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Fundamentar - Artículos https://www.fundamentar.com Thu, 28 Mar 2024 17:18:50 -0300 Joomla! - Open Source Content Management es-es Récord https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6783-record https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6783-record Récord

"Adelante radicales,
adelante sin cesar.
Viva Hipólito Irigoyen,
y el partido radical…"

Marcha de la Unión Cívica Radical

Histórico. Inapelable. Con evidente proyección nacional. Aún resuenan los ecos de la fiesta en Parque Norte donde la oposición santafesina se dio el enorme gusto de celebrar un retorno al poder que algunos comenzaron a imaginar allá por mediados de 2019, cuando Omar Perotti supo transformarse en el dirigente que reinstalaba al peronismo en la Casa Gris y que da por cerrado, por lo menos por los próximos cuatro años, el escenario de tercios que desde hacía tres elecciones había configurado el mapa político de la provincia.

El récord que supone traspasar el millón de votos ya tiene la suficiente potencia como para llamar la atención del sistema político nacional. Pero además, el triunfo de Maximiliano Pullaro viene acompañado de haber alcanzado la mayoría en ambas cámaras y en las ciudades más importantes de la provincia.

Hay tres retornos. El de la dirigencia socialista, que ve prevalecer aquellos acuerdos de comienzo de año, que propiciaron inicialmente una fractura que aparecía como definitiva y no fue tal; el del protagonismo como cabeza de león de la Unión Cívica Radical, que vuelve al poder provincial luego seis décadas y el de un peronismo derrotado que deberá barajar y dar de nuevo rápidamente, para no comenzar un proceso de atomización siempre factible cuando priman los egoísmos exculpatorios.

Si algunos pretenden suponer que las territorialidades ya no juegan en política, y que todo puede reducirse al conocimiento del candidato, bien viene el ejemplo santafesino para relativizar esa idea. Pullaro conoce la provincia. La recorrió, primero en su rol de funcionario a cargo del ministerio de Seguridad, luego como diputado provincial y finalmente como candidato, condición que fue definida con mucha anticipación. Hay, tal vez, cinco razones que explican su éxito político de las últimas horas.

Validación: el electorado no peronista y anti peronista aceptó de buen grado el acuerdo entre dirigentes que, si uno presta atención a los recorridos personales y a las propuestas ideológicas que las han sostenido, poco tienen que ver entre sí. No deja de ser llamativo que mientras el socialismo ha reivindicado la salud y la educación pública, el acuerdo político haya llegado de la mano de otros dirigentes que ven al mercado como la razón de ser de toda acción social que se precie. Los números son claros y algo pudo verse en las últimas PASO: en las generales de 2019, la suma de votos del Frente Progresista Cívico y Social y el PRO orillaba 1.016.000 votos, número más que suficiente para ganar cualquier disputa electoral que se precie. El escrutinio provisorio del día domingo le otorgó a Unidos Para Cambiar Santa Fe, la friolera de 1.023.000 votos. Más ajustado, imposible.

Gestión meritoria: ante el escenario de violencia vivida en ciudades como Rosario durante la gestión Perotti, el ahora gobernador electo supo mostrar como un mérito lo que había sido su gestión en el área. Poco importaron las denuncias judiciales de antaño, los audios que mostraban una connivencia obscena con ciertas prácticas de dudosa legalidad, su vinculación con funcionarios policiales cercanos al narco (y condenados) y las propias denuncias públicas efectuadas en el marco de la campaña electoral por su adversaria en la interna, Carolina Losada. Si Omar Perotti había anunciado la “Paz y Orden” como slogan de campaña 2019, era porque existía una demanda social en aquel entonces y Pullaro era el máximo referente apuntado.

“Cómo estará la cañada, que la chancha la cruza al trote”. Durante el debate, el ex ministro mostró comparativamente la cantidad muertos en Rosario producto de la violencia, y pareció reflejar una mejor calidad de vida para los habitantes de la región. Siguiente pregunta.

https://twitter.com/maxipullaro/status/1701319796040532225

Gestión peronista deficiente. Luego de casi cuatro años de gestión el actual oficialismo sólo pudo mostrar el cumplimiento de la promesa del Boleto Gratuito y de Billetera Santa Fe como ideas fuerza de campaña. Es inexorablemente cierto que la pandemia condicionó de buen grado a todas las gestiones, pero, de alguna manera, en 2023 el Covid es un mal recuerdo de tiempos idos. Si bien es real que la legislatura con su mayoría opositora en diputados y los vaivenes en la relación con el Senado, condicionaron mucha de la legislación que se proponía (la ley de Seguridad es un buen ejemplo), la sociedad pareció demandar una mayor originalidad a la hora de enfrentar la gestión. No alcanzaba con mostrar si Santa Fe era la provincia que más rápido crecía o si creaba más puestos de trabajo. Hubo una distancia entre la gestión y la población que nunca pareció resolverse positivamente.

Liderazgo ineficaz. Perotti ha sido intendente de Rafaela, ministro de gestiones provinciales y legislador nacional, tanto en el rol de diputado como de senador. Es un hombre de inocultable experiencia que siempre fue acompañado por el voto popular, pero su carrera se cimentó desde un excesivo “perottismo”, que poco tenía que ver con lo que el peronismo de este tiempo demandaba. Equipo que gana no se toca, dice una de las tantas máximas no escritas del fútbol y por lo tanto, el estilo que tanto éxito le reportó no sería modificado porque la realidad, de acuerdo a diversas interpretaciones, así pudiera demandarlo. Siempre privilegió una conducción política donde no había una contención cercana sobre las segundas y terceras líneas, lo cual llegó a su extremo en la campaña electoral donde siempre pareció interesado, vía la mentada boleta única, en cuidar la quintita propia para ganar el primer lugar en la lista de diputados. Optó por una disputa en sordina e inútil con su candidato a gobernador, con quien había sellado un acuerdo y terminó obteniendo 80.000 votos menos que éste, llegando, finalmente, a un lugar de muy dudosa relevancia como diputado provincial.

Clima de época. Esta razón tal vez sea la de mayor necesidad de confirmación en el futuro próximo, pero no deja de ser evidente que el peronismo no las tiene consigo en las distintas elecciones provinciales que se han desarrollado hasta el momento. Yendo un poco más allá en el análisis, la irrupción a nivel nacional de un personaje como Javier Milei, complejiza aún más un escenario donde este electoral 2023 ha confirmado como nunca que las elecciones provinciales y nacionales, poco tienen que ver entre sí.

El triunfo ha sido arrollador. Resuenan las estrofas de la marcha radical cantadas a pulmón, reaparecen las boinas y las banderas rojas y blancas le dan el marco a la fiesta. Es un revival de tiempos antiguos. El vitoreo sobre la figura de Raúl Alfonsín, quien siempre tuvo claro que el límite era la derecha recalcitrante que se había institucionalizado en el PRO, parece remontarnos a la década del 80’ donde la sola invocación de su nombre, suponía la referenciación en un sistema de ideas muy diferentes. Quien levante la mirada sobre el escenario, notará que también lo habitan personajes de la talla de José Luis Espert, Patricia Bullrich o Emilio Monzó, y la distancia parecerá  irreductible. Todo un desafío para el gobernador electo: administrar semejantes diferencias políticas.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Tue, 12 Sep 2023 11:12:54 -0300
El día después https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6774-el-dia-despues https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6774-el-dia-despues “El día después” (1894-1895), Edvard Munch

La contundencia del resultado electoral en la provincia de Santa Fe, a manos de la oposición encabezada (ahora sí) por Maximiliano Pullaro, permite suponer a algunos, que la suerte ya está echada y que en la jornada del próximo 10 de diciembre, Omar Perotti le terminará colocando la banda y entregando los atributos de mando al ex ministro de Seguridad de la gestión de Miguel Lifschitz. Pero no son pocos, triunfadores incluidos, los que dan por hecho que el escenario no está del todo cerrado ni mucho menos, y si bien el justicialismo en su conjunto no la tiene nada fácil (algo de eso dejó entrever Marcelo Lewandowski en la noche del domingo), nunca debe pensarse un resultado como inmodificable, ya que en el devenir de un proceso electoral que dura no menos de cuatro meses existen una variedad de factores que pueden modificar comportamientos del votante: menor ausentismo, la posible incidencia del escenario electoral nacional, los diversos diseños de campaña y el comportamiento general de las distintas fuerzas políticas, pueden resultar razones que muevan el péndulo en un sentido u en otro. Recorrido por la semana posterior al batacazo amarillo, o mejor dicho rojo y blanco, donde nadie parece tomarse vacaciones. Pasen y vean. Están todos y todas invitadas.

Las razones que explican los resultados del domingo 16 para el caso de la provincia de Santa Fe pueden ser variadas. Para ésta columna preferimos centrarnos en las tres que pueden resultar más evidentes, mientras que para el detalle de los números mostramos este bonus track semanal de Fundamentar.

La primera refiere al desgaste de la gestión encabezada por Omar Perotti. Si bien algún perottista convencido podrá remarcar que el actual gobernador fue el dirigente más votado en la categoría de diputados en la que participó, no es menos cierto que la pérdida de votos producida a lo largo y ancho de la provincia es harto evidente. Por poner sólo el ejemplo de Rosario y a los fines de medir el desgaste de su figura política: si en 2019 en la elección general para el departamento Rosario alcanzó el excelente número de 210.000 votos, cuatro años después apenas roza los 63.000.

La cuestión de la inseguridad ha hecho mella en su imagen: el slogan “paz y orden” poco tuvo que ver con una realidad que terminó imponiendo cuatro cambios de ministros, con perfiles absolutamente disímiles entre sí, varios más de jefes policiales y con el consiguiente sentimiento de desamparo en los barrios más vulnerables de la ciudad más importante de la provincia, cuando los asesinatos se cometen en plena vía pública, con la complicidad de la noche.

Para esta elección, poco ha importado la solvencia de las cuentas públicas, de que Santa Fe haya liderado a nivel nacional el crecimiento económico post pandemia y que se hayan cumplido algunas promesas de campaña como la del Boleto Educativo Gratuito. El malestar, evidente, se hizo notar a lo largo y ancho de la provincia, con el ejemplo de una amplia derrota para la categoría de gobernador y una llamativa paridad para el cargo de diputados en el propio departamento Castellanos, terruño y bastión histórico de Perotti.

https://twitter.com/omarperotti/status/1680784486953263106

La segunda razón refiere a la potencia que alcanzó la interna en Unión para Cambiar Santa Fe (UPCSF), fundamentalmente en la centralidad de la disputa de origen radical entre el diputado provincial Pullaro y la senadora nacional Carolina Losada: si no se habían entendido del todo las razones del porqué la ex periodista arrancó la campaña con los tapones de punta, acusando a su adversario de tener vínculos con el narcotráfico, la contundencia de los números de la interna confirman que desde el comienzo comenzó la carrera desde atrás y con varios cuerpos de distancia. El tiempo transcurrido tampoco le brindó la suficiente templanza como para sobrellevar, públicamente, la estrepitosa derrota. En su rápida aceptación del triunfo de Pullaro, en la noche del domingo, Losada apareció desbordada por la situación y articulando un discurso político confuso. Para colmo de males, nadie cuidó su imagen, ya que luego de enfrentar los micrófonos decidió salir por el medio de un despoblado salón Metropolitano que mostraba, de manera definitiva, su profunda orfandad. Por las dudas, su referente nacional, Patricia “Mascherano” Bullrich, quedó entre bambalinas.

El ganador, por su parte, celebró a su modo. Con un discurso sin estridencias, sin dejar de tener en cuenta que, como en una semifinal de un mundial, aquí no se ganó nada, trató de evitar declaraciones que lo alejen de su principal objetivo de los próximos cincuenta días: fidelizar la totalidad del voto de UPCSF, con socialistas incluidos.

Indudablemente el ex ministro de Seguridad fue efectivo en la comunicación política, haciendo eje en la situación de violencia que se vive en las dos grandes ciudades de la provincia, especialmente en Rosario. Es tan grande el deterioro de este tiempo, que la cifra de 1400 muertos que había alcanzado la ex segunda ciudad del país para el período 2015 – 2019, parece una buena noticia en sí misma.

La tercera razón, algo más difusa y que podrá confirmarse en unas pocas semanas más cuando se produzcan las PASO a nivel nacional, es el clima político que se vive en la franja central del país, donde todo parece indicar que la imagen del mapa argentino, emulando la camiseta xeneise, donde en el norte y el sur predomina el peronismo y en el medio el amarillo de Juntos por el Cambio, podría repetirse. Pero por ahora, esto no parece más que una elucubración que será confirmada o desechada en escasas tres semanas.

Una gran pregunta para lo que viene en Santa Fe, refiere a si la campaña se nacionalizará o quedará circunscripta a los vaivenes provinciales. De alguna forma, en cuanto a las conveniencias de los actores, sería algo así como replicar la pregunta de qué fue primero, si el huevo o la gallina. En este ítem, no fue casual la presencia de Horacio Rodríguez Larreta, Gerardo Morales y Martín Losteau en los festejos del comando de campaña del hombre nacido en Hughes; como así tampoco le renovada visita del actual jefe de gobierno porteño a la ciudad de Rosario, el día jueves, para presentar su plan de seguridad con Pullaro a su izquierda.

https://twitter.com/maxipullaro/status/1682042479376498689

¿Quién necesita de quién? En el sistema político argentino, en el transcurso de los años electorales, siempre surge la duda en qué medida una elección provincial puede quedar condicionada por el marco nacional. Indudablemente, Rodríguez Larreta necesita de Pullaro y no al revés. Y es por ello que, hasta tanto no tengamos el resultado de las PASO nacional confirmado, el gran protagonista de la última noche dominguera, será muy cuidadoso de plantear diferencias profundas en la interna de Juntos por el Cambio. Si a este analista lo apuraran con una apuesta, se decidiría por imaginar que para los intereses de UPCSF, el perfil de la elección de cara al 10 de setiembre, no pasará los límites de la bota.

De todas formas, en los dos grandes frentes provinciales, ha prevalecido la idea de unidad. A lo ya comentado en la oposición, debe sumarse la convocatoria del día viernes en  el salón Metropolitano de Rosario, que tuvo foto incluida con la conducción de los 15 partidos que integran la coalición y con la seguridad de contar con algo de tiempo a favor, situación absolutamente inversa en Juntos Avancemos.

En el frente conducido por el peronismo aparecieron dos señales de que no hay tiempo para perder, con la consiguiente duda de cara al futuro inmediato. La primera se produjo el mismísimo lunes en la ciudad de Santa Fe, en la sede del Partido Justicialista donde se encontraron los cuatro precandidatos a gobernador (con sus respectivas compañeras de fórmula) con el patrocinio del presidente del partido, Ricardo Olivera.

https://twitter.com/PJ_SantaFe/status/1681343647009193990

En el pos cónclave apareció una segunda señal que el venadense decidió blanquear como una duda no menor: en qué medida, corregidos los errores que reconoció el anfitrión, el conjunto del movimiento, a lo largo y ancho de la provincia se comprometerá con una militancia que le ponga otra impronta al proceso electoral santafesino. Con boleta única y escenario previo de derrota, no suelen ser pocos los dirigentes regionales que terminan siendo renuentes a militar más allá de sus propios intereses que refieren al pago chico. Mientras que para el frente de frentes la unidad es el mensaje, para el peronismo es una necesidad.

Pero si el claro triunfador del domingo venía dulce con los números que le dieron la victoria, no menos a gusto se debe haber sentido una vez que se conoció el fallo (dividido) en primera instancia, que favoreció a los policías que estuvieron involucrados en la detención, desaparición y posterior muerte de Franco Casco.

La decisión judicial, que deja una dolorosa sensación de impunidad (¿Casco habrá decidido solo tirarse maniatado al río?), sirvió para que unos cuantos alcahuetes del poder de aquel entonces (mediáticos y políticos) se ufanaran del mismo, sin conocer los fundamentos y sin tener en cuenta, por ejemplo, el fallo en minoría del presidente del tribunal, Dr. Omar Paulucci. Olvidan, estos mequetrefes de ocasión, que si algo le sobra a los sectores que han peleado por la Memoria, la Verdad y la Justicia en la Argentina, es templanza para alcanzar esos objetivos. Seguramente habrá apelación. Y la sentencia por ahora no es firme. En ese sentido, no dejó de preocupar las declaraciones de Pullaro defendiendo al conjunto de policías que fueron absueltos.

La pregunta huelga por sí misma: ¿será una señal de los tiempos que vienen? Quien lo sabe, por ahora queda no bajar la guardia. Ni siquiera en el día después.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 23 Jul 2023 13:18:04 -0300
Vendaval Para Cambiar https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6773-vendaval-para-cambiar https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6773-vendaval-para-cambiar Vendaval Para Cambiar

Las elecciones PASO en Santa Fe ya sucedieron y dejaron, como cada domingo electoral, múltiples variables de ser analizadas. Lo más evidente, por la contundencia de los números de la interna de Unidos para Cambiar Santa Fe (los cuales pueden ser proyectados al escenario de las generales), es el triunfo del ex ministro de Seguridad de la provincia y actual diputado Maximiliano Pullaro y que, como se suponía de antemano, el escenario electoral de tercios es historia. Pero también existen otros datos que no pueden dejar de ser puestos bajo la lupa del análisis para magnificar lo sucedido el día domingo. Primera aproximación descriptiva de una jornada con un evidente impacto político. Como siempre, pasen y vean.

Antes del comienzo, un par de aclaraciones metodológicas de rigor. La primera refiere a que al analizar las PASO 2023, realizaremos el abordaje desde el método comparativo con las elecciones del mismo tenor de 2019, ya que algunos nombres siguen teniendo vigencia y porque abundan explicaciones en redes y medios donde se mezclan hechos y situaciones políticas absolutamente distintas. Cómo nos han enseñado nuestros docentes, las peras se comparan con peras, no con otras frutas. Además, debemos dejar asentado que los datos con los que trabajaremos refieren a los resultados provisorios con los que contamos para este 2023, en contraposición con el escrutinio definitivo de lo sucedido cuatro años atrás.

La segunda aclaración refiere a que en la mayoría de los indicadores utilizaremos números absolutos y no porcentuales ya que de esa forma se explican de manera mucho más precisa ciertos triunfos y derrotas personales y colectivas.

1. Ausentismo

En 2023, en la provincia de Santa Fe, asistieron a votar algo más del 63% de los habilitados a hacerlo (2.811.000). Si bien la cantidad de electores viene subiendo (en esta oportunidad se agregaron alrededor de 83.000 jóvenes de entre 16 y 18 años), los porcentuales de asistencia vienen en baja: 69, 5% en 2019, 72,5% en 2015, 73,6% en 2011 y 77, 4% en 2007 cuando se inauguró el sistema de las PASO. Respecto de hace cuatro años, 136.000 electores no se presentaron a cumplir con su derecho / obligación. El problema del ausentismo creciente es persistente y es real. Resulta inútil negarlo.

2. Performance de Juntos Avancemos / Peronismo

En las PASO 2019, las fórmulas conducidas por Omar Perotti y María Eugenia Bielsa alcanzaron la totalidad de 704.000 votos, mientras que en la elección del último domingo las cuatro fuerzas que compitieron en la interna alcanzaron los 420.000 votos. Una diferencia de 284.000 menos, lo que permite afirmar una primera hipótesis que supone que a más opciones internas, no siempre le corresponden más votos.

3. Performance de Unión para Cambiar Santa Fe / FPCyS – Cambiemos.

Otra aclaración. En 2019 UPCSF no existía como espacio político, ni formal ni informalmente. Pero si recurrimos a la construcción de este indicador lo hacemos porque la contundencia de ciertos números de cuatro años atrás y los de estos días, vienen a confirmar una decisión política que no estuvo exenta de polémica hace unos meses atrás.

En 2019, el Frente Progresista Cívico y Social estaba conformado por el mayor peso del Partido Socialista y de parte de la Unión Cívica Radical. Algo parecido sucedía en Cambiemos donde la unidad se sustanciaba entre el PRO y otra parte (menor) del centenario partido. La primera de estas alianzas, conducidos por Antonio Bonfatti obtuvo en las PASO 510.000 votos mientras que los segundos, con José Corral a la cabeza alcanzó los 322.000. Si uno utilizara las matemáticas de manera caprichosa, notaría que entre ambas fuerzas llegaron a los 832.000 votos contra los poco más de 750.000 que alcanzó Omar Perotti en la general de junio de ese año y que lo convirtieron en gobernador de la provincia.

Señalamos este detalle que no es menor, corriéndonos de cierto rigor metodológico, dado que esa suma fue la que llevó a que un grupo de dirigentes idearan, aceptaran y le propusieran al conjunto de los santafesinos la creación del “frente de frentes”. Todo eso se confirma si observamos que para la general de 2019, ambos espacios alcanzaron la suma de más de 1.016.000 votos. Segunda hipótesis a tener en cuenta: para estas primarias, el electorado santafesino no peronista, aceptó de buen grado la creación de UPCSF.

4. Los votos del peronismo. ¿Dónde fueron?

Señalamos antes que el peronismo perdió 284.000 votos entre ambas PASO. También comentamos que no asistieron a votar 136.000 ciudadanos y ciudadanas. Poniendo la mirada sobre las otras fuerzas para el cargo de gobernador, notamos que en conjunto sumaron alrededor de 30.000 votos más en este 2023. Y si observamos que el total de votos de UPCSF alcanza los 952.000 sufragios, notaremos que los triunfadores de éste último domingo obtuvieron 120.000 votos más que en 2019. Casualidades o no, sumados los últimos tres ítems, llegamos a una diferencia de 286.000.

¿Podemos afirmar, tal vez de manera arriesgada, que esa totalidad refiere a lo perdido por el peronismo? Parece prematuro dar una definición taxativa, pero si tenemos en cuenta que los cuatro candidatos oficialistas no pudieron correrse de la dificultad de ser la voz de un gobierno poco ponderado, que unos cuantos ciudadanos y ciudadanas se quedaron en casa, y que la imagen de Omar Perotti, que en otros tiempos ha sabido seducir a sectores “independientes”, poco reacios a acompañar al kirchnerismo peronista (había de 3 de 4 candidatos en Juntos Avancemos), también quedó alcanzada por los cuestionamientos. Tal vez sea justo decir que arriesgamos una tercera hipótesis que explique que los votos perdidos deban buscarse en el ausentismo, en el moderado crecimiento de las fuerzas políticas menos importantes y en el mayor caudal electoral que aportó UPCSF.

5. Figuras políticas desgastadas

 En la elección del último domingo, se presentaron tres protagonistas con un ejercicio común entre 2019 y 2023: Omar Perotti, José Corral y Antonio Bonfatti tienen como hecho coincidente que hace cuatro años participaron de las PASO en condición de candidatos a gobernador y que en esta oportunidad lo hicieron como cabezas de lista para ser diputados provinciales, tratando de prevalecer en una práctica que supo imponer el rosarino, que luego también desarrolló Miguel Lifschitz a los fines de convertirse en jefes de la Cámara de Diputados.

Algo también los une: el deterioro político de sus figuras. En los tres casos perdieron votos de una manera notable. La secuencia muestra ese deterioro: Omar Perotti perdió 224000 votos (48%), el ex intendente de Santa Fe 174.000 (46%) y Bonfatti 420.000 (82%), donde puede decirse que el rafaelino hasta ahora salvó la ropa porque resultó triunfador en su interna, aunque si se repitieran los resultados del domingo, el actual gobernador quedará subsumido a un espacio menor en la legislatura.

El electorado santafesino se expresó y todo está por definirse ya que, de acuerdo a una verdad de Perogrullo, las elecciones PASO y las generales, a veces, nada tengan que ver entre sí. Aunque algunos la tengan muy difícil y otros ya se sientan ganadores definitivos.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Wed, 19 Jul 2023 21:11:19 -0300
El laboratorio y las expectativas https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6772-el-laboratorio-y-las-expectativas https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6772-el-laboratorio-y-las-expectativas El laboratorio y las expectativas

El calendario nacional y la voluntad política del gobernador Omar Perotti determinaron que desde este próximo domingo, los santafesinos debamos asistir una vez por mes a las urnas cuanto menos, hasta el mes de octubre. Con la secuencia de poco más de tres o cuatro semanas, realizaremos el sano ejercicio de la elección de los candidatos primero, y de las autoridades que nos gobernarán desde el 10 de diciembre, después. Si Julio trae memes a raudales, este electoral 2023 no podría estar ajeno y en Santa Fe aportará resultados que, a medida que pasan los días y las horas, muestran a la provincia como un laboratorio y como un ejemplo de aquello que, tal vez, pueda suceder a nivel nacional en algunas pocas semanas más. Mientras ello transcurre, las expectativas oficialistas parecen haber encontrado un cauce impensado hasta hace muy poco tiempo atrás. Recorrido por la previa de la primer posta electoral. Entre urnas y boletas únicas, pasen y vean. Sean todos y todas bienvenidos.

La semana política había comenzado en Salliqueló, provincia de Buenos Aires, el domingo 9 de Julio, con la inauguración del gasoducto Néstor Kirchner. Para el peronismo en su conjunto, el acto forma parte de su ADN en la manera de entender el sentido del quehacer político: su construcción se desarrolló en tiempo récord con mano de obra argentina (empresas incluidas); en un escenario tan complejo para las cuentas públicas permitirá ahorrar varios miles de millones de dólares al año (todo depende de la variación del precio internacional del gas licuado); se transforma en un eslabón más que apunta a la soberanía energética y permite contrastar, de manera insoslayable, la gestión actual con lo sucedido en el período 2015 – 2019. No es poco.

Para oficialistas y opositores, buena parte de las expectativas estaban centradas en el reencuentro público, luego de cuatro meses, de las tres patas que han compuesto la conducción del ya extinto Frente de Todos. Como en esas reuniones familiares de fin de año, donde algunos parientes no se quieren del todo, pero que hay que asistir porque puede ser el último de una abuela ya entrada en décadas y problemas de salud, el dueto Fernández – Fernández decidió dejar de lado las rencillas de siempre, y trató de poner en valor aquella vieja máxima justicialista que impone que primero va la Patria, luego el movimiento y finalmente, los hombres. Aunque para ser correcto políticamente con los tiempos que corren, deberíamos decir “seres humanos”.

https://twitter.com/unionxlapatria/status/1678118823629651968

Al oficialismo “no le sobra nada” y ya habrá tiempo del pase de factura correspondiente en una hipotética derrota electoral, o de la vuelta de página si el 10 de diciembre Alberto Fernández le coloca la banda presidencial a un compañero. Cada uno de los tres protagonistas fue fiel a su estilo: Sergio Massa articulando un discurso de síntesis con la perspectiva de un candidato, Cristina Fernández de Kirchner yendo y viniendo con los recursos discursivos temporales, a la vez que obviaba a su compañero del binomio presidencial y Alberto Fernández poniendo bajo perspectiva todo lo realizado, con referencia al general Juan Domingo Perón incluida.

El acto tuvo la suficiente potencia como para que algunos partidarios del romanticismo político se quejaran de que el oficialismo había perdido una oportunidad para saltear la grieta, emular cierta racionalidad al modo uruguayo y convocar al conjunto de la oposición cambiemista. La respuesta no demoró en llegar al recordar que ninguna de las razones estructurales que posibilitaron la llegada del gas desde Vaca Muerta contaron con el apoyo opositor: ni la recuperación de YPF, ni con la gestión de lo realizado en los cuatro años de gestión macrista, ni con el apoyo al financiamiento vía impuesto a las grandes fortunas, ni con la aprobación de los presupuestos respectivos para su realización. Para Juntos por el Cambio el desarrollo energético argentino (y su potencial soberanía) no es más que una forma de tantas otras que permiten vincular negocios con el sector privado. La campaña electoral en ciernes, con sus propuestas siempre envueltas en un vistoso packaging, así permitirá demostrarlo.

Pero no conforme con esos cuestionamientos, vía redes y algunos inefables comunicadores, se intentó poner dudas sobre la calidad de la obra a partir de la velocidad temporal con que fue ejecutada. Dicen que del “ridículo no se vuelve”, y en esa permanencia circular que se termina haciendo constante, no son pocos los que una y otra vez apelan a acciones que confirman la vieja máxima.

El segundo hecho que refiere a las expectativas oficialistas de este tiempo, referenció en el pendiente y discutido acuerdo con el Fondo Monetario Internacional de cara al segundo semestre del año. Con el devenir de las semanas, el ministro de Economía ha comenzado a hacer público las instancias que no permiten llegar al acuerdo. Dejando traslucir que una de las razones se fundamentan en el tipo de devaluación que debería producirse a gusto de los prestamistas, Massa profundiza semana a semana, un discurso nestorista donde la expectativa final reside en la posibilidad de sacarse de encima al FMI, con el pago de saldos exportables para ganar independencia económica en el mediano plazo y, en ese sentido, los juegos de posicionamiento político abundarán en los días venideros.

https://www.youtube.com/watch?v=46vE8MepreU&ab_channel=T%C3%A9lam

En ese derrotero, donde un acuerdo será mostrado por el oficialismo como un triunfo político, economistas de la oposición fueron acusados de obstruirlo y no faltaron quienes pisaron el palito de la picardía massista y salieron a decir sin decir, que prefieren un escenario de inestabilidad tal que permita imponer las recetas de económicas de siempre: un ajuste potente es el sueño húmedo de todo neoliberal que se precie. No importa si en el medio se atraviesa un año electoral.

Y finalmente, el tercer dato económico que transitó la semana refirió al número de la inflación de junio que se conoció en la tarde del jueves. Emulando a un informe médico sobre la presión arterial, podríamos sintetizar el título con la “baja de la alta”. Seis puntos de inflación mensual no es un número que dé para muchos festejos, pero si política y economía son primos hermanos en esto de la construcción de expectativas, en un contexto donde la inflación no bajará a niveles óptimos de la noche a la mañana, no puede dejar de señalarse que la reducción del 8,4% de abril a este 6% de junio, supone un saldo a favor en el horizonte oficialista.

Simultaneamente, como síntoma y como expectativa, otra vez la oposición pretendió agitar viejos fantasmas que refieren a los retoques de los índices que informa el INDEC. La acción no parece muy novedosa y omite dos hechos irreprochables: que cuando el número daba con una tendencia hacia arriba el mismo no era denunciado y que todas las consultoras privadas, esas donde tanto gustan referenciar no pocos actores de la vida política, económica y empresarial del país, daban con una tendencia a la baja.

https://twitter.com/INDECArgentina/status/1679566414418526209

En todo este entramado, donde algunos hechos de la economía y cierta coordinación en la acción política muestran a un oficialismo cada vez más competitivo, aparece el domingo electoral santafesino, el cual podrá ser señalado como laboratorio y como ejemplo por tres razones evidentes.

Necesidad opositora. Con el antecedente cordobés de una derrota opositora que pocos meses atrás era impensada, Santa Fe aparece con la posibilidad real de que un triunfo pueda proyectarse a nivel nacional. La continuidad en el tiempo de sucesivas elecciones provinciales, donde en la mayoría de los casos han prevalecido los oficialismos, impone la necesidad de un “batacazo” que alimente algunas esperanzas.

Acuerdo con fórceps. La unidad de la oposición santafesina que encarna el “frente de frentes”, se transformó en el rejunte de un entramado que podrá ser nominado de cualquier manera pero sobre el que nadie podrá negar su flagrante antiperonismo. El acuerdo supuso tirar por la borda muchos años de gestión y de un tipo de discurso para buena parte de un socialismo en general y de un tal Pablo Javkin en particular, que en las grandes luminarias de la Reina del Plata, se trata de vender como parte de una progresía que ya murió. En un hipotético triunfo, el mensaje del domingo a la noche al conjunto nacional, será que todos deben unirse si quieren derrotar al peronismo.

Campaña virulenta. Más allá de los nombres propios de cada región, tanto a nivel provincial como nacional (no dejar afuera del análisis lo que sucede en CABA), la fuerza amarilla ha sabido construir una campaña que ha ganado en visibilidad pero al costo de una disputa de tal magnitud, que hace imposible imaginar cierto diálogo armónico para el corto, el mediano y el largo plazo entre los dirigentes que participan de la compulsa. Las acusaciones cruzadas por tener vinculaciones con el narcotráfico, por desconocer la provincia, por la presencia de candidatos discriminadores y su consiguiente renuncia a la lista de diputados y la falta de actitud para hacer lo que hay que hacer para “tener todo”, implica una distancia que pone serias dudas a que los números electorales que cada espacio alcance, puedan mantenerse en las generales de dos meses después.

Por todo lo expuesto, Santa Fe aparece como un laboratorio que también despierta no pocas expectativas en aquellos que dicen desear un cambio. Los puntos en común no son pocos. Y mientras el oficialismo nacional, paso a paso, comienza a encontrar un rumbo electoral que se sustancia en la cotidianeidad de la gestión y en los errores no forzados del otro lado, éste domingo 16, nuestra provincia ocupará el centro de la atención de la Argentina toda. Como muestra de ensayo y por lo que pueda venir. 

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sat, 15 Jul 2023 17:08:43 -0300
UP https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6768-up https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6768-up UP

Tirá, tirá para arriba, tirá.
Si no ves la salida, no aflojes mi amor,
no aflojes, vos, tirá.
Tirá, tirá para arriba, tirá,
no hay horas perdidas, no importa, mi amor,
no importa, vos, tirá…
Miguel Mateos

En la genial “UP, una aventura de altura”, película que fue coproducida entre Disney y Pixar, su protagonista Carl Fredriksen aparece en el medio de un conflicto por los derechos de su propiedad. En su soledad, no se le ocurre mejor idea que alejarse de la misma, atando un sinnúmero de globos a su pequeña casa y salir a recorrer el mundo, deseo tan antiguo como su propia edad. Al filme siempre me gustó pensarlo como una alegoría para hacer aquello que nos gusta pese a los años que portamos, las ausencias y algunas presencias, inicialmente, no deseadas.

En la semana que acaba de culminar, al Frente de Todos se le puso fecha de vencimiento y en lo nominal, el oficialismo ha preferido encarar el próximo tiempo electoral con otra impronta: “Unión por la Patria” (UP). Sería legítimo suponer que a ningún genio de la publicidad política se le ocurra la idea de vincular la sigla con el significado del inglés en un movimiento que se define como nacional y popular.

Pero más allá de esta chicana de ocasión, la primera pregunta de rigor deviene en que si este proceso electoral ya iniciado, actuará como los globos de la recordada película, permitiendo que el oficialismo suba en la consideración primero interna y luego general o, como con el personaje del niño explorador Russell, habrá que acostumbrarse a convivir con presencias no deseadas. Recorrido por una semana proyectada desde hace un tiempo, pero, seguramente, no deseada en sus resultados. Pasen y vean. Sean todos y todas bienvenidos.

En el plano nacional, desde comienzos del año político, se sabe que, además de las fechas de la celebración de las elecciones PASO y generales, el miércoles 14 de junio y el sábado 24 del mismo mes, se habían transformado en mojones que sintetizarían buena parte del escenario político de 2023. Inscripción de alianzas y frentes primero, y definición de candidaturas después, las rutinas dirigenciales y el seguimiento de las mismas por parte de analistas, operadores mediáticos y militantes han estado centradas en descubrir las señales de lo que podría suceder por estos días.

En material electoral, en el recorrido de los últimos meses podemos sintetizar tres etapas para el oficialismo: la del intento de derogación de las PASO, la discusión por una candidatura de síntesis y, finalmente, la aceptación a regañadientes del tándem cristinista massista de que el 13 de agosto habrá que hacer debutar un sistema de elección de candidatos con competencia interna para cargos ejecutivos nacionales.

https://twitter.com/unionxlapatria/status/1669088968594292736

La primera de esas etapas transcurrió durante 2022. Parte del oficialismo planteaba públicamente que las PASO debían ser derogadas o, cuanto menos, suspendidas en su realización. Las razones, que hemos expuesto en este artículo respondían al más puro pragmatismo político: a la vez que se ordenaba el proceso electoral desde la conducción política del Frente de Todos, se potenciaba el riesgo de atomización en el espacio de Juntos por el Cambio, ya que la intensidad de la interna amarilla era tan notoria, que no eran pocos los que imaginaban que la oposición terminaría fragmentada, al punto de que cada referente armara su propio “kiosquito” electoral y de esa manera habilitaba un seguro triunfo oficialista.

Esa propuesta encontró límites en el Congreso de la Nación. En la oposición, que dos años antes había pedido derogarlas y que entendía que ahora ese proceso interno podía ser canalizado en términos institucionales; y en el propio oficialismo donde no pocos legisladores veían con malos ojos modificar el sistema electoral de acuerdo a las conveniencias electorales de cada coyuntura.

Ya en 2023, la segunda etapa vino de la mano del argumento defendido con especial ahínco por el massismo, de que era necesario evitar las internas en el Frente de Todos encontrando un candidato que actuara como síntesis del proceso. Las razones argumentativas eran más o menos sencillas. Había que evitar un doble desgaste: el de un proceso interno que puede (y suele) dejar heridos en el camino y el de los hipotéticos titulares del día lunes siguiente a las elecciones donde, en un escenario de tercios, el mejor de los candidatos oficialistas apareciera tercero o cuarto.

Salidos Cristina Fernández de Kirchner y Alberto Fernández del menú de ofertas (en ese orden temporal y por diversas razones), ese nombre de síntesis no ha surgido pese a la presión ejercida por sus propaladores, quienes además contaban con el apoyo de unos cuantos gobernadores y referentes de la CGT.

Y por último, la transición de estos diez días, entre la conformación de los frentes y la nominación de candidatos, da por seguro que las internas son un hecho y que, buena parte del oficialismo no la ha procesado de la mejor manera, lo cual se demuestra con dos hechos por demás de evidentes: el comunicado del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires conducido por Máximo Kirchner y la referencia de la vicepresidenta en un acto en la provincia de Santa Cruz.

https://twitter.com/BonaerensePJ/status/1669108017814437888

Más allá de los dimes y diretes, de lo dicho o no en las reuniones internas, de los tonos utilizados o de la prosapia de cada uno de los protagonistas, lo cierto es que la política argentina cada vez queda más expuesta en su bonaerización (para profundizar en el abordaje del tema, leer este artículo de la colega María Esperanza Casullo).

La discusión por los pisos electorales en la conformación de las listas de diputados es un buen ejemplo de ello. Recordemos que, de acuerdo a la ley electoral nacional, cada frente debe resolver cómo se reparten las candidaturas a los llamados cargos plurinominales en cada provincia. El número que se elija, puede resultar limitante para aquellos que no lo superen ya que se podrían quedar sin la representación ante el electorado en las generales.

Uno de los ejes de la disputa interna bonaerense estuvo centrada si ese piso debía ser de 40 (propuesta cristinista) o de 20 puntos (idea del sciolismo). Como es de rigor, se partieron diferencias y el número quedó en 30. Pero lejos de reivindicar la idea del acuerdo, el comunicado ya señalado y las declaraciones de la ex presidenta vinieron a enrarecer aún más el clima y, de paso, proyectarlo al conjunto nacional, donde, vale decirse, el escenario es otro.

Santa Fe es un buen ejemplo por un doble motivo. Ese límite que comentamos será de 10 puntos y con reparto en la lista por sistema D’hont, lo cual garantiza de manera más o menos adecuada la proporcionalidad representativa para todos los sectores.

El otro motivo se impone desde una lógica de estricta muñeca política: los cuatro precandidatos a gobernadores (y sus respectivas vices) se sumaron a un encuentro en la sede del Partido Justicialista en la ciudad de Santa Fe, donde trataron de mostrar que el concepto de “unidad en la diversidad” aún tiene vigencia por estos arrabales del mundo. El acuerdo de llevar adelante un proceso interno ordenado, donde tres de los cuatros protagonistas se podrían referenciar como hijos de la generación “diezmada”, se contrapone, también, con lo que sucede en el famoso frente de frentes donde las vertientes jóvenes de un radicalismo que sueña con sentar en el sillón del Brigadier López a uno de los suyos, parecen no ceder en una disputa que no duda de hablar de narco política y de gastos de dudoso origen en los movimientos de campaña.

https://twitter.com/PJ_SantaFe/status/1669721552567390208

La otra novedad de la semana radicó en las declaraciones de la vicepresidenta que, como nunca, se involucró públicamente en el barro de la disputa interna por la conformación de las listas. Quienes siguen esta columna dominguera, recordarán que hace un par de semanas nos animábamos a pensar en una Cristina alejada de esas cuestiones menores y proyectando, de alguna manera, más allá de los apoyos circunstanciales, en erigirse en una referencia que actuara desde un liderazgo innegable.

Parece que nos hemos equivocado. Las razones del cambio tal vez deban buscarse en una realidad política donde ya no se puede imponer cierto orden desde la fortaleza innegable de los números. Ni Eduardo De Pedro, ni Sergio Massa parecen despegarse en el lote de candidatos. Sin apoyo explícito de un nombre propio (actitud que resultaría extraña para la forma en que la vicepresidenta ha construido su carrera política) todo parece indicar que estamos ante una disputa de varios “iguales”.

No son pocos los que imaginan que la bendición (¿o crucificción?) llegará para imponer el nombre propio de Axel Kicillof para la disputa de las presidenciales, situación no deseada en ningún sentido por el actual gobernador de la provincia de Buenos Aires. Si ello es así, podríamos hablar de una sorpresa final, pero bastante limitada por cierto.

Miguel Mateos supo componer una canción que se transformó en un himno para los que superamos la barrera de los 50. Cantada a voz en cuello, a los gritos y en plena celebración vital de las fiestas ochentosas, “Tirá para arriba” sigue siendo esa síntesis de melodía y letra que nos interpela desde lo que nos falta, lo que no nos sale o todo aquello que la vida de alguna manera, nos limita, pero que igual debemos seguir intentando. No son tiempos fáciles para quienes eligen el compromiso por una idea política. Cierta dirigencia parece encerrada en algún chiquitaje inconducente. Vos tirá para arriba, no aflojes. El ejemplo de Jujuy y de lo que nos puede esperar, está a la vuelta de la esquina.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 18 Jun 2023 10:04:52 -0300
Plomo y Humo. El desafío de representar https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6725-plomo-y-humo-el-desafio-de-representar https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6725-plomo-y-humo-el-desafio-de-representar Plomo y Humo. El desafío de representar

Hay balas que van volando,
por el mundo, por el mundo.
Hay quienes que las esquivan
por el suelo, por el suelo

Lila Downs

Si, al decir de Horacio Ferrer, las callecitas de Buenos Aires tenían “ese no sé qué”, en la semana que termina, en Rosario, no habrá faltado el funcionario que parafraseara al genial compositor porteño y se preguntara, qué había detrás de unos simples grafitis que definieron de manera notable, un malestar social cada vez más creciente. La frase “Plomo y humo. El negocio de matar”, escrita sobre algún símbolo rosarino y sobre edificios institucionales pareció exponer mucho más que un simple acto de vandalización. Como al pasar, la salida de un ministro de Seguridad provincial y la movilización de 10.000 rosarinos al Monumento Nacional a la Bandera, parecieron completar un cuadro social que merece su análisis. Pasen y vean.

Dos ejes atravesaron la semana de la región: la salida de Jorge Lagna como ministro de Seguridad y el padecimiento de millones de ciudadanos del humo que llegaba de las islas entrerrianas.

En el primero de ellos, no faltó la voz mediática que se animó a afirmar que las pintadas ya comentadas apuraron la salida del ahora ex funcionario. Parece un exceso. La situación dramática que vive la ciudad de Rosario en particular, con más de 160 asesinatos en lo que va del año, triplicando la media nacional, resulta un elemento lo suficientemente contundente que minimiza cualquier explicación que especule con arrebatos de expresión callejera.

La llegada de Lagna había supuesto una especie de continuidad de lo que había mostrado Marcelo Saín (ya que integraba parte de su equipo), pero a la vez, presentaba algunos matices bien diferenciados que se evidenciaron en un trato distinto con la oposición y el oficialismo en el Congreso Provincial. Se reinició un diálogo que había impedido que al primer ministro que había elegido Omar Perotti le aprobaran un paquete de leyes que el ex director de la Policía de Seguridad Aeroportuaria consideraba prioritarias.

El derrotero seguido por el gobernador no deja de ser digno de mención. A inicio de su gestión puso al frente de un área tan sensible a un hombre que venía con las mejores referencias políticas brindadas por el mismísimo Presidente de la Nación Alberto Fernández. Más allá de que su diagnóstico fuera acertado o no, la brutalidad política de Saín, su especial predilección por emprender batallas mediáticas y de redes por temas menores y la poca efectividad en la solución de los problemas del área, habilitaron la eyección del cargo. Lo dijimos en su momento: con su salida, Santa Fe se perdió una oportunidad de oro para imponer una reforma de trascendencia, no sólo en la policía provincial sino también en buena parte del entramado judicial que esta semana no se privó de un nuevo pequeño gran escándalo y mostró al jefe de los fiscales Jorge Baclini en una foto con el hipotético pre candidato a presidente Horacio Rodríguez Larreta y el diputado provincial Maximiliano Pullaro, ex ministro del área.

La designación de Rubén Rimoldi, supone una vuelta atrás en varios aspectos y no acarrea una renovación de expectativas de los sectores de representación popular. Se rompe una continuidad de más de 20 años de ministros “civiles”, el flamante funcionario llega con un historial cuestionado por lo hecho en 2012, donde prohibió una actividad de Madres de Plaza de Mayo en Casilda, pero, además, y esto sí que es un dato definitivo a tener en cuenta, sus declaraciones iniciales hicieron especial hincapié en la ausencia policial en el territorio.

Más allá de situaciones específicas, cuando uno le presta atención al derrotero que muchas veces se conocen de los crímenes sucedidos Rosario, parece de difícil resolución la cuestión a partir de la presencia o no de la policía en los barrios más pobres de la ciudad, ya que, de alguna manera, el formato de la violencia instalada, al boleo y sin mucho sentido, no se resuelve con un patrullero más o menos en una zona circunstancialmente caliente. Parece el preanuncio de más de lo mismo: en los últimos años en la provincia en general y en Rosario en particular, hemos convivido (sistemáticamente) con anuncios de más patrulleros, más policías, en definitiva, más recursos para el control y la situación resulta cada vez más gravosa.

Con las grandes bandas supuestamente desarticuladas, muchos de los asesinatos y de los hechos de violencia que se padecen refieren a una disputa por el territorio; más presencia policial en las calles no parece ser verdadera solución definitiva al problema. Para el gran déficit de la gestión de Omar Perotti, tal vez la solución nunca llegue haciendo más o menos lo mismo, independientemente de los nombres propios.

Si algo tuvo de virtuoso el conjunto de pintadas que se sucedieron en un par de noches, y más allá del ridículo apuro por borrarlas de partes de las autoridades locales, fue el hecho de que parecieron reflejar acertadamente un cansancio social en dos temas que resultan definitivamente sensibles.

El reproche refiere a una especie de máxima smithiana de "laissez faire, laissez passer"  (dejar hacer, dejar pasar) que tiene a la Justicia entrerriana, paradójicamente, como una de las principales acusadas. Tres días de humo continuado activaron a tal punto inconvenientes en la salud y quejas ciudadanas, que no pareció extraño que 10.000 rosarinas y rosarinos se juntaran alrededor de su símbolo edilicio más importante para reclamar por una solución definitiva. La foto del miércoles a la tarde se completaba con la provocación de tres focos de fuego sobre las que el viento del norte evitaba que el humo se instalara en la zona.

La demanda ha sido de tal magnitud que el poco visible Juan Cabandié, a la sazón ministro de Ambiente de la Nación, se hizo presente en el Juzgado Federal de Victoria para ampliar sus denuncias con nuevos datos sobre responsables de algunos terrenos incendiados. La respuesta institucional no se agotó allí ya que la propia provincia de Santa Fe, operó en el mismo sentido y un grupo de intendentes y presidentes comunales de la región hicieron públicos sus reclamos a partir de una actividad conjunta.

El malestar es grande. Existe y se evidencia en los cuestionamientos de los manifestantes que usaron todo tipo de recursos para la queja, con barquitos de papel incluidos, y que le pusieron contenido a una marcha que, lejos de ser espontánea, permite suponer que vendrán nuevos capítulos en la demanda.

Los manuales más elementales de la teoría política indican que, de alguna manera, los partidos políticos surgen para canalizar las demandas sociales. En un contexto ambiental que parece indicar que la sequía seguirá ocupando el centro de la escena, con un sistema institucional que no parece estar preparado para la resolución del problema, la pregunta del millón radica en saber en qué medida esas mismas estructuras partidarias, que muchas veces parecen anacrónicas, podrán interpelar a una comunidad que se siente desprotegida. Puede decirse que la demanda es transversal y eso quedó demostrado en la concurrencia variopinta de la última marcha. Y, debe decirse, algo parecido sucede con la demanda de seguridad.

Vale preguntarse, por ejemplo, dado que en la cuestión del humo, la explicación causal refiere a preparar terrenos para la producción agrícola, qué tendrán para decir las organizaciones que representan los intereses del campo patronal ahora que, según las declaraciones de Nicolás Pino, Presidente de la Sociedad Rural, el sector debe prepararse ya no para la defensa pública de sus intereses sino para la participación mucho más activa en el sistema de representación partidaria del país.

A pocos meses de un proceso electoral que definirá a un nuevo gobernador (según los primeros trascendidos las elecciones generales serían en junio, las PASO en abril y los cierre de listas en febrero), inseguridad y medioambiente son los temas que, sin quererlo, se imponen en la agenda local, con una ciudadanía que ha empezado a exigir algunas respuestas más contundentes.

Tal vez la naturaleza se apiade, aparezcan las lluvias, los vientos roten en otros destinos y la ribera oeste del Paraná en el período primavera – verano pueda dejar de lado el malestar y los inconvenientes de los últimos días. Y tal vez, el flamante ministro de Seguridad haya diagnosticado correctamente el problema, y los rosarinos empecemos a dejar atrás tanta angustia y dolor en los barrios allende los bulevares. Sería el escenario ideal, para no terminar, como canta Lila Downs, esquivando balas (y humo) en el suelo. Que así sea.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sat, 13 Aug 2022 10:18:43 -0300
Alberto Fernández y Omar Perotti ponen en marcha obras de Aguas Santafesinas https://www.fundamentar.com/provincial/item/6652-alberto-fernandez-y-omar-perotti-ponen-en-marcha-obras-de-aguas-santafesinas https://www.fundamentar.com/provincial/item/6652-alberto-fernandez-y-omar-perotti-ponen-en-marcha-obras-de-aguas-santafesinas Alberto Fernández y Omar Perotti ponen en marcha obras de Aguas Santafesinas

El presidente viaja hoy miércoles a Santa Fe, donde se ampliará la planta potabilizadora y anunciará fondos para el acueducto del Gran Rosario.

El presidente Alberto Fernández y el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, visitarán este miércoles la ciudad de Santa Fe para poner en marcha, junto al gobernador Omar Perotti, las obras de ampliación de las plantas potabilizadora de Aguas Santafesinas SA (Assa) de la capital provincial y de Granadero Baigorria (acueducto Gran Rosario).
La ampliación de la planta ubicada en el barrio Candioti de Santa Fe, demandará una inversión nacional de 4.420 millones de pesos, informaron fuentes oficiales.

Así lo confirmó el presidente del directorio de Aguas Santafesinas, Hugo Morzán, quien anticipó que el jefe de Estado participará del acto junto al gobernador Omar Perotti, que en principio está previsto a las 11.30.

El funcionario indicó que el acto será “la posibilidad de mostrarle al presidente de la Nación y al ministro Katopodis, que los fondos que se destinan a la provincia de Santa Fe son rápidamente ejecutados y se transforman en obras”.

En diálogo con radio Sol Play, Morzán dijo que esos fondos cumplen “un doble objetivo, por un lado la necesidad de satisfacer la demanda de este servicio de agua potable y por el otro, en momentos difíciles, la inversión del Estado se transforma rápidamente en la generación de puestos de trabajo y mano de obra genuina”.

Las obras de ampliación de la planta de potabilizadora de la capital provincial, que serán ejecutados con fondos de la Nación, permitirán aumentar la producción de agua potable en un 75 por ciento, beneficiando a 49.000 personas.

Según el protocolo establecido, el acto se desarrollara en la intersección de las calles Ituzaingó y Mitre, de Santa Fe, a las 11.30, con una recorrida por el obrador, posteriormente hablará Morzán, luego habrá una videoconferencia con Granadero Baigorria, donde estará el intendente de esa localidad, Adrián Maglia, y se anunciarán fondos para continuar con la obra del acueducto Gran Rosario; a continuación se pasará un video institucional, luego vendrán las palabras del ministro Katopodis, para dar paso a los discursos de Perotti y de Fernández, luego de lo cual el presidente emprenderá el regreso a Capital Federal.

De acuerdo a la información oficial, la cobertura de agua potable en la ciudad de Santa Fe es del 86 por ciento de sus habitantes y con la ampliación cubrirá la totalidad de las necesidades en la materia y tendrá en cuenta el crecimiento demográfico de los próximos 25 años.

En ese sentido, la planta potabilizadora coloca en la red de agua potable unos 8.250 metros cúbicos por hora y con la ampliación sumará otros 6.250 metros cúbicos por hora, lo que representa un 75 por ciento más.

Las obras incluyen la construcción de una nueva toma de captación de agua cruda, nuevos módulos de potabilización de alta tasa, reformas y mejoras operativas en sectores de producción, un sistema de tratamiento de lodos y descarga de efluentes, y un nuevo laboratorio de calidad.

La planta comenzó a funcionar en 1903 y su equipo de técnicos elaboró el proyecto de ampliación, que será financiado por el Ente de Obras Hídricas de Saneamiento (Enhosa) nacional, con un plazo de ejecución de 24 meses.

 

FUENTE: La Capital

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Dana Vazquez

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hola@fundamentar.com (Pedro Arrospidegaray) Santa Fe Wed, 15 Jun 2022 10:48:23 -0300
La Institucionalización del Privilegio https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6593-la-institucionalizacion-del-privilegio https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6593-la-institucionalizacion-del-privilegio La Institucionalización del Privilegio

Todas las palabras son los hombres
Por todas partes voy buscando un parlante
Por todas partes voy buscando así
Solo con mi cono de lluvia

Luis Alberto Spinetta

No resulta sencillo, en una semana donde un conflicto bélico internacional de proporciones ha sacudido nuestra cotidianidad, poner el eje de análisis sobre cuestiones de política local que casi han pasado desapercibidas en la agenda pública. Nos referimos al fallo de la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe que declaró la constitucionalidad del artículo 51 de la Constitución Provincial consagrando, en los hechos, la imposibilidad de que el senador Armando Traferri rinda cuentas ante la Justicia por estar sospechado de favorecer el juego clandestino. La situación refleja más de lo que el fallo pueda decir desde lo coyuntural. Repasemos.

A los fines de lo que interesa en el artículo, recordemos brevemente el caso. En una investigación sobre juego clandestino en el sur de la provincia de Santa Fe, una persona acusada, condenada y “arrepentido” vinculó al senador sanlorencino como ariete de la política que le serviría de apoyo para la legalización de la actividad. Notificó a los fiscales intervinientes de una serie de pagos que incluían dirigentes políticos y, vaya sorpresa, a otros hombres de la Justicia, que terminaron tras las rejas. A partir de allí se inició una disputa entre poderes que tenía como principal razón de ser, el pedido de desafuero del senador a los fines de tomarle las declaraciones de rigor y de imputarlo si así los fiscales lo creían pertinente.

Con el consiguiente juego político partidario atrás, el propio Senado de la provincia se expresó en el sentido de bloquear cualquier condicionamiento al accionar de sus integrantes, no desaforó al sospechado e insistió en el mencionado artículo constitucional para mantener la situación inalterable. Ante las sucesivas marchas y contramarchas de las demandas, el tribunal presidido por el Dr. Rafael Gutiérrez, el día martes falló a favor de la constitucionalidad, abriendo un nuevo capítulo que, de acuerdo a lo informado por el fiscal general Jorge Baclini, terminará, a partir de un recurso extraordinario, en manos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Interesa aquí, plantear en qué sentido el derecho en general y la “Justicia” santafesina en particular, terminan discutiendo abstracciones que en muchos casos llevan a confirmar o agravar ciertos privilegios que rompen con el sentido de las normas y que reflejan situaciones estructurales de una debilidad institucional no menor.

En primera instancia digamos que el hecho de contar con fueros alcanza al cargo y no a la persona. No refiere a Juan o a Pedro per sé, sino que Juan o Pedro por desempeñar una función de legislador, no deben rendir cuentas de su accionar a partir de lo que esa función le demanda. Si un diputado o senador hace denuncias, se expone y enfrenta a ciertos poderes consagrados, institucionalizados y de los otros, es legítimo suponer que no deba responder por ello. Goza del beneficio porque se parte de una situación de exposición.

El sentido del fuero reside en una valorización de una actividad que deviene en un beneficio para la sociedad. Nunca podría pensarse que puede ser utilizado para que alguien cuente con el privilegio de no tener que rendir cuentas ante la Justicia. No es un cheque en blanco para hacer cualquier cosa, legal o ilegal, por el sólo hecho que el electorado favoreció a alguien con el voto.

En segundo lugar, pongamos en valor lo que termina sucediendo en los hechos. A partir de una cuestión que a veces parece sobreabundada por tecnicismos, la sensación que queda en buena parte de la comunidad es la de la impunidad. En este tipo de casos, poco parece importarle al ciudadano medio, la discusión sobre la prevalencia de un poder sobre otro, o si el sistema de acusación santafesino está en condiciones de exigir una toma de declaración a un legislador de la provincia. A veces, desde ciertos pináculos del poder, se pierde la perspectiva de la forma en cómo se defienden ciertos tecnicismos; la foto final y la mirada social no son nada halagüeñas. No sólo para el aquí y ahora sino también en el futuro mediato. Como en las luchas de la antigüedad, el Senado se abroqueló en formato de muralla de escudos. Y la corte le terminó cuidando la retaguardia.

Hasta aquí lo que refiere a la coyuntura y a los nombres propios que, podrán agradarnos más o menos, pero que responden a una cuestión que podría decirse estructural y vienen garantizada por una parcialmente vetusta constitución, por el sistema de representación santafesino y todo ello combinado con la contradicción de contar con un instrumento de votación que privilegia el individualismo en cargos plurinominales.

La carta magna santafesina se inspira en la que supieron sancionar los constituyentes en las ciudades de Santa Fe y Paraná, allá por 1853. Uno de sus coincidencias centrales refiere a la bicameralidad, lo que por un lado supone la representación del pueblo a través de la Cámara de Diputados (cada provincia tiene una cantidad determinada de acuerdo a su cantidad de habitantes) y de las provincias en la Cámara de Senadores. Su razón de ser es sencilla: en un sistema republicano lo esencial es el equilibrio que debe mantenerse, sea entre poderes o hacia el interior de cada uno de ellos. Por ejemplo, si una ley fuera sancionada por la representación del pueblo construida sólo por la proporcionalidad, las provincias más numerosas tendrían tal representación, que les resultaría muy fácil que se haga sólo su voluntad. La existencia de la Cámara de Senadores con su representación igualitaria para cada provincia, contribuye a esa idea inicial de equilibrio.

En Santa Fe parece que es igual, pero en los hechos no funciona de la misma manera, lo que vendría a poner en contradicción ese viejo espíritu de los constituyentes. Cuando se conforman las listas de diputados que cada partido ofrece, el territorio es uno solo, no sucediendo lo que acontece a nivel nacional, donde la conformación final de la Cámara obedece a los resultados de 24 jurisdicciones provinciales. Aquí, si el sistema replicara en el mismo sentido, debería conformarse la Cámara Baja con el resultado de los 19 departamentos en el que está dividida la provincia. Las listas que cada partido arma, responden a las disputas de poder de cada uno de ellos antes que a cuestiones de proporcionalidad territorial.

El asunto no es menor, porque en el armado electoral, prevalecen intereses que, finalmente, poco tienen que ver con la representación de ciertos territorios. En algunos departamentos santafesinos, la única representación legislativa con la que se cuenta es con la del senador. Eso es demasiado poco para regiones ricas y geográficamente enormes. Y allí comienza a tallar la otra parte del problema: el excesivo poder con el que cuentan los senadores provinciales.

En el caso nacional, la situación se revisó con la reforma del año ’94. Recordemos de que en un sistema donde sólo existía un senador por provincia que no elegían los ciudadanos sino las asambleas legislativas provinciales (que muchas veces manejaba a su antojo el gobernador de turno), se evolucionó a un sistema de representación institucional con tres integrantes, que son elegidos dos por la mayoría y una por la minoría, con voto popular. Todo ello redundó en una multiplicidad de voces que hace más rica la representación senatorial argentina.

Esto último no ocurre en nuestra provincia. Los senadores, que también son elegidos por los ciudadanos, representan de manera uninominal a cada departamento, accediendo a la banca por mayoría simple (el que saca más votos, aunque sea uno, se queda con el cargo). Al interior de la provincia, y esto es algo que no se ve en las grandes ciudades, cuentan con una cuota de poder no menor, a veces, mayor que el de un intendente.

Entre otras cosas, la ya histórica utilización de subsidios que si bien legales, resultan arbitrarios en su reparto, sirven para reforzar la imagen de quien los dispone, habilitando una situación que propicia cierta “perpetuidad”. ¿No resulta llamativo que Santa Fe cuente con senadores que ostentan el cargo desde hace más 20 años, reproduciendo una situación que facilita y deja inalterable la jefatura en algunas regiones?

Se me dirá que, en definitiva, son elegidos por el voto popular, lo cual es definitivamente cierto. Pero no es menos real que a la vista quedan situaciones que referencian a legisladores como “capangas” de un lugar que todo lo negocian, antes que como hombres probos de que ayudan a construir cierto andamiaje legal. Basta escuchar y leer algunas declaraciones para configurar lo que aquí se afirma. Va de suyo que resulta mucho más fácil acordar cualquier tipo de decisión, de las justas y de las otras, entre 19 antes que entre algunas decenas más de dirigentes. Y mucho más si el sistema ha favorecido cierta perpetuidad.

Y como si todo esto fuera poco, la frutilla del postre la viene a poner el sistema de votación de la Boleta Única que, en el modelo santafesino, privilegia la visibilidad de las caras conocidas, obligando a que, de alguna manera, para seguir conservando cuotas de poder, las listas plurinominales como las de diputados, terminen siendo encabezadas por los gobernadores salientes. Los últimos casos de Antonio Bonfatti y Miguel Lifzchitz hablan por sí mismos.

Dos preguntas para la tarea de cada fin de semana, queridos lectoras y lectores: ¿recorrerá Omar Perotti el mismo camino de sus antecesores, tratando de transformase en un jefe legislativo provincial a partir de 2023?, y ¿reconocerán, alguna vez, los defensores de la Boleta Única los problemas institucionales que ha traído su aplicación en el caso de diputados, donde todo se retroalimenta con una sobre representación tal que, quien gana aunque más no sea con un voto, se queda con una mayoría que no tiene ninguna proporcionalidad ni con los resultados ni con la realidad de los territorios? Preguntas para el diván.

Como se verá en el recorrido de lo expuesto hasta aquí, no es sólo la decisión de cinco jueces, algunos de ellos de dudosa probidad, la que termina consolidando la institucionalización de ciertos privilegios. Las razones son más profundas y requieren un nivel de debate que ni la corporación política ni la sociedad en su conjunto parecen dispuestas a dar. Aunque a veces algunas decisiones parezcan indignantes. Aunque a veces, el estado de las cosas parezcan inmodificables.

 

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Mon, 28 Feb 2022 17:55:19 -0300
Giro a la derecha https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6590-giro-a-la-derecha https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6590-giro-a-la-derecha Giro a la derecha

Estoy imaginándome otro lugar,
estoy juntando información,
estoy queriendo ser otro (otro tipo, loco).
Mi necesidad se va modificando con las demás,
así mi luna llega a vos, así yo llego a tu luna.

Fito Paez

Si la política se nutre de actos y de gestos, en tiempos de virtualidad las fotos saben representar hechos en sí mismos, que suelen decir mucho más de lo que la imagen refleja. Algo de eso puede decirse de la reunión del intendente rosarino Pablo Javkin con el gobernador de Jujuy y presidente del partido Unión Cívica Radical, Gerardo Morales, y un conjunto de legisladores nacionales en la tarde noche del jueves en Rosario. Repasemos.

Inicialmente debe decirse que la foto, de indudable importancia para la política local y regional, se enmarca en un contexto de reconfiguraciones de cara a 2023 y donde se comienzan a rediscutir múltiples liderazgos. Si algo deja asentado este año que recién se inicia, es que mucho está por hacerse y que, para los distintos frentes que protagonizan el día a día, sea a nivel nacional, provincial o comunal, todo está por construirse.

En líneas generales, sea en las oposiciones o en los oficialismos, no existen candidaturas naturales existiendo un gran camino por desandar. Y el encuentro rosarino de radicales más alguna recién llegada al redil, así debe entenderse.

Podríamos hablar de un tiempo de transición que acarrea una suma de “realidades” que se van construyendo y de suposiciones que sirven para que ciertas especulaciones tomen una carnadura que inicialmente no pasan de ese estado. La foto del intendente y sus ¿pares? radicales, marca un rumbo que seguramente tomará Javkin en el año próximo pero que viene a complementar otros encuentros con dirigentes de Juntos por el Cambio: reuniones cafeteras con Horacio Rodríguez Larreta y Martín Loustau en el pasado o el más reciente encuentro con Guillermo Montenegro, ex ministro de seguridad porteño en la gestión de Mauricio Macri en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y actual intendente de Mar de Plata, en las recientes vacaciones del rosarino, así lo confirman.

Pablo Javkin y Germán Montenegro
Pablo Javkin y Germán Montenegro

El encuentro del día jueves viene, más allá de las declaraciones de ocasión, a satisfacer necesidades mutuas. Para el radicalismo que encabeza Morales trae consigo la necesidad de consolidar el proyecto político de una candidatura presidencial que tenga potencia hacia el interior de Juntos por el Cambio. Hemos señalado hasta el cansancio de la fortaleza del radicalismo en su expansión territorial, lo cual sirvió de base para el desarrollo político de Cambiemos allá por 2015.

Recientemente elegido para conducir los destinos de la UCR, el gobernador jujeño necesita juntar tras de sí, la mayor cantidad de masa crítica que oxigene un espacio que en no pocas oportunidades queda subsumido por las lógicas porteñas y bonaerenses, justamente allí donde se hacen fuertes los amarillos del PRO.

El rosarino es un desconocido en las grandes lides de la coyuntura nacional, pero, justamente, si hay algo que debe aprovecharse en política es que, aquello que no tiene un techo visible puede ser pensado como espacio de crecimiento. Esa es la necesidad de Javkin: su roce con pesos pesados del partido puede servirle (y mucho) para una candidatura a la gobernación santafesina. La presencia de los legisladores Mario Barletta, Mario Negri, Dionisio Scarpin o Carolina Losada suma a todo aquello que, por ahora, no se reconoce públicamente y que entra en el juego de las suposiciones.

Por lo pronto digamos que la gestión del ex dirigente de Franja Morada al frente de la ciudad de Rosario carece de cuadros políticos con luz propia. Con la sola excepción de Leonardo Caruana, secretario de Salud que deviene de la gestión anterior, quien se destaca por historia, pero también por el manejo de la pandemia, el gabinete municipal no cuenta con una figura que refleje políticamente el proyecto del intendente.

Sobresale, sí debe reconocerse, la figura de María Eugenia Schmuck, presidenta del Concejo Municipal de Rosario como dirigente cercana, complementando la alianza política Franco Bartolacci, a la sazón esposo de la experimentada edila, rector de la Universidad Nacional de Rosario, viejo correligionario del intendente y hombre que aportó los cuadros técnicos necesarios para la gestión, dejando de lado al funcionariado socialista que había integrado las áreas de la administración local durante casi tres décadas.

La gestión Javkin, y esto también debe decirse, parece opaca. No se hace visible, a más de dos años de gestión, un proyecto que resulte transformador de los viejos problemas de Rosario. En la infraestructura barrial todo está como era entonces: lejos de los bulevares hasta podríamos decir que los mismos pozos y la misma desidia en el sistema de transporte llevan a los rosarinos y rosarinas a referenciar aquella máxima de Mendieta que decía “estar mal pero acostumbrado”.

Javkin, Schmuck y Scarpin, el día siguiente de las elecciones
Javkin, Schmuck y Scarpin, el día siguiente de las elecciones

Una de las ya antiguas virtudes del socialismo que gobernó la ciudad, refería a que, más allá de las (a veces infantiles) quejas de que a Rosario no la dejaban ser, mostraba un proyecto tentativo de ciudad. Tenía mucho de aspiracional y más allá de sus rotundos éxitos y fracasos, ese “relato”, suponía una forma de entender la vida comunal. Eso se fue apagando con el tiempo y la administración del partido Creo no parece haber revivido.

Pandemia mediante y afectado por la crisis en materia de seguridad que se discute a balaceras y muertes en las calles de la ciudad, de la que el intendente no es responsable directo, pero sobre la que había dicho tener un plan en el transcurso de la campaña electoral de 2019; hasta el más pintado encontraría severos límites para mostrar determinado proyecto, cuestión que venimos analizando desde este portal en el plano nacional desde el mes de marzo de 2020. 

Javkin, Manes y Lousteau
Javkin, Manes y Lousteau

Pero digamos que no se visualiza un plan estratégico, escrito o no, ni se conocen los ejes centrales de la gestión de futuro. La sola idea de “vecindad” parece sobresalir en cierta línea discursiva y se destaca la apuesta a la virtualidad y a la digitalización de trámites como forma de alivio de nuestra vida frente a la siempre engorrosa burocracia estatal. Demasiado poco para una ciudad que supo ser la segunda del país.

Puede estar equivocado este articulista, pero invito a cada lectora y cada lector a la tarea de cada fin de semana: referencie en su cabeza o vuelque sobre un papel al menos cinco políticas o programas que vengan a transformar la realidad rosarina desde 2019 para aquí y seguramente encontrará poco material para la discusión.

https://twitter.com/GerardoMorales/status/1494459293084573697

Pero más allá de todo lo expuesto, aparecen dos pertinentes preguntas en el horizonte. La primera refiere a cómo convivirá Javkin con lo que representa la figura de Gerardo Morales. Si el actual intendente rosarino se fogueó en los 90’, actuando como dirigente de la Federación Universitaria de Rosario, cuestionando todo el entramado menemista, entre otras cosas a la corte adicta de Julio Nazareno y asociados, vale saber cómo se parará frente a la vergüenza que supone que la provincia de Jujuy cuente con un Tribunal de Justicia presidido por quien fuera funcionario de la administración Morales.

Desde su relato político, donde Javkin hace gala de cierta reivindicación republicana (así justifica, entre otras cosas, la sanción del proyecto de su autoría de la ley de Boleta Única que fue aprobada entre gallos y medianoche en la legislatura santafesina), ¿cómo le explicará al conjunto de los rosarinos su vinculación con el responsable político de la detención ilegal de Milagro Sala? Segunda tarea para el hogar.

Y finalmente, si el radicalismo en su conjunto parece dispuesto a dar batalla en la interna de Juntos por el Cambio, enfrentando en una candidatura presidencial a cualquier referente del Pro, y todo parece indicar que el intendente rosarino jugará esa partida, ¿cómo convivirá con la pertenencia a un espacio que llevó a la Argentina a una situación de debilidad económica, política e institucional como no se había conocido desde el 2001 hasta aquí? Dudas de un tiempo que está por venir y que parece lejano, pero que habrá que empezar a contestar, tal vez, más temprano que tarde.

En las letras del epígrafe, Fito Páez nos habla de la transformación y de la posibilidad del encuentro de nuestras lunas. “Giros, todo da vueltas como una gran pelota, casi no se nota”. Por calle Buenos Aires al 700 las cosas hace tiempo que empezaron a cambiar. Y ahora sí se nota.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 20 Feb 2022 11:34:37 -0300
Como era entonces https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6575-como-era-entonces https://www.fundamentar.com/articulos/opinion/item/6575-como-era-entonces Como era entonces

Todo está como era entonces:
la casa, la calle, el río,
los árboles con sus hojas,
y las ramas con sus nidos.
Todo está, nada ha cambiado.
El horizonte es el mismo.

Olegario Víctor Andrade

Las elecciones legislativas para el Concejo Municipal en Rosario, dejan la foto final de que nada ha cambiado del todo. Más allá de las novedades de ocasión, el 10 de diciembre nos encontraremos con un cuerpo legislativo institucionalizado por una marcada atomización, ya que, sobre un número de 28 concejales, hacia su interior conviven seis fuerzas políticas de distinto signo y algunas de ellas atravesadas por no pocas diferencias. Repasemos lo estructural y los detalles novedosos.

Lo primero que debe señalarse es algo que se parece a un rasgo ya histórico: con alguna excepción, el peronismo triunfó en las seccionales más alejadas del centro, mientras que en este último prevalecieron, alternadamente, el Frente Progresista y Juntos por el Cambio. Como es sabido, toda regla tiene una excepción y en este caso 2007 representó un mojón insoslayable para el socialismo, ya que Miguel Lifschitz en aquella oportunidad se impuso en todas las seccionales rosarinas, al igual que Roy López Molina lo hizo en 2017, cuando el color amarillo se había transformado en una fuerza arrolladora.

El segundo factor distintivo a simple vista es que (casi) “todos ganaron”. El oficialismo gobernante porque prevaleció sobre el resto con unos 5.000 votos sobre el segundo; el espacio de Ciudad Futura porque teniendo que renovar una concejalía obtuvo dos; Mejor, esa novedad que tiene como principal referente al periodista Miguel Tessandori, porque también contará con dos representantes desde el próximo mes; y el peronismo que, manteniendo las tres bancas que ponía en juego, aplica aquella vieja máxima futbolera que dice que, si no se puede ganar, empatar no es un mal resultado.

Quien no pudo revalidar títulos fue el espacio de Juntos por el Cambio que, renovando seis concejales de aquella excelente elección del ya mencionado López Molina, sólo obtuvo tres. No deja de ser llamativo el dato ya que, en este 2021, la fuerza fundada por Mauricio Macri hizo una muy buena elección a lo largo y ancho del país, al igual de lo que había sucedido en 2017. Las razones pueden ser variadas: debilidad de la lista, crisis interna producto de permanentes divisiones, falta de un liderazgo local que prevalezca en el día a día o algún episodio de la vida privada de la dirigente que encabezaba la lista y que se hizo público a semanas de la elección, son los elementos que marcan el presente del Juntos por el Cambio local.

Por otro lado, no todo puede ser interpretado como alegría en el oficialismo gobernante, más allá del triunfo. Objetivamente, si se mira la anterior elección de medio término en 2017, el Frente Progresista recuperó casi 25.000 sufragios. Pero a la vez, resulta llamativa la pérdida de votos entre este domingo 14 de noviembre y la votación de junio 2019 para concejales. Si bien el dato no es absolutamente comparable, ya que en la de hace dos años conviven dos elecciones (ejecutiva y legislativa), en términos de la revisión del andar político del oficialismo, la diferencia radica en no menos de 40.000 votos. Esto, supone dos situaciones: que Ciro Seisas, más allá de resultar una persona conocida, estuvo muy lejos de poder recibir el caudal de votos que alcanzó su jefe político en 2019 (184.000) y que, mirando las últimas cinco elecciones legislativas de medio término, el número de 115.000 adhesiones es uno de los menores que ha recibido un oficialismo hasta aquí.

Más allá de alguna celebración de ocasión el dato está allí al alcance de la mano. ¿Incapacidad del candidato, disconformidad ciudadana con la gestión de Pablo Javkin, (entre otras cosas producto de la pandemia) o falta de trabajo territorial que potencie lo que, según declaman los funcionarios municipales, bien se ha hecho hasta el momento? Aquí también, tal vez ninguna de las explicaciones resulte excluyente y en los hechos haya un poco de cada cosa.

Recinto del Concejo Municipal de Rosario
Recinto del Concejo Municipal de Rosario

Por el lado del peronismo, los números se repiten respecto de las últimas tres elecciones a cargos de concejales, estableciéndose en la banda que va de 100.000 a 110.000 votos. Esa monocromía fue rota en el 2019 por Roberto Sukerman (dato también a relativizar Boleta Única mediante) quien para la disputa a la intendencia alcanzó alrededor de 174.000 sufragios.

La renovación que supuestamente encarnaría Lisandro Cavatorta no redundó en una diferencia a su favor que sea digna de destacar. En Rosario, el justicialismo, parece contar con una base sostenida que le permite ser un actor con peso específico, pero, excepto la particularidad del actual ministro de gobierno de la provincia en 2019, sigue sin encontrar un referente local con proyección para 2023. ¿Aceptará Marcelo Lewandoski ser el candidato en dos años, o su figura será proyectada a nivel provincial, teniendo en cuenta que Omar Perotti no puede ser reelegido y su espacio no cuenta con una figura de reemplazo? Es cierto que falta una eternidad para ese tiempo, pero, no menos real es que más temprano que tarde veremos hacia donde van sus primeros movimientos.

La novedad política de la semana no vino del lado de los resultados del domingo sino de la foto que el intendente rosarino hizo circular vía redes con el recientemente electo senador por Santa Fe Dionisio Scarpín, dirigente político que, como hombre de Juntos por el Cambio e intendente de Avellaneda, supo militar en las filas de los anticuarentenas del Covid y por la defensa de la malograda firma Vicentín y de sus principales directivos, varios de ellos acusados de estafa.

En el texto que acompaña la foto, aparece la convocatoria a la conformación de nuevos frentes, sueño sempiterno de la conducción radical de la provincia que, durante el período 2015 – 2019, tuvo la enorme capacidad de cobrar políticamente en los dos frentes: en el plano nacional formando parte de Cambiemos y en el local, siendo una de las patas del Frente Progresista. Las anteriores imágenes (no tan antiguas) de Javkin reunido en bares con Horacio Rodríguez Larreta, Martín Lousteau, Rogelio Frigerio o el diputado electo Facundo Manes complementan y dan sentido a su encuentro con el compañero de fórmula de Carolina Losada quien, según el ex presidente de la FUR, defenderá a Rosario en el Congreso. Uno desea que ponga el mismo ahínco que puso con los dueños de los vinos “El contrabandista”.

El articulista, afectado por su ludopatía crónica, se anima a apostar por el futuro (y no tanto) giro hacia la derecha del intendente rosarino, todo sazonado con un discurso que contenga una justa dosis de progresismo que endulce oídos. La apuesta no es estructurada por el azar, a suerte y verdad, sino que, además del estilo que ha impuesto Javkin a su gestión, tiene como fundamento el contexto nacional que imagina un radicalismo decidido a tallar como nunca en este siglo XXI en el tablero nacional y disputando la interna, de manera decidida, en el espacio de Juntos por el Cambio. ¿Alguien, en serio, supone que el ex Franja Morada se quedará a revalidar títulos rosarinos acompañado de un socialismo que, hasta ahora, cada vez se parece más a una fuerza testimonial en las ligas mayores?

Otro domingo de elecciones pasó, y en Rosario, el Concejo seguirá más o menos por los mismos carriles, aunque haya cambiado la primera minoría (para el oficialismo ahora). La negociación política será permanente, proyecto por proyecto, con el riesgo real de posibles demoras (a veces) innecesarias en el tratamiento legislativo, si es que el propio Frente Progresista no muestra cintura y muñeca política para sortear las no pocas diferencias que existen no sólo en el conjunto del cuerpo, sino al interior del propio bloque que referencia en el Ejecutivo. Casi, casi, todo está como era entonces.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 21 Nov 2021 14:22:07 -0300