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Lunes, 25 Agosto 2025 10:20

Pronóstico reservado Destacado

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Yo no sé mañana,
yo no sé mañana,
si estaremos juntos,
si se acaba el mundo.
Yo no sé si soy para ti, si serás para mí,
si lleguemos amarnos o a odiarnos.
yo no sé mañana,
yo no sé mañana,
quién va estar aquí…

“Yo no sé mañana” - Luis Enrique

Nuevas derrotas en el ámbito legislativo. La módica aspiración de conservar un número de legisladores que le permita mantener bloqueos a vetos y decretos presidenciales que, pareciera, cada vez cuentan con menos legitimidad social, y la sonoridad que traen consigo una serie de escuchas que confirman el rol de recaudadora de uno de los arietes del Gobierno; confirman que ya no tiene sentido descubrir si tal o cual semana resulta la peor para el mileismo, sino que debemos hablar de una gestión que convive con un deterioro sistemático donde la novedad radica que los ejes con los que construyó su potencia política ya no son tan redituables.

El caso del audio de Diego Spagnuolo partió la semana en dos. Hasta su irrupción en el ágora mediático, podría decirse que no había nada nuevo bajo el sol: con su debilidad estructural a cuestas, en el marco de un proceso electoral cada vez más instalado y con su frente interno ya partido en varios pedazos, el Poder Ejecutivo sólo aspiraba a retener ciertas “lealtades” que le permitieran mantener vigentes un conjunto de normas que afectan a millones de argentinos en nombre del bendito equilibrio fiscal. Así, la funcionalidad de algunos gobernadores y la atomización partidaria existente, confirman, otra vez, que el proceso institucional inaugurado en diciembre de 2023, conlleva la necesidad de negociar ley por ley y proyecto por proyecto en el seno legislativo.

Con todo, en diputados asistimos a un escenario más parejo, donde el oficialismo pudo bloquear los aumentos jubilatorios y la movilidad previsional y donde la mejora impositiva respecto de las arcas provinciales deberá esperar algunas semanas más. Por el lado de la Cámara de Senadores la derrota fue en toda la línea, con un contundente 0 a 7 abajo para el oficialismo, debiendo señalarse que lo más impactante en este caso fue el número de votos que alcanzaron las propuestas opositoras.

Pero insistimos. El cambio del clima tampoco vino de la mano de la intensa lluvia de martes y miércoles sino de un hecho que pega directamente en la línea de flotación libertaria. La situación propiciada por el ex director nacional de la Agencia Nacional de Discapacidad (eyectado casi en el acto una vez que se conocieron los audios), resulta una especie de golpe auto infligido. Parecen tener razón aquellos que afirman que, a diferencia del caso $Libra, que supone un caso de corrupción con algunas complejidades de entender ya que las inversiones virtuales no están al alcance de cualquiera; los audios por el reparto de porcentajes de la recaudación de insumos vendidos por droguerías, con la consiguiente detención de uno de los empresarios portando cash unos U$s 200.000 (mientras intentaba fugarse), quedan a tiro de la comprensión de cualquiera que esté más o menos informado.

Es real que el hecho aparece, extrañamente, un año después que fue realizada la grabación y en el marco de la campaña electoral. Esa afirmación, que intenta potenciar el Gobierno, tratando de desviar la atención a opositores, no refleja ningún criterio mínimo de seriedad. En primera instancia porque las grabaciones fueron realizadas en el período de gestión libertaria y en segundo lugar porque nadie puede suponer seriamente que, en el mundo del espionaje, queden resortes de funcionalidad afines con la administración anterior. En el peronismo, a lo sumo, se podrá aspirar al pedido formal de explicaciones a los funcionarios de rigor, mientras se deleita al costado del camino, de unos sabrosos pochoclos con mucha azúcar y miel. 

El caso dejó al oficialismo en shock generando, valga el oxímoron, un estruendoso silencio que ya se escucha allende los mares. Y no hablamos sólo del Gobierno, sino de todo el entramado violeta que, vaya novedad, ha generado la ausencia en redes de sus principales espadas (hola Gordo Dan, ¿estás ahí?), y motivó la suspensión del programa “Fake, 7,8” que conduce el vocero presidencial Manuel Adorni en el stream Carajo.

El propio presidente parece imaginar que, si no habla del tema, el problema no existe. En su visita a la Bolsa de Comercio de Rosario, con el acompañamiento del intendente Pablo Javkin y del gobernador Maximiliano Pullaro, con luces tenues mediante, se enfrascó en un discurso de esos que intenta mostrar que sabe de economía, que es un buen técnico y que en el fondo (y adelante) aburren a todo el mundo.

Sólo unas pocas voces libertarias salieron a dar alguna forma de respuesta. Mientras no pocos operadores comunicacionales hasta ayer oficialistas empiezan a mostrar distancia y otros se siguen tirando sobre la granada (¡¡¡¡¡¡aguante la lealtad de personajes como Laura Di Marco o Gabriel Anello que nunca defraudan!!!!!!), algunas legisladoras y el propio jefe de gabinete Guillermo Francos trataron de instalar el tema como parte de una campaña sucia, lo cual tendría algún grado de credibilidad si no tuviera los condimentos antes descritos. 

El problema del caso Spagnuolo es que el mundo violeta se enfrenta al riesgo de la deslegitimación. Si el leitmotiv de su irrupción en el sistema político argentino radicaba en que había sabido interactuar en el imaginario colectivo porque venía a enfrentar a una casta corrupta que hacía negocios con un Estado asesino y que para ello se aplicaría la motosierra sin afectar a los más débiles, tener la voz de un abogado y amigo del presidente, que funge de funcionario en un área para el que no está capacitado, sobre el que la administración ha mostrado una crueldad implacable y afirmando que una parte de lo recaudado va a los bolsillos de la hermana del propio presidente, a la sazón jefa política del espacio; condena a esa construcción de sentido original a una novedosa debilidad.

A la luz de los últimos acontecimientos, el oficialismo se enfrenta a tres riesgos: 

  • Ladrar a la luna. La estrategia de campaña “Kirchnerismo Nunca Más”, diseñada inicialmente para la campaña bonaerense, la cual tendrá su punto de resolución en dos semanas, pero que también fue imaginada para las elecciones nacionales de medio término de octubre puede terminar siendo una especie de perro que le ladra a nuestro bello satélite natural. Ya que si el kirchnerismo expresaba corrupción, no se entiende muy bien dónde radican las diferenciaciones mientras se venden candidaturas, se produce una estafa vía $Libra y se devengan aportes non santos de un 8% de parte de las droguerías.
  • El desencanto. Vale preguntarse hasta dónde sus partidarios, los más intensos y los que supo convencer del otrora espacio cambiemista, no entrarán en un proceso de cuestionamiento que tal vez no sea identitario, pero que sí ponga límites a las certezas que operaban desde el mundo libertario.
  • Vacío político. Si desde una debilidad estructural que se reflejaba en contar con sólo un 15% de representación legislativa, pero que supo resolver con una serie de estrategias políticas que le dieron sustento (acuerdo con gobernadores, cooptación de dirigentes supuestamente opositores y potencia mediática), vale preguntarse qué sucedería en un contexto de derrota electoral, con el antecedente de que sólo parece interesar llegar al último domingo de octubre como un horizonte en sí mismo y atravesando un enfriamiento de la economía cada vez más evidente.

También vale plantearse una última pregunta de ocasión. ¿Qué queda hoy de la novedad libertaria de otrora? Damos nuestra respuesta: muy poco. Es harto evidente que el oficialismo ha perdido la iniciativa. Por carencia de cuadros técnicos y desconocimiento del manejo del funcionamiento de la administración del Estado, nunca fue un dechado de virtudes a la hora de imponer la cotidianidad de la gestión, ya que, al calor de una inflación que cedía con un evidente enfriamiento de la economía y de un perfil presidencial muy alto para imponer agenda el barco de su fortaleza se mantenía a flote. El libertarismo de estos días anda a tientas, como el boxeador que con los ojos hinchados tira golpes al aire sin sentido.

Toda su potencia radica en la defensa de aquello que promete mientras se parece cada vez más a aquello que decía denunciar. En el marco de esa debilidad, nadie sabe del todo qué será mañana y quien estará aquí. Como afirman los galenos en situaciones médicas difíciles: “Pronóstico reservado”. Quienes hemos atravesado esos transes, sabemos de qué se trata.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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