Sólo durante la semana pasada, las reservas del BCRA se redujeron en u$s3.180 millones. Desde el 9 de abril, día exacto en el que ingresó el último desembolso del FMI, la salida total de dólares de las arcas del Central fue de u$s9.370 millones. Se trata nada menos que del 86,7% del total de divisas de aquel envío que realizó el Fondo, tras aprobar las cuentas de la cuarta revisión del acuerdo stand by. Un dato: los dólares que ingresan por cada desembolso duran cada vez menos.
La advertencia fue inmediata por parte de los analistas: cuando el BCRA anunció que eliminaba virtualmente la Zona de No Intervención, ahora llamada Zona de Referencia Cambiaria, el ojo pasó a estar puesto no sólo sobre los niveles de estabilidad cambiaria sino también en la salida de divisas. Las mayores intervenciones en el mercado a las que se comprometió el Central incluyen la amenaza de un drenaje de reservas pronunciado.
Y ya está sucediendo: los primeros desembolsos tardaron dos meses en salir a causa de la fuga. Ahora, entre vencimientos de deuda y otras causas no informadas por el BCRA, el drenaje se aceleró y en un sólo mes se fue el grueso del envío del Fondo.
Un informe de Economía & Regiones sentenció: "Si el BCRA comienza a vender u$s10.000 millones en junio, según venda u$s150 millones o u$s250 millones diarios, ese stock de reservas durará como mucho hasta agosto. Por el contrario, si comienza en julio, ese stock alcanzará como mucho hasta septiembre. La política de ventas de reservas es muy difícil que aguante hasta las elecciones; es decir, es muy probable que tenga que ser abandonada con anterioridad a los comicios, impactando negativamente en el dólar y la inflación antes de los comicios".
La gran preocupación es cómo reaccionará la demanda de dólares, principalmente la fuga, si el mercado prevé que las reservas seguirán drenando a este ritmo.
FUENTE: BAEnegocios.com
EDICIÓN Y RELEVAMIENTO: Santiago Toffoli