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Domingo, 05 Octubre 2025 11:34

Castilllo de naipes Destacado

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Castilllo de naipes Grok

Él era un fabricante de mentiras, 
él tenía las historias de cartón.
Su vida era una fábula de lata,
Sus ojos eran luces de neón.
Y nunca tengas fe,
que sus mentiras pueden traer dolor.

“Fabricante de mentiras” - Sui Generis

En el contexto de un proceso electoral de medio término, el proyecto libertario se expone a una crisis política inédita. No planteamos la idea de novedad porque no hayan existido otros gobiernos que hayan enfrentado procesos electorales definitivamente devaluados, sino porque la magnitud de los cuestionamientos y condicionantes tienen una caracterización única. El agregado del caso Espert expone al Gobierno a una crisis sin retorno, donde el riesgo radica en que la caída en formato de castillo de naipes no alcance sólo a la campaña electoral, sino que se proyecte a una definitiva deslegitimación de la gestión. 

El libertarismo convive con una sucesión de malas noticias que no parecen detenerse. En ese sentido el 2025 fue pródigo: a la estafa del caso $Libra en el Día de los Enamorados le siguieron los audios de Spagnuolo con el ya inoxidable 3% para Karina y ahora, como una especie de karma político ineludible, le surgió el estallido de una situación que por conocida no deja de tener impacto: José Luis Espert, ese panelista soberbio y provocador, esa especie de referencia tan distintiva del economista porteño que se las sabe todas, y que, al igual que Javier Milei, sólo puede explicarse su relevancia en el Ágora por las profundas debilidades con las que convive el sistema político argento; quedó expuesto como un mero cómplice del mundo narco. Así de simple, así de grave. 

Esa deriva libertaria, que lleva a sus militantes a la incomodidad exasperante de tener que hacer campaña conviviendo con el cuestionamiento público de una parte de la ciudadanía, se compone de dos tipos de crisis: la económica y la política donde, hay que reconocerlo, la última es deudora de la primera.

Una inflación que ronda el 2% mensual y la circunstancia (a todas luces provisoria) de un dólar barato, ya no representan indicadores de éxito per se. El deterioro en la calidad de vida de los argentinos, el aumento (hasta ahora leve) del desempleo, el crecimiento de los índices de la informalidad laboral y el dato concreto de que muchas familias no están llegando a fin de mes, actúan como una referencia ineludible de la pérdida de seducción del relato libertario. Si a eso se le agrega la sospecha de corruptos para el dúo que gobierna el país y que, ahora, una de sus principales espadas políticas aparezca sospechado de vínculos con el mundo narco, el deterioro alcanza a toda la línea.

El caso Espert refleja la condición de fabricante de mentiras del actual diputado: negó conocer a Federico Machado ya que solo lo había visto en una oportunidad y se negaba a responder si había recibido de éste U$s 200.000. Una semana después, sabemos que existen más de una treintena de viajes en el avión del detenido, que recibió ese monto de una empresa radicada en Guatemala y vinculada al reo, quien, además, parece que fungía como una especie de referencia al interior del mundo Espert en el marco de la campaña electoral de 2019, estableciendo relaciones al mejor estilo de un operador político, estableciendo alianzas con partidos de dudosa legitimidad y buscando candidatos para integrar la fórmula presidencial de aquel entonces. 

La templanza del autor del “cárcel o bala” pudo apreciarse durante la jornada del sábado cuando en una nota radial con un periodista amigo del presidente, hizo como que lloraba en una hipotética crisis de angustia por todo lo que estaba pasando. Resultó infructuoso no recordar aquella vieja frase casanista: “si querés llorar, llorá”.

Pero esa doble crisis que antes comentábamos puede potenciarse. En el caso de la economía, agrega como una reciente variable a atender, la relación con el gobierno de los Estados Unidos. La saga amenaza con convertirse en un sainete donde la propuesta de un swap, recientemente difundida por el secretario del Tesoro Scott Bessent, no aporta nada nuevo que favorezca a la delicada situación de la macroeconomía argentina, fundamentalmente si se tiene en cuenta que el país ya cuenta con un acuerdo de esas características con China. En todo caso, a partir de las exigencias de la gestión trumpista (que no las tiene todas consigo en esto de anunciar ayudas a un país como el nuestro), las condiciones podrían empeorar antes que mejorar. 

El día viernes el ministro Luis Caputto viajó a los Estados Unidos para reforzar el acuerdo que confirme y complemente la ayuda en una semana donde bonos y acciones jugaron al subibaja al que nos hemos acostumbrado en los últimos meses, el dólar siguió con su tendencia alcista pese a las intervenciones del Banco Central y el riesgo país no parece encontrar techo. Por esas cuestiones de la edad y la memoria, este analista no pudo dejar de emparentar este viaje del Toto, con aquel que realizara Domingo Cavallo durante finales de 2001 para recibir / implorar ayuda del Fondo Monetario Internacional y que, ante el silencio de este último, se acelerara la crisis del gobierno de Fernando De la Rúa. Cuestiones de una memoria desvencijada.

Como frutilla del postre reapareció un tal Paolo Rocca, hablando de la necesidad de defender la industria. Cómo estará la cañada que el chancho la cruza al trote, dicen en el campo. Una pregunta como al pasar: ¿tendremos, en los días por venir, una mayor visibilización de la problemática industrialista en la comunidad mediática nacional? Parece que algunos comenzaron a despertarse.

La crisis política libertaria se expresa en una interna cada vez más expuesta. Patricia Bullrich y Guillermo Francos salieron a pedir públicamente que Espert aclarara su situación, circunstancia que pareció intentarse con el video de seis minutos donde el pergaminense reconocía unas pocas cuestiones. El producto audiovisual no pareció la mejor estrategia, ni en el formato ni en los términos de los dichos. Tal es así que en la tarde noche del viernes el diputado cuestionado visitó al presidente en Olivos, y buena parte de la matrix político – mediática daba por seguro que se bajaba la candidatura por pedido del primer mandatario. Nada de eso sucedió y el protagonista de los cuestionamientos no tuvo empacho en twittear “no me bajo nada”. Sus adversarios electorales, agradecidos. 

A esta altura de los acontecimientos vale arriesgar la afirmación de que tal vez y solo tal vez, en el mediano plazo la elección del 7 de setiembre en la provincia de Buenos Aires sea vista como un hecho más del profundo deterioro que ha sufrido el proyecto libertario.

En ese devenir cotidiano podríamos incluir dos hechos que poco tiempo atrás habrían tenido una centralidad definitiva. El primero es la votación del día jueves en el Senado de la Nación donde, otra vez, por una amplísima mayoría la oposición dio vuelta dos vetos presidenciales. En este caso a la declaración de emergencia en pediatría y al financiamiento universitario. Habrá que ver si el Poder Ejecutivo insiste, al igual que en el caso de discapacidad, en incumplir la ley activando su promulgación a la vez que la suspende. 

El segundo refiere a la reunión de la entente Javier y Karina Milei con Mauricio Macri que otrora habría sido vendido como un acuerdo definitivo para la consolidación del proyecto libertario y que, a la luz de las debilidades de las partes, pasó bastante desapercibido en el radar de las novedades. La vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser, entonaría un tal Carlos Gardel.

En el sostenimiento presidencial a la candidatura de Espert surge la inevitable pregunta del ¿por qué? Más allá de las elucubraciones puede hablarse de la testarudez de un personaje como Milei que gusta de imaginar que el 56% de noviembre de 2023 sigue presente como forma de sustentación política. Pero esa circunstancia, que los más cercanos podrían ponderar livianamente como un error, enfrenta al jefe libertario al dilema de bajar o no la candidatura de un personaje que, cual mancha venenosa, ya nadie imagina a su lado. 

¿Hasta cuándo?, parece ser la pregunta. Tal vez las respuestas aparezcan en la presión del aliado del norte, en las encuestas que confirmen una caída (tal vez) estrepitosa, porque la circunstancia bonaerense de tener un candidato vinculado al narco se proyectó al conjunto nacional y en un internismo devastador que marca a fuego las diatribas libertarias de estas horas.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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