Jueves, 01 Junio 2017 11:18

El día en que el Marketing se Chocó de Frente con la Realidad

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La feria fue organizada por la Dirección de Políticas de Juventud de la Ciudad de Buenos Aires. La feria fue organizada por la Dirección de Políticas de Juventud de la Ciudad de Buenos Aires. Página12

Una multitud desbordó la Expo Empleo Joven organizada por el gobierno porteño y dejó en evidencia el aumento de la desocupación en el sector.

La promesa de 10 mil puestos de trabajo para los jóvenes puso al gobierno frente a una postal no prevista por su propio uso del marketing: cientos de miles de chicos se presentaron entre el martes y ayer en el predio de La Rural en busca de trabajo, desbordando la Expo Empleo Joven. En el ingreso a la feria, organizada por la Dirección de Políticas de Juventud de la Ciudad de Buenos Aires y promocionada con el slogan “Tu próximo trabajo te está esperando”, la masiva llegada de pibes en busca de una oportunidad laboral generó colas de hasta diez cuadras de largo. Con sus c.v en la mano, a veces acompañados por sus madres, pasaron por largas esperas para poder ingresar a los pabellones. Pero una vez dentro, la mayoría no encontró mucho más que promotores que les entregaron folletos y direcciones de mail donde mandar un curriculum.

Este no es el primer año que el gobierno de la Ciudad organiza la feria. La Expo Empleo fue abierta en el 2012, y desde entonces cada edición se promocionó más o menos de la misma manera, como “un encuentro para vincular a los jóvenes con las mejores empresas del país”. El rango de edad convocado está entre los 18 y 29 años y el gancho de la oferta de empleo también en las exposiciones anteriores fue utilizado. Sin embargo, la feria no se había topado hasta ahora con una respuesta de esta magnitud.

Nicolás Rearte (27 años), Fernando Festa (24) y Alejandro Pare (25), llegaron a Palermo en tren, desde el oeste del conurbano. Nicolás contó que busca empleo desde hace tres meses. Trabajaba en una metalúrgica de Caseros, que fabricaba perfiles de alummio. La planta cerró en febrero.

“Llegamos al mediodía y tuvimos que esperar varias horas para poder entrar. Vine porque me aviso mi abuela, que lo vio en la televisión. La verdad, me pareció una cargada, una tomada de pelo: me dieron un montón de volantes con información que podía conseguir en mi casa, nadie anotaba. Yo busco cualquier tipo de trabajo. Tengo un hijo y hace tres meses que estoy sin un sueldo”.

Su amigo Fernando no estaba de mejor humor: “Para lo único que conseguí dejar mis datos fue para los bomberos de la Ciudad”, apuntó. “En los stands de las empresas te daban una charla y te mandaban a inscribirte a una página web. Y donde anotaban, eran de agencias de empleo”.

El martes, el presidente Mauricio Macri inauguró la exposición con un discurso en el que llamó a los jóvenes a “ser protagonistas” y “nunca dejar de capacitarse” porque esto “levanta la autoestima”.

“Estamos en este mundo para ser felices y para recibir amor”, señaló además el mandatario en otro párrafo un discurso que no incluyó menciones al aumento del desempleo.

Según un relevamiento del Centro de Innovación de los Trabajadores (CITRA)- CONICET, que funciona en la UMET, la tasa de desocupación entre los jóvenes de 15 a 24 años creció de 19 al 24,6 por ciento en el segundo trimestre de 2016 frente al mismo período del año anterior. Ese número es 2,6 veces superior al promedio de desempleo en el país.

“Hoy la mayoría de las empresas se están achicando y no agrandando”, señaló Marta Novick, socióloga y directora del Centro. “Es un momento de cambio de proceso económico productivo, donde probablemente vuelva a ver una fuerte polarización del mercado de trabajo, sobre todo para los jóvenes”.

Otros informes, como los elaborados por CEPA, han registrado 9.599 despidos y 2.594 suspensiones acumulados de enero a marzo de este año, con un marcado acento en la perdida de puestos de trabajo en el sector industrial.

Este proceso de destrucción de empleos en la economía formal va de la mano con otro, más subterráneo: los nuevos puestos de trabajo que se están generando muestran un aumento de la precarización. Según detectó el Centro Atenea en base a datos oficiales del Ministerio de Trabajo y la Anses, la categoría laboral de mayor crecimiento es hoy la de los monotributistas. Esto es, la de trabajadores contratados.

En el pabellón Amarillo de la Rural, 160 firmas de primera línea tuvieron puestos de promoción. Mercado Libre, Puma, IBM, o Havanna fueron algunos de las empresas que participaron de la exposición, con talleres sobre cómo abordar una entrevista con un potencial jefe, un sector de orientación laboral vocacional una sala de “Reuniones con líderes” y clases para redactar un currículum.

“Esperábamos a mil jóvenes, pero vinieron muchísimos más”, reconoció ayer Fabián Pereyra, director de Política de Juventud del Gobierno porteño, cuando la imagen de las colas frente a la Rural circulaba como una noticia amarga las redes y pantallas de tv.

El funcionario justificó la ola con el agumento de que “el 70 por ciento vino a cambiar de trabajo” y sólo un “12,5 por ciento estaba desempleado”.  Los testimonios no lo corroboraron.

Florencia Dottori dijo que no quería ser negativa: “no digo que haya sido una pérdida de tiempo, porque en una charla estaban dando tips sobre como armar mejor una presentación para pedir trabajo, o sea que algo me llevo, pero para darte una idea: antes de venir, leí que había 200 empresas. Imprimí 12 cv porque no iba a dejarle uno a cada una... pero me aceptaron solamente dos”. Florencia contó tiene 18 años y título secundario y está haciendo el ingreso a la universidad de Buenos Aires. “Mi papá está sin trabajo hace un año; mi mamá, separada, trabaja 12 horas por día y mantiene a mis hermanas”.

Pablo Gutiérrez y Aylen Altamirano habían llegado desde Villa Martelli con un grupo de compañeros, egresados en diciembre del secundario. “Había tanta gente que no se podía ver prácticamente nada. Estaban saturados”, dijo él. Celular en mano, los chicos seguían la noticia por las redes. “Dijeron que había trabajo para diez mil y vinieron 350 mil. Obviamente, no había para todos, pero no le veo el sentido a hacerte viajar para esto”. Aylén apuntó que le pedían experiencia previa: “¿cómo la voy a tener con 18 años”, preguntó.

Micalea, de 20 años, había dejado a su bebé de 8 meses con el papá para ver qué encontraba en la Exposición. “Vi muchos stands, aunque sin estudios universitarios la oferta que quedaba para mí era la de call centers”. Llegó a la una de la tarde, salió cerca de las cinco. “Me atendieron bien, pero tal vez yo no tenía la capacidad que ellos buscaban”, fue su conclusión.

 

FUENTE: Página12 

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Agustín Aloni

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