horas. La imagen de un Senado debatiendo una ley propiciada por el oficialismo con las calles desbordadas de ciudadanas y ciudadanos no parecía la mejor para un gobierno que venía de semanas donde, como afirmamos al comienzo, había perdido la iniciativa política.

La represión a primera hora de la tarde y a comienzos de la noche en algunos barrios porteños donde empezaban a desarrollarse algunos cacerolazos espontáneos, sirvió como instrumento para evitar esa masividad que se temía. La explicación de la violencia del lado de los manifestantes, la felicitación de parte de la inventada Oficina del Presidente a las fuerzas de seguridad por haber evitado el intento de un golpe de Estado, obedece a una especie de delirio de laboratorio o una forma justificatoria de una violencia que intimida. Allí está el caso de los 33 detenidos (en la tarde noche del viernes fueron liberados 17), la falsedad de las acusaciones y la funcionalidad de un fiscal tristemente célebre por pozear la Patagonia y por apretar empresarios.

El contexto político desmiente al gobierno en la supuesta violencia de los manifestantes. Las masivas marchas de las centrales obreras y las que defendieron la educación pública de algunas semanas atrás, demuestran que no hay un espíritu violento en los marchantes. La detención de perejiles y la existencia de hechos graves como el incendio de un par de autos, uno de ellos de una cadena periodística, a la luz pública, filmados, fotografiados, con el testimonio de la víctima y la vista desviada de las fuerza de seguridad, confirman la sospecha de que el gobierno necesitaba romper la movilización.

Si bien la represión estatal no es una novedad en sí misma en la historia de esta democracia de cuatro décadas que supimos conseguir, hay un consenso que parece haberse roto: la justificación de la violencia que encuentra amparo en un sector de la sociedad. Basta ver las redes, los comentarios en las páginas de los portales de noticias que así lo permiten y la “escasa” capacidad de repregunta de los principales medios ante algunas afirmaciones de la ministra Patricia Bullrich, para confirmar la sospecha de que lo consagrado por la propia Constitución Nacional, ya no es ponderado por el conjunto del sistema político. Así de simple, así de grave.

Ni lo dicho, denuncia a la casta, a las corruptas componendas políticas y al respeto por el proyecto de vida del prójimo; ni lo hecho a través del logro de la aprobación en general de una ley que afectará negativamente a millones de argentinos; ni el cómo a través de arreglos sospechosos y de la violencia represiva en las calles, guardan relación entre sí. Si los métodos libertarios parecieran ser la gran novedad política de este tiempo, una vieja canción editada hace nada más y nada menos que 35 años atrás, parece haberlo puesto en duda.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 16 Jun 2024 11:16:28 -0300
Ver o no ver. ¿Esa es la cuestión? https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6844-ver-o-no-ver-esa-es-la-cuestion https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6844-ver-o-no-ver-esa-es-la-cuestion Ojos cerrados

La prédica libertaria supo instalar el latiguillo “no la ven”. Anclados en la idea de una especie de clarividencia superior y en el amplio triunfo electoral desarrollado a lo largo y ancho del país, atravesando múltiples capas sociales, edades y realidades personales, la frase se expandía en varios sentidos. Podía aplicarse al apoyo subterráneo de sectores que hasta hace no mucho anidaban en el peronismo, a una nueva forma de entender la vida en comunidad por estos arrabales del mundo o, una vez instalados en el gobierno, al supuesto éxito del fenomenal ajuste fiscal que se le propuso a la sociedad. Pero más allá de los matices, la esencia de su apoteosis debe ser rastreada en cierto hartazgo social que supo darle un apoyo a un espacio político que nada tiene que ver en su esencia y conformación con lo que habíamos conocido hasta ahora.

Pero ya nada es lo que era. Desde hace tres semanas el gobierno ha comenzado a convivir con una crisis que ha quedado expuesta a la vista de todos. En pleno mes de junio, y a seis meses de haber asumido, ya no se trata de qué ven los demás, sino de descubrir cómo se sale de un laberinto que tiene frenada a la administración, donde la angustia social se hace cada vez más visible y donde el liderazgo presidencial no parece alcanzar para correr el eje de lo que se discute en lo público.    

Suponiendo que diéramos por válida la hipótesis libertaria de que existen dos grandes sectores, los que están a favor y en contra del gobierno (por suerte la realidad es mucho más rica y variada) dos preguntas atraviesan a las presentes líneas: ¿Todos vemos lo mismo? Y, complejizando el análisis, ¿no deberíamos comenzar a entender que más allá de lo que se vea, la novedad del libertarismo argento radica en que poco y nada le importa de la forma en la que el resto “vemos” esa vida en sociedad? Veamos los ejemplos.

1. Con la comida no se jode. ¿No se jode? Inicialmente, en un contexto de acuciante necesidad para vastos sectores empobrecidos, el gobierno queda averiado porque se descubre que tiene cinco millones de kilos de alimentos sin distribuir, que han sido adquiridos por la administración anterior, que se enfrentan con el riesgo de vencerse y que no ha efectuado ninguna compra desde que llegó al poder. La situación se transforma en un escándalo, surgen denuncias judiciales que, con apelaciones incluidas, le niegan razón al oficialismo; se eyectan del cargo a los supuestos responsables, se los maltrata en los mass media a los fines de salvar a una funcionaria que, evidentemente, no cuenta con las capacidades necesarias para conducir un superministerio que sintetiza cuatro áreas sociales siempre sensibles.

En términos políticos la reacción oficialista rememora a los mejores métodos de la denostada casta. De arranque se niega el problema, basadas en una soberbia que se parece más a la de la noche del triunfo del 19 de noviembre que a las respuestas que deben darse en una gestión, se hacen afirmaciones contradictorias en el seno del mismo equipo gubernamental. En una caída espiralada, a medida que el problema aparece en escena, el oficialismo se esmera en tomar medidas que cada vez lo debilitan más, oponiéndole un respaldo presidencial inédito a la funcionaria, acompañado de un apoyo en tándem y artificial del conjunto ministerial y calificando a la misma de “mejor ministra de la historia”. En mi Tablada natal acuñábamos el término “dime de que presumes y te diré de qué careces”.

2. Ajuste excepcional. El oficialismo cumple con su promesa electoral e impone la motosierra y la licuadora. Pero no lo hace sobre los sectores que había señalado en la campaña sino que lo concreta sobre los sectores bajos, medios y sus enemigos ideológicos. Elimina todo tipo de ayuda social más allá de algunos aumentos circunstanciales de AUH y de la tarjeta Alimentar, reduce drásticamente subsidios de todo tipo, desde aportes al sistema de transporte en el interior a la ayuda con medicamentos a pacientes con enfermedades terminales, licúa ingresos de jubilados y pensionados vía decreto e intenta ahogar financieramente a las universidades públicas.

El libertarismo recibe un fenomenal cachetazo político en las calles, donde no menos de un millón de personas se movilizan en todo el territorio nacional en defensa de la educación pública y sale a responder que las movilizaciones representaban una “causa noble pero tenían fines oscuros”. Con el correr de los días pactará con la universidad más grande del país y al cabo de semanas con las otras 59 casas de altos estudios.

En la semana que acaba de concluir, la Cámara de Diputados dio una señal que apunta en varios sentidos y logró aprobar la media sanción de una reforma jubilatoria que promete recomponer lo perdido en los últimos meses y que le permitiría levantar el ancla de ajustar los ingresos de los mayores por el lado de la inflación. La mejora, que supone un incremento del 0,43% del presupuesto, y que viene con la sugerencia del lugar de donde deberían salir los fondos, es denostada por el conjunto del gobierno.

El presidente, en un nuevo stand up, sobreactúa enojo, afirma que le importa “tres carajos” lo que se apruebe en el Congreso, y anuncia que vetará cualquier ley que le impida cumplir con el superávit fiscal. Acá ya no se trata de saber ver o interpretar: los números con los que se aprobó el proyecto en Diputados y por lo que ya se presupone en Senadores, deja al conjunto de legisladores con la posibilidad real de rechazar ese hipotético veto porque se estuvo muy cerca de alcanzar los dos tercios que habilita el artículo 83 de la Constitución Nacional.

En los días que vienen, el Indec se apresta a dar el número de inflación de mayo. Todo parece indicar que rondará el 5%, dato que será mostrado como un triunfo económico y político en sí mismo, aunque el mismo muestre una contracara acuciante y que se refleja, por ejemplo, en los indicadores que dio a conocer el jueves el organismo, donde el sector de la construcción cayó un 37% interanual mientras que la industria manufacturera lo hizo en un 13%. Ni respuesta macroeconómica en V, ni en formato de la pipa de Nike. Como en un pozo negro, por ahora el fondo no se muestra visible.

3. El papelón internacional como método. Javier Milei gusta de mostrarse como un referente mundial. Sólo así se entiende su afición por los viajes internacionales a encuentros que agregan poco valor a los intereses del Estado argentino, que se circunscriben a gustos personales y que tienen como mayor mérito el encuentro con empresarios del mundo digital que por ahora no han hecho más que sacarse alguna foto en modo libertario.

Secundado por la evidente incapacidad de su ministra de Relaciones Internacionales y Culto, Diana Mondino, quien parece estar en la cuerda floja, el oficialismo no ha dejado papelón por realizar a partir de autopercibirse y autocelebrarse como disruptivo. A los devaneos con China (en muy poco tiempo vence el swap por U$s 5.000 millones), la nula relación con un socio estratégico como Brasil y el surgimiento de un conflicto sinsentido con España, por estas horas se agregó el capricho de no asistir a la invitación de Italia a la reunión del G7 en los días 13 y 14 de junio, decisión que habría sido desestimada por la queja por lo bajo y en términos diplomáticos que formulara el gobierno de Giorgia Meloni.

En ese recorrido internacional de estudiantina se evidencia la esencia del deseo presidencial, mostrando como logros medidas que tienen un feroz lado oscuro, pero que poco importan a los fines de proyectarse como un profeta itinerante que pareciera tener a la Argentina como uno más de sus destinos de desarrollo político.

Los tres elementos descriptos brevemente, la ausencia de ayuda social, el ajuste y el papelonezco rol de las relaciones internacionales, reflejan una esencia distinta de las formas del relacionamiento político, al punto de que Milei se permita declarar como una especie de topo que maneja las riendas del Estado para destruirlo desde adentro.

Por todo ello no tiene sentido buscar atisbos de arrepentimiento, culpa o vergüenza por las políticas aplicadas y sus consecuencias. Si en algún momento, desde este mismo espacio, nos animamos a titular algún artículo como “Mezquinos y rotos”, es porque de alguna manera, al representar a determinados sectores, el libertarismo descree de cierto sentido común construido a lo largo de cuatro décadas de democracia.

Los hechos son los mismos. Pero la explicación y su justificación no son validadas de la misma manera por los distintos sectores que le dan vida a una comunidad. Reconocidos en una sociedad democrática, el planteo schmittiano de la relación amigo / enemigo debería ser relativizada. Pero de a poco, el oficialismo comienza a sufrir el desgaste del uso y abuso de esa estrategia, sobre todo cuando la misma es azuzada desde una posición de extrema debilidad institucional, sin cuadros político técnicos que le den sustento a la gestión y contando con el apoyo cada vez más restringido de algunos referentes mediáticos.

El deterioro comienza a ser tan evidente, que un tribunal judicial como el que se sintetiza en la Cámara Federal de Comodoro Py, conducida por personajes de la talla de Martín Irurzun, uno de los protagonistas principalísimos del Lawfare argento, le terminó dando la razón en una cautelar al siempre polémico Juan Grabois. O también, si quisiéramos quedarnos en la lógica mediática, ciertas calificaciones políticas y personales sobre el presidente acaban siendo coincidentes entre las antípodas que suponen personajes como Roberto Navarro o Marcelo Longobardi.

Ya no se trata de seguir esperando que el mundo libertario vea lo mismo que el conjunto del sistema político. Cada vez queda más expuesta una forma de relacionamiento donde poco importa lo que le sucede al otro. El individualismo extremo, pero también la miserabilidad que suponen ciertos desprecios, en algún momento encontrarán límites de parte de una sociedad que, mayoritaria y efectivamente, quería castigar a buena parte de su dirigencia política. Pero a veces, el remedio es peor que la enfermedad. Por estos días, algunos empezaron a tomar nota.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 09 Jun 2024 09:29:45 -0300