Domingo, 23 Agosto 2020 14:56

Emilio Ordóñez: “La dimensión sanitaria es una política de poder”

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El analista internacional de Fundamentar Emilio Ordóñez, reflexionó sobre los aspectos geopolíticos que están detrás de la carrera por conquistar la primera vacuna contra la Covid-19. En diálogo con el diputado nacional Germán Martínez en el programa Argentina Unida contra el Coronavirus que se emite por AM 1330 de Rosario, el reconocido intelectual analizó los escenarios presentes y futuros de la disputa global.

Según Ordóñez, lo que está detrás de todo esto, se resume en una palabra: influencia. “Hay 140 vacunas en proceso de pruebas en sus diferentes fases, alrededor de 26 en la etapa intermedia y sólo 6 corriendo la carrera por ser LA vacuna o una de las vacunas que tengan éxito contra la covid-19. Los Estados, en alianza con ciertos laboratorios importantes, van eligiendo, a partir de ciertas características como por ejemplo la capacidad tecnológica o el modelo de contención de la covid, países para ir probando estas vacunas. El objetivo, básicamente, es que estos Estados que obtengan la vacuna en alianza con estas empresas farmacéuticas sean merecedores de prestigio internacional al ser los primeros en poder combatir el coronavirus”.

“En el caso de Argentina, que tiene una gran capacidad de investigación y un cuerpo de investigadores especializados en inmunología de primer nivel, son al menos 4 las vacunas que se están probando. Tal como sucede en otras áreas de la política internacional, uno no vende, por ejemplo, limones a un solo país; uno diversifica sus mercados de exportación. Acá lo que se hace es más o menos parecido: diversificar la oferta de vacunas posibles, esperando que una de ellas o varias sean las más exitosas, de manera tal de mantener relaciones ya no con uno, sino con los países involucrados, de forma tal de obtener en el menor tiempo posible posiciones de privilegio a la hora de repartir estas vacunas. En el caso de Argentina, lo que hace es ganar la capacidad de obtener vacunas más rápido. Mientras que estos países, replicando estas políticas a nivel global, obtienen mayor presencia y mayor prestigio en el caso de éxito”, concluyó el internacionalista.

A continuación, Emilio Ordóñez explicó que “hay algo que me gusta llamar dimensión sanitaria. Uno tiende a pensar correctamente en las políticas sanitarias como una política de gestión pública, asociada directamente a las capacidades del Estado. Y en este último tiempo, ya no sólo el Estado está reclamando su lugar en el contexto de la pandemia, sino que hasta los propios organismos de crédito como el FMI alientan a la inversión masiva en el Estado, y sobre todo en cuestiones de salud”. Ordóñez agregó que “esto es importante para entender que la dimensión sanitaria ya no es solamente una política de Estado en el mismo nivel que las otras. La dimensión sanitaria es básicamente una política de poder a esta altura...de poder blando, es decir, todo lo que no sea militar, el poder blando es cultural, es películas por ejemplo, y también ahora mismo es una política sanitaria mundial. Entonces, una vacuna que tenga razonable éxito en comparación con otras que tengan éxito relativo, y esto se mide no sólo en la capacidad de destruir al virus en el momento, sino en generar inmunidad a largo plazo en aquel que es vacunado, bueno, esto genera mayor capacidad de delinear el mundo que se viene, luego de que la covid baje un poco su intensidad. O sea, quien tenga la mayor capacidad de contener al virus -porque está asumido que va a haber rebrotes y ya lo estamos viendo en Europa-, así como quien obtenga la vacuna comparativamente más efectiva, estos dos elementos van a determinar de alguna manera quién va a pisar más fuerte a la hora de delinear el orden global que se viene”.

Consultado sobre el trabajo conjunto entre Argentina y México para producir la vacuna de la universidad de Oxford y el laboratorio AstraZeneca para América Latina, el analista dijo que “la iniciativa de Argentina y México reaviva una potencial alianza, esa alianza que en algún momento se intentó reconstruir en la década pasada y que tuvo algunos frenos por causas tradicionales de comercio como la venta de automóviles, ahora se renueva ante la emergencia sanitaria regional. Ambos países lo que provocan con esta alianza es reafirmar lo que se llama el principio de la solidaridad. Es decir, la producción de las vacunas tanto para nivel interno como a nivel continental, en una parcería de política sanitaria, al contrario de lo que se llama el nacionalismo de las vacunas, que es ‘yo produzco mis vacunas para mi población, y si sobre stock, ahí veo si lo vendo o si lo exporto gratuitamente’. El ejemplo de este nacionalismo de las vacunas es justamente Estados Unidos. Al principio de la pandemia habrás visto noticias sobre robos de vacunas, robos de barbijos… lo que denotó es que no existía tal comunidad internacional al respecto por lo menos de lo sanitario porque se robaban entre aliados inclusive. No había sociedad internacional en la forma en que habitualmente lo conocemos. Con el principio de solidaridad que como ejemplo ponen Argentina y México, lo que hacen es oponer un modelo contra otro. Por lo tanto, es perfectamente dable que aquella sociedad entre Argentina y México, que fue por tanto tiempo de mediana a baja intensidad, pueda de alguna manera empezar a generar la masa crítica-política para extenderlo a otras áreas y proponer también algún tipo de contención a otros modelos, como el caso brasileño, no sólo en su enfoque sanitario, sino también en su enfoque político”.

Para escuchar la entrevista completa podés ingresar acá -->VER

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