Domingo, 03 Mayo 2015 15:46

A Días de la Elección, Sin un Favorito Claro en el Reino Unido

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De izda. a dcha.: Leanne Wood (Plaid Cymru), Nigel Farage (UKIP), Nicola Sturgeon (SNP), David Cameron (Conservadores), Natalie Bennett (Green Party of England and Wales), Nick Clegg (Liberales Demócratas) y Ed Miliband (Laboristas) De izda. a dcha.: Leanne Wood (Plaid Cymru), Nigel Farage (UKIP), Nicola Sturgeon (SNP), David Cameron (Conservadores), Natalie Bennett (Green Party of England and Wales), Nick Clegg (Liberales Demócratas) y Ed Miliband (Laboristas) BBC

La campaña electoral británica entró en la recta final y la tendencia es clara: los conservadores y los laboristas llegarán a las urnas el próximo jueves prácticamente empatado y el principal partido antieuropeísta se consagrará por primera vez como la tercera fuerza del país, según varios sondeos publicados hoy.

En el último fin de semana antes de los comicios que definirán la conformación del próximo Parlamento y, en consecuencia, del próximo gobierno del Reino Unido, una encuesta de ComRes para los diarios The Independent y Sunday Mirror reiteró que las dos principales fuerzas del país, el oficialismo conservador y la oposición laborista, tienen una intención de voto del 33%.

En tanto, el eurófobo Partido de Independencia del Reino Unido, más conocido como UKIP, está consolidado en un tercer lugar con un 13%, lejos del Partido Liberal Demócrata, actual socio de los conservadores en el gobierno, que suma un 8%, y de los Verdes, que obtienen un 7%.

Por otra parte, la consultora Opinium dio una mínima ventaja al actual primer ministro conservador, David Cameron, del 35% sobre el 34% que obtendría el líder del Laborismo, Ed Miliband, según publicó hoy el diario The Observer y citó la agencia de noticias EFE.

Este sondeo también otorga una intención de voto del 13% al UKIP, un 8% a los liberales demócratas y un 5% a los verdes.

Otras dos encuestas fueron publicadas hoy en los principales medios británicos y, aunque difieren en uno o dos porcentuales, la tendencia a cuatro días de las elecciones parece clara.

Estas cifras generan un clima de incertidumbre y un frenesí en los últimos días de campaña que a su vez consolidan la certeza de que ninguno de los partidos principales obtendrá la mayoría absoluta entre los 650 escaños de la Cámara de Comunes.

En otras palabras, el próximo gobierno no se decidirá el próximo jueves cuando se conozcan los resultados electorales, sino en los días subsiguientes cuando los líderes de cada fuerza empiecen a negociar eventuales alianzas.

Esto mismo sucedió en la elección general anterior, en 2010, cuando Cameron obtuvo un 36% de los votos y para convertirse en primer ministro tuvo que forjar una alianza con los Liberales Demócratas, quienes habían conseguido la tercera minoría en las urnas con un 23% de los votos.

El eje de la campaña laborista es mostrar que los británicos viven peor que hace cinco años porque se redujeron los ingresos anuales, se eliminaron beneficios como la ayuda para alquilar una vivienda o para personas con discapacidad y que la creación de puestos se realizó en base a una extrema flexibilización laboral.

El resultado fue el actual gobierno de coalición que nunca se puso de acuerdo en cuestiones centrales como los límites que tienen que tener las agencias de espionaje, especialmente después del escándalo que provocó la revelación de los programas secretos de Estados Unidos por parte del ex espía norteamericano, Edward Snowden.

Cameron tampoco puedo lograr un consenso dentro de su gobierno para avanzar en una reforma de la arcaica composición de la Cámara de los Lores o modificar la relación del Reino Unido con el resto de Europa, especialmente con la Unión Europea (UE).

Por eso, el premier centró su campaña en la promesa de un referendo para definir si la segunda economía de Europa se queda dentro de la UE y en la promesa de congelar los impuestos por varios años.

Mientras Cameron intentó demostrar que los números macroeconómicos mejoraron durante su mandato, su rival, Miliband hizo hincapié justamente en demostrar que lo macro no repercutió en lo micro, es decir, en la vida cotidiana de los británicos.

El eje de la campaña laborista es mostrar que los británicos viven peor que hace cinco años porque se redujeron los ingresos anuales, se eliminaron beneficios como la ayuda para alquilar una vivienda o para personas con discapacidad y que la creación de puestos se realizó en base a una extrema flexibilización laboral.

Sin embargo, pese a la buena imagen de Miliband y el enorme descontento que rodea al gobierno de Cameron, el líder laborista parece no haber podido despegarse del mal recuerdo que dejó en la gente su correligionario, el ex primer ministro Tony Blair, quien comenzó la política de ajuste puertas adentro y de relaciones carnales con Washington, puertas afuera.

Mientras muchos de los votos que perdió el Laborismo reforzaron la popularidad de los Verdes, la pérdida de apoyo de los conservadores se tradujo en el crecimiento en las encuestas del UKIP.

Este partido está comandado por Nigel Farage y sus promesas de romper con la UE, frenar la inmigración y eliminar la ayuda internacional a los países islámicos, un discurso cuya popularidad creció dramáticamente tras las crisis financiera internacional de 2008.

Farage, una figura que el próximo jueves a la noche podría convertirse en central para formar gobierno, anunció hoy que si consigue entrar al Parlamento renunciará "en un plazo de 10 minutos".

En una entrevista con el canal Sky News, el líder del UKIP, que se presenta por la circunscripción de South Thanet, en el condado inglés de Kent, está empatado con los candidatos del Partido Conservador y el Laborismo con una intención de voto del 30 % del voto cada uno.

 

FUENTE: Télam

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